“LA VERDAD SALIÓ Y BRILLÓ”
Exempleado de la fiscalía federal, celebra veredicto a su favor por discrimen laboral
En apenas hora y media de deliberaciones, el jurado emitió un fallo contundente contra la oficina de la fiscalía federal en Puerto Rico, respondiendo de forma afirmativa y unánime en todas las preguntas a favor de Francisco J. Reyes Caparrós, el exespecialista de inteligencia que demandó a la fiscalía federal y sus líderes por haberlo sometido a represalias y a un ambiente laboral hostil.
“Llevaba desde el 2012 su- friendo todo esto, sin poder contarlo. Ahora tuve la oportunidad de contar lo que me pasó. Y al final del día se supo la verdad. Se supo lo que yo vivía. Y se supo lo que pasaba. Y el jurado así lo entendió. El sistema funcionó”, dijo Reyes Caparrós, quien no pudo contener las lágrimas luego que se emitiera el veredicto.
Sus progenitores, quienes estaban presentes en sala al momento del fallo, se abrazaron llorando mientras el papá repetía, “justicia divina, justicia divina”.
Una exfiscal federal que estaba presente también lloró de alegría al conocer el fallo.
Reyes Caparrós resaltó su victoria en la corte, cuando “90 por ciento del pueblo pensó que Francisco Reyes no podía contra Rosa Emilia”.
“Gracias a Dios, yo tuve los pantalones de decir, ‘yo no me quedo con esa, porque me estás dañando mi carrera y mi futuro. Tú estuviste allí, sabes que estaba allí, que trabajaba, que me movía. ¿Me estás tronchando acabado de graduarme? No señora. El abuso se acabó. Eso no lo iba a permitir. Y me tiré, y las pasé negras. No fue fácil, fue bien cuesta arriba. Pero sabes qué, firme. No iba a dejar que dañaran como trataron de dañarme”, dijo el demandante.
Después de 11 días de juicio, el jurado entendió que en efecto la oficina local de la fiscalía federal, que encabeza la fiscal Rosa Emilia Rodríguez Vélez, consideró que Reyes Caparrós estaba ayudando a otra fiscal que tenía una queja por acoso laboral y tomó represalias en su contra.
El jurado entendió que las quejas sometidas por Reyes Caparrós ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC en inglés) eran justificadas y que hubo acciones en su contra que fueron de represalia.
Asimismo, consideró justo concederle la compensación que reclamaba por daños sufridos, por un monto de $300,000 y dictaminó que él se vio obligado a renunciar, algo que serviría de guía para el juez Joseph Laplante en un proceso posterior en que se determinará si a Reyes Caparrós debe concedérsele otra suma por los salarios dejados de percibir, y que podría ascender hasta unos $250,000.
En total, este proceso podría terminar costándole a la fiscalía federal un estimado de por lo menos unos $700,000 si se toma en cuenta que además deberá pagar los honorarios de la abogada del demandante así como los gastos de los cuatro fiscales que enviaron desde las oficinas centrales del Departamento de Justicia federal para atender el caso.
Bamily López, abogada de Reyes Caparrós, admitió que le sorprendió que el jurado emitiera su veredicto de manera tan rápida, en particular por sus complejidades.
Explicó que por primera vez se llevaba un caso con la teoría de percepción, en la que se imputaba a la fiscalía haber comenzado a actuar con represalias contra su cliente por entender que estaba ayudando a la fiscal Idalia Mestey, quien por su lado llevaba una querella contra la fiscalía federal, algo que él desconocía.
López explicó que es la primera vez que se da un caso aquí con esta línea de percepción, razón por la que en repetidas ocasiones el juez tuvo que interrumpir y dar explicaciones al jurado.
Agregó que es apenas el segundo caso que se le gana a la fiscalía federal, luego del que ganó la fiscal Carmen Márquez, quien fue testigo en este caso y además tiene otra demanda pendiente contra la fiscalía federal por represalias.
Otro testigo del caso, Nelson Pérez, también tiene una demanda contra la fiscalía federal por represalias.
Pérez envió un mensaje cuando Reyes Caparrós conversaba con la prensa y dijo que “se hizo justicia divina”.
Márquez reclama una compensación de $350,000 y Pérez una de $1.2 millones.
En sus argumentos finales el fiscal Jason Weida, quien representó a la fiscalía federal, había catalogado el caso como uno de “de mal juicio”, y de alguien “que no acepta responsabilidad por sus propias malas acciones”.
Pero la abogada López ripostó asegurando que este “es un caso de represalias, de venganza de Rosa Emilia Rodríguez por creer que Francisco ayudó a Idalia Mestey”.
“Si miran todo el proceso se van a dar cuenta que las sanciones fueron sucesivas, sistemáticas y creciendo en intensidad. O se quedaba en la oficina y se enfermaba o se volvía loco, o se iba. A Francisco (Reyes) no le quedó otra alternativa que renunciar”, afirmó López, cuyos argumentos finales parecieron inclinar la balanza en favor de su cliente.
“Espero que esto sea un mensaje. Si Francisco (Reyes) pudo prevalecer, contra la persona más poderosa en Puerto Rico, que es Rosa Emilia (Rodríguez Vélez) que es la persona de más alto rango en el gobierno federal… si Francisco pudo, y una abogada contra cuatro abogados de la fiscalía federal, con todos los recursos del Departamento del Justicia federal, se puede. Hay que reclamar justicia. El país no se beneficia de forma alguna con gente que está trabajando con miedo y bajo amenazas”, afirmó la abogada López.
Los abogados de la fiscalía federal no emitieron declaraciones luego del veredicto.
Llevaba desde el 2012 sufriendo todo esto, sin poder contarlo... al final del día se supo la verdad. Se supo lo que yo vivía. Y se supo lo que pasaba. Y el jurado así lo entendió. El sistema funcionó” FRANCISCO J. REYES CAPARRÓS DEMANDANTE