No podemos politizar hasta el número de nuestros muertos, de los que se nos fueron antes de tiempo a causa de la falta de electricidad”
JAY FONSECA
Los números son horribles, no importa quién los cuente. Todos los estudios que se han hecho superan al menos los mil muertos tras el paso del huracán María. Veamos las publicaciones al respecto:
1. The Economist estimó en exceso de 1,200 las muertes ocurridas.
2. El New York Times estimó a dos meses del huracán el número en 1,052.
3. El Centro de Periodismo Investigativo estimó en 1,065.
4. UPENN profesores Alexis Santos y
Jeffrey Howard estimaron en 1,085.
5. CNN estimó en 495 a poco del huracán.
6. Harvard estimó entre 793 y 8,500 llegando a un punto de 95% de confianza dando la cifra de 4,645.
El propio estudio y los autores de Harvard dicen claramente que el número 4,645 no debe tomarse literalmente. Por eso mismo dan la cifra de entre 793 y 8,500 como posibles ante la realidad de no tener los datos disponibles para llegar a una mejor cifra de confianza.
Aunque el Gobernador ha dicho muchísimas veces que el número es mucho mayor del oficial que asciende a 64, la razón por la que la cifra es tan sensitiva es por lo que hizo Donald Trump cuando vino a Puerto Rico. El presidente minimizó el número de muertes y por tanto nuestra tragedia. El presidente dijo que el conteo de muertos de Puerto Rico no era de una verdadera tragedia. Trump preguntó al Gobernador el número de muertos y el Gobernador, sabiendo o sin saber la estrategia de Trump, contestó diciendo que eran 16. Ahí fue comenzó esta desgracia. El presidente, quien ya tiene la fama de racista por su menosprecio a los mexicanos y latinos en general, dijo frases que nunca se nos olvidarán. Implicó que lo nuestro no era una verdadera tragedia como lo fue Katrina que tenía sobre 1,800 muertes. Dijo que Puerto Rico estaba sacando el presupuesto del plan como si nosotros quisiéramos ser una carga y no fueron ellos los que han explotado su territorio, ayudado al cambio climático y empujado la ciudadanía para lo que les conviene y no para todos los propósitos. También tiró papel toalla para que la gente se peleara por dádivas del rey rubio.
Debe ser eliminada la actual cifra oficial del Gobierno que se refiere a los muertos directamente vinculados al huracán de 64. El Gobernador debe considerar poner, en vez de ese número, las palabras, “cifra indeterminada” o “bajo estudio” en estimado de cientos o miles aún bajo consideración.
Sin duda, el estudio de Harvard es excelente para un país que no tiene los datos disponibles. En Siria y su guerra civil, en Somalia y su gobierno inexistente, en Yemen con su lucha fratricida, en Sumatra con un tsunami o en un terremoto que desaparece miles que nunca se logran ubicar. En dichas situaciones, es posible que esa sea la mejor e incluso la única metodología aceptable.
Puerto Rico tiene un registro demográfico, cementerios, crematorios, funerarias, registro de muertes, estadísticas de salud, todos los cuales corroboran los datos unos con otros, pero si esos datos no están disponibles y publicados con facilidad, lo que hicieron los profesores es el estimado más aceptable.
Tenemos que aprender de esta. No podemos politizar hasta el número de nuestros muertos, de los que se nos fueron antes de tiempo a causa de la falta de electricidad. El Gobernador debe aceptar los miles. Admitir los errores, hacer un monumento de nuestros muertos y recordar que fue la corrupción y politización de la AEE y el gobierno en general lo que permitió que un huracán nos destruyera a tales niveles dejando sin cuidados médicos a tantos. Debe considerar un luto de todos bajando la bandera por un mes y pedir el silencio por los 4,645 segundos como símbolo del pesar que hemos sufrido.
Sea o no ese el número real, lo importante es mostrar la sensibilidad necesaria a quienes realmente han perdido un familiar que vieron irse frente a sí antes de tiempo. Esos que todavía sufren merecen nuestra deferencia, no indiferencia. El número final nunca lo sabremos, pero es hora de admitir que todos colaboramos a crear un estado frágil y politizado. Estas son las consecuencias. Aprendamos.