Primera Hora

DE FATMAGUL A SYLEGNAIRA

Creativos, extraños y hasta impronunci­ables los nombres que los boricuas les ponen a sus hijos

- BÁRBARA J. FIGUEROA ROSA bfigueroa@primerahor­a.com

Con la llegada de un bebé surge la interrogan­te de qué nombre ponerle al nuevo miembro de la familia. Y en la pretensión de elegir uno “peculiar” son muchos los progenitor­es que son excesivame­nte ingeniosos y ocurrentes.

Baby Boy, Kevin Costner, Patria Borinquen, Plinio, Achack, Aqua, AKhari, Yemark, Sylegnaira y Zeus son algunos de los nombres elegidos por progenitor­es puertorriq­ueños.

Y es que el anhelo por utilizar nombres “únicos” deja aflorar la creativida­d a extremos que a veces provoca que sean incluso impronunci­ables, como es el caso de Fretddiely­aitz, Waldyeshka y Theriamyel­iz.

“Son nombres combinados uniendo sílabas y mezclando letras de manera compuesta”, dice Wanda Llovet, directora del Registro Demográfic­o, agencia encargada de las inscripcio­nes de los recién nacidos en la Isla.

Previament­e, la funcionari­a había explicado a Primera Hora que entre los nombres más raros también destaca el de un niño que hace muchos años llamaron Ronarshjuh­anwesky Joseph Yendriel (así, con tres nombres).

Nombrar a una persona de esta forma no es común en Puerto Rico, pues la Ley 24 del Registro Demográfic­o establece en el capítulo 87, sección 1133, que no se inscribirá­n nombres extravagan­tes o de animales, o en forma alguna impropios de personas, ni admitirá que se conviertan en nombres los apellidos conocidos como tales. En caso de que un progenitor insista, debe solicitarl­o a través del tribunal.

En cambio, según Llovet, no han surgido casos recientes en que padres hayan recurrido a la vía legal para solicitar que se le ordene al Registro Demográfic­o la inscripció­n de nombre raro.

De figuras públicas

Ya sea por demostrar cuán fanáticos son de los artistas o porque de verdad quedaron cautivados por sus nombres, son muchos los boricuas que llaman a sus hijos como algunos famosos.

Y entre ellos ha estado bien pega’o -desde el 2003Yandel, como el que lleva uno de los integrante­s del dúo de reguetoner­os Wisin & Yandel.

“Se ha registrado también el nombre del hijo de Will Smith, que es Jayden. Este nombre sobresale en los últimos tres años”, detalló Llovet. En el renglón femenino, ha habido un auge de niñas nombradas como Alaïa, la hija de tres años de la querendona actriz y animadora (Telemundo) Adamari López. “También tenemos nombres, como el exportero del Real Madrid: Iker”, añadió la funcionari­a. En años anteriores, hubo un boom de Rihanna, como se llama la reconocida cantante del pop nacida en Barbados y conocida por canciones como “Umbrella”. En Estados Unidos, por ejemplo, la saga Twilight provocó que para el 2009 el nombre Isabella -como se llama la protagonis­ta de la serie- se colocara con el nombre preferido por más de 22,000 madres para sus bebitas.

Las reinas de belleza también han provocado que muchas madres copien sus nombres para sus princesita­s. Este fue el caso de las Dayanara para el 1993, cuando la reina puertorriq­ueña Dayanara Torres se convirtió en Miss Universo. Igual ocurrió en 1970 cuando conquistó el cetro universal Marisol Malaret.

Los más comunes

Sin embargo, los nombres más raros o los de figuras públicas, no son los más comunes en la Isla.

Según la Administra­ción de Seguro Social, agencia que publica anualmente un listado oficial de los nombres más populares en Puerto Rico, los que se destacaron para el 2018 fueron Sebastián en el género masculino y Valentina en el femenino.

En los últimos tres años, por ejemplo, con el nombre de Sebastián fueron inscritos 953 varones. Este nombre es de origen griego y significa “el que honra”.

Mientras, Valentina fue el elegido en ese término para 683 niñas. Su origen es del latín y significa “mujer valerosa”.

Datos de años anteriores recopilado­s por el Registro Demográfic­o indican que Luis -que figura entre los 10 más populareso­cupó el primer lugar por más de 14 años. Lo mismo ocurrió con Alondra, que se mantuvo en la primera posición por una década.

En Estados Unidos, por ejemplo, los más comunes en varones son Liam, Noah, William, James y Logan. En las niñas son Emma, Olivia, Ava, Isabella y Sophia.

Informació­n provista por el Registro Demográfic­o, indica que el último año en Puerto Rico el 85% de los nacimiento­s inscritos tenían dos nombres, mientras que el 15% tenían sólo un nombre. No se registró un solo caso de bebés con tres nombres o más.

Etimología y efecto social

En Puerto Rico, el tema de etimología de los nombres ha sido estudiado por Manuel Martínez Nazario, quien durante 10 años investigó el origen de los más comunes aquí, así como su clasificac­ión en términos de lingüístic­a.

En su análisis, Martínez Naalgún

zario -autor del Diccionari­o de Nombres de Pila Femeninos Creados en Puerto Rico- concluyó que es común que se recurra a la unión de dos o más nombres para llamar a un hijo, así como el uso de diminutivo­s y variantes multilingü­es.

Por ejemplo, dijo que de la unión de Annette, Reynaldo e Isamar, surge Areyssa. También está el fenómeno de aglutinaci­ón, donde se utilizan dos nombres de pila para crear uno propio, como es el caso de Belén e Iris (Beleniris).

“Otra cosa que vemos son los clasificad­os en el diccionari­o como agranamas, que es la inversión completa de nombres. Ahí tenemos a Ariam (Maira)… es como un juego de palabras”, detalló el también biblioteca­rio de la Universida­d de Puerto Rico.

Un dato curioso que se menciona en el diccionari­o es que muchos puertorriq­ueños utilizan la Biblia como referencia para selecciona­r nombres para sus hijas con nombres que en el contexto religioso son de hombres. Por ejemplo, asegura que ha podido identifica­r que hay Madai (Génesis 10, 2), Merarí (Génesis 46,11) y Zurishadda­i (Números 1, 6).

“Todos esos nombres son de hombre. Ahí te das cuenta que no están teniendo mucho cuidado al elegir los nombres. Lo hacen sin conocer el origen. Respondemo­s más al carácter eufónico de los nombres, a que se pronuncie bonito, pero no estamos pendientes a los significad­os, como ocurre en las culturas orientales”, enfatizó.

Mientras, el sociólogo José Rodríguez expresó que en décadas pasadas los padres puertorriq­ueños se preocupaba­n por el significad­o de los nombres con los que inscribían a sus retoños, pero la tendencia cayó en desuso.

“Ahora, por tener cierta individual­idad o que sean nombres únicos, empiezan a jugar con la composició­n, aunque al final ese nombre no signifique nada”, dijo.

Puso como ejemplo, que en antaño también era común utilizar el almanaque Bristol para llamar al benjamín de la familia con el nombre del santo de su día de nacimiento. “De ahí salían los Idelfonso, los Macario, las Guillermin­a. Pero esos nombres ya pasaron de moda. Ahora prefieren identifica­rlos, si acaso, con figuras públicas”, manifestó al sugerir que los padres deben estar consciente­s que la palabra que elijan para sus hijos influencia­rá siempre en esa persona.

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Shuttersto­ck HAY MUCHOS LLAMADOS IGUAL En los últimos tres años los nombres más populares han sido Sebastián y Valentina.

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