Primera Hora

OTRO EXTRAÑO ATAQUE, PERO EN GUAYNABO

Siete gallos y gallinas han aparecido muertos en el barrio Río en los últimos cuatro días

- CESIACH LÓPEZ MALDONADO

En el barrio Río, sector Pedro Ramos en Guaynabo, están aterrados con la aparición de siete gallos y gallinas muertos en los últimos cuatro días.

José Ríos, residente de la vivienda donde ocurrieron los hechos, explicó que el primer suceso se dio el pasado lunes en horas de la mañana cuando su madre, Josefa Rosario, de 76 años, se disponía a llevarle agua y comida a sus gallos y gallinas.

“El lunes, cuando mi mamá va a darles comida, como todos los días, encontró dos gallos muertos que tenían por la parte de abajo dos orificios. Nos estuvo raro y me dio curiosidad, porque nosotros somos del campo y hemos tenido experienci­a de que a las gallinas los ratones les comen el buche porque ahí está el maíz, pero esta vez fueron como unas punzadas. Nunca habíamos visto algo así. Es insólito”, relató Ríos de 44 años de edad.

Además de los cuerpos sin vida de sus gallos, la familia encontró que se había movido la plancha de zinc que cubre la jaula donde los tenían, lo que les dejó claro cómo el depredador consiguió acceso a sus presas.

“Nos quedamos sorprendid­os, porque el techo de la jaula tiene una plancha de zinc y se ve que fue movida como unas ocho pulgadas desde donde estaba. Esa plancha pesa un poco. Para moverlo se necesita un poco de fuerza”, relató Ríos acerca del primer hallazgo.

En horas de la tarde del mismo lunes, Ríos y su madre escucharon un ruido y al verificar las jaulas volvieron a encontrar otros tres gallos que presentaba­n las mismas heridas y que estaban ya agonizando.

“Todo el día estuvimos hablando y esa tarde como a las cinco y pico, casi seis, escuchamos un ruido y encontramo­s tres más que estaban todavía temblando, pues parece que les había acabado de pasar (el ataque). Ahí notamos que lo que los atacó dejó un pelo gris que está ahí todavía”, contó el afectado.

Mientras que el martes no hubo incidentes, pero ya el miércoles lo que estaba atacando a sus animales, volvió a hacer de las suyas.

“Pasó un día y el miércoles volvió a matar dos más. Esa vez mi mamá estaba en la cocina y ella escuchó que las gallinas volaron todas para encima de la casa tras un ruido fuerte. Cuando fuimos a verificar, vimos como si hubiesen caminado por detrás de la jaula y encontramo­s dos gallos muertos”, relató Ríos.

Luego de esos dos ataques, las incidencia­s en el sector no han mermado ya que tan reciente como ayer, la familia volvió a tener un episodio extraño y, aunque no encontraro­n gallos muertos, sí volvieron a hallar los mismos rastros de pelos.

“Hoy (ayer) mi mamá está en la cocina donde hay un ventanal que tiene vista al garaje, donde también hay una jaula de pollos, y ella oyó un ruido en los árboles y se quedó asombrada. Entonces, la encuentro como atónita mirando por la ventana y ahí me enseñó un palo de mangó que tenía una rama doblada como si hubiesen tratado de entrar por la ventana del garaje. Al revisar, encontramo­s los mismos pelos, es como si se hubiese encajado en los bejucos tratando de entrar por la ventana”, indicó el testigo.

A pesar de que estos hallazgos mantienen a su familia y vecinos atemorizad­os, Ríos no cree que se trate de la famosa gárgola, sino más bien de una especie de mono o murciélago bastante grande.

“Para mí, viendo que trató de meterse por la ventana, puede ser que se trate de un mono porque debe ser alto para treparse en el árbol. No le había puesto mucha atención al asunto de la gárgola porque la pintan como un hombre fisicultur­ista. Pero sí creo que es un mono, un murciélago o algo grande que vuela. De que es algo, es algo y ahora más lo creo por los pelos que dejó. Esa es una prueba”, sostuvo el residente de Guaynabo.

A Ríos le quedan cuatro gallos y la preocupaci­ón de que los niños que residen en el sector y las personas mayores como su madre, puedan ser atacadas por este ser. Por esto, intentó hacer una querella con la Policía, pero por no encontrars­e en funcionami­ento la oficina relacionad­a a estas situacione­s no pudo completar el procedimie­nto.

“Llamé a la Policía para hacer una querella, pero me transfirie­ron al área relacionad­a con animales y no estaban disponible­s hoy. También llamé a los medios, pero parece que no me creyeron porque no vinieron. Lo que quiero es ver si nos ayudan porque tengo a mi mamá asustada y ella padece del corazón. Además, aquí hay dos nenes chiquitos y los demás somos personas mayores y existe el miedo de que lo que sea nos pueda atacar”, confesó el hombre, quien también vive con su padre de 81 años de edad.

Hace alrededor de mes y medio que en las parcelas Imbery, en Barcelonet­a se están suscitando eventos misterioso­s similares al caso de Guaynabo. Allí, vecinos le atribuyen a una “gárgola” la matanza de decenas de aves.

La situación provocó que los vecinos se unieran en una expedición de cacería que no rindió frutos, aunque aseguran que no descansará­n hasta dar con la criatura.

“El lunes, cuando mi mamá va a darles comida como todos los días, encontró dos gallos muertos que tenían por la parte de abajo dos orificios... esta vez fueron como unas punzadas. Nunca habíamos visto algo así. Es insólito” JOSÉ RÍOS/ VECINO DEL BARRIO RÍO

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Suministra­da ESTA SEMANA. Cuando menos se lo esperaba, las aves de José Ríos fueron víctimas de numerosos ataques.

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