MOISÉS ES UN SOBREVIVIENTE
En el Día Internacional de la Conservación del Manatí te decimos cómo y dónde habita el mamífero que se robó el corazón de Puerto Rico y hasta inspiró una canción
“Del mar llegó Moisés, Moisés llegó del mar. Llegó un atardecer, amor vino a buscar”.
A principios de los noventa, los ojos de Puerto Rico estaban puestos en la recuperación y liberación del bebé manatí que había sido encontrado varado y solo en el Puente Los Dominicos en Levittown. Tras su aparición y su estado de salud, siendo una especie en peligro de extinción, logró acaparar la atención mediática, al punto de que Moisés fue la musa para un tema musical del fenecido cantautor Tony Croatto.
Ahora, casi 24 años después de su aparición y en conmemoración del Día Internacional de la Conservación del Manatí nos preguntamos, ¿qué es de la vida del famoso Moisés?
“Como todo padre que vela a sus hijos, sabemos que Moisés vive en El Corcho en Naguabo porque uno de nuestros técnicos lo ha visto. Moisés nació en el 1991 y, actualmente tiene 27 años de edad”, explicó el doctor Antonio Manucci, director del Centro de Conservación de Manatíes de Puerto Rico (CCMPR) en Bayamón.
Según el experto, quien trabaja con el CCMPR desde el 1985 y fue la persona que asistió directamente en la rehabilitación de Moisés, el manatí fue encontrado solo, se tuvo en cautiverio y para el 1994 fue liberado en el área de la Base Naval Roosevelt Roads en Ceiba.
“Lo tuvimos en un proceso de rehabilitación y luego fue liberado en Ceiba, pero luego nos dimos cuenta que él escogió el área de El Corcho en Naguabo para vivir desde el año 1995”, relató Manucci.
En la década del 90, la historia de Moisés tocó la fibra del pueblo y trajo consigo la importancia de la conservación de esta especie en peligro de extinción, lo que resultó en una reducción notable en la práctica de la caza de manatíes.
“Desde los tiempos de los taínos, los manatíes eran cazados por su carne. En el caso de Moisés, entendemos que su mamá fue cazada y por eso quedó huérfano e indefenso a sus dos meses de vida. Pero, casualmente a mediados del 1995 se dejaron de reportar casos de cacería en Puerto Rico, aunque tristemente en el resto de Latinoamérica se siguen reportando”, indicó Manucci, quien especificó que todo aquel que violente la “Ley de Especies en Peligro de Extinción” y la “Ley de Protección de Mamíferos Marinos” puede ser castigado con hasta un año de cárcel.
Reducida población
Por su parte, Nilda Jiménez, bióloga marina y coordinadora del Programa de Rescate de Especies Marinas del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), en Puerto Rico, la población de manatíes sigue siendo relativamente baja como para retirarla de la lista de animales en peligro de extinción.
“Se estimaba que en Puerto Rico habitan entre 600 y 700 manatíes, pero este se considera un número bajo. Lo ideal sería contar con cerca de 3 mil manatíes para poder asegurar que la población de esta especie está bien. A nivel federal la especie está amenazada, pero a nivel estatal está en peligro de extinción”, expuso Jiménez.
La bióloga marina reconoció que las zonas de la Bahía de Jobos en Guayama y la Base Roosevelt Roads en Ceiba son las de mayor avistamiento de manatíes.
“Esas dos áreas las hemos identificado durante los censos. Su hábitat parece ser excelente para ellos porque tienen recursos de fuente de agua dulce, hierbas marinas, áreas protegidas y tranquilas donde a ellos les gusta descansar y tener a sus crías. No quiere decir que en el resto de la isla, incluyendo Vieques y Culebra, no haya manatíes. Pero, allí en Guayama y Ceiba son áreas muy frecuentadas por ellos”, especificó la experta del DRNA.
Visita a Moisés
Con esto en mente Primera Hora visitó la zona de El Corcho en Naguabo, lugar que desde el 1995 se convirtió en el hábitat de Moisés para tratar de divisar al famoso manatí que ya se encuentra en una vida de anonimato, pero el trayecto no fue nada acogedor.
El camino está repleto de maleza, escombros y una vía deteriorada que dificulta el acceso a la zona. El muelle donde la gente solía ver a Moisés y tener contacto con él, desapareció y la villa pesquera de esa zona también se encuentra abandonada.
“El abandono que le da el Gobierno y el municipio a esta zo-
“Sabemos que Moisés vive en El Corcho en Naguabo porque uno de nuestros técnicos lo ha visto. Moisés nació en el 1991 y, actualmente tiene 27 años de edad” ANTONIO MANUCCI DIRECTOR DEL CENTRO DE CONSERVACIÓN DE MANATÍES DE PUERTO RICO
na son los responsables de que el delincuente venga a hacer sus maldades aquí... Uno trata de hacer algo, pero el gobierno no ayuda”, indicó el pescador recreativo Luis Laboy, residente del barrio Daguao en Naguabo.
Además de pescar y relajarse, Laboy suele disfrutar del avistamiento de quien dice es Moisés el manatí, además de otros manatíes que asegura ver a “cada rato” en la orilla.
“Moisés a cada rato está por ahí. Hay veces que lo veo; hoy no lo he visto, pero el jueves estaba ahí. Pero hay más, no está solo. Siempre vemos dos manatíes. Los otros días le tomé fotos y vídeo porque estaba jugando con un pedazo de plástico”, dijo el pescador, quien aseguró que Moisés ya no tiene la boya con la que lo monitoreaban porque “la encontramos un día tirada en la orilla. Se la quitaron porque parece que se encajaba en los palos”.
A pesar de la realidad, el residente de Daguao aún tiene la esperanza de que alguien se interese por proteger y resaltar las bellezas de la zona y que en algún momento esta pueda convertirse en un punto turístico importante del municipio de Naguabo.
“Vi que limpiaron en La Fanduca y dije 'contra, si nos ayudaran en El Corcho a limpiarlo'. Siempre venimos a coger fresco y a pescar aquí. Hay gente que viene desde Caguas a pescar y nos gustaría que el área estuviera mejor, pero el vandalismo ha desbaratado todo esto. Esperamos que ahora el Gobierno se acuerde de El Corcho”, reclamó Laboy.
Por su parte, el líder comunitario de Naguabo, Carlos Iván Pérez, lamentó la situación en la que se encuentra la zona y también reclamó acción por parte del DRNA.
“En su momento El Corcho era uno de los lugares más prístinos por su flora, por la proliferación de especies marinas y su inigualable belleza. Pero la poca importancia que le ha dado el DRNA y el Departamento de Agricultura ha convertido este lugar de alto valor ecológico en el más mísero vertedero”, denunció Pérez.
El líder comunitario informó que ha intentado coordinar una reunión con la secretaria del DRNA, Tania Vázquez, para dialogar acerca de las condiciones de esta zona, pero no ha obtenido resultados de sus gestiones.
“El paso del tiempo y la dejadez han convertido a El Corcho en un potencial peligro de salubridad y del alto peligro para el hábitat .... Reclamamos que si la secretaria de Recursos Naturales no conoce este lugar de tanta belleza que lo visite”, denunció Pérez.
DRNA se compromete
Mientras que la secretaria del DRNA explicó que la zona marítimo terrestre de El Corcho no está bajo la jurisdicción de su agencia.
“Esa área no es de las 62 áreas administradas por el Departamento de Recursos Naturales. El recogido de desperdicios sólidos le corresponde al municipio, pero nos consta que en las áreas costeras la gente deja barbaridades porque hemos sacados un sinnúmero de cosas increíbles”, indicó Vázquez.
No obstante, dijo estar interesada en trabajar en conjunto con la comunidad para ayudar a rehabilitar la zona y lograr que los residentes puedan empoderarse del lugar y convertirlo en un destino turístico.
“Aunque no es una de nuestras áreas protegidas, podemos hacer una actividad de limpieza con la comunidad. También podemos trabajar un proyecto comunitario que le dé sentido de pertenencia a los residentes. Tengo un proyecto de Turismo Verde que he querido usar de punta de lanza y me parece que en esa zona podemos trabajarlo con la comunidad para que luego de la limpieza, podamos dar a conocer esa área y que esto ayude al desarrollo de microempresas. Esta idea me emociona mucho”, destacó la secretaria.
Además, Vázquez se comprometió a reunirse con Pérez para desarrollar otras iniciativas entre las que se encuentra proveer fondos para la Villa Pesquera que está en manos del Departamento de Agricultura.
“Conseguimos unos fondos de NOOA y ya están asignados. Solo estamos esperando que nos lo den y es para rehabilitar las Villas Pesqueras. Se me ocurre que podamos inyectar fondos en esa zona de Naguabo y qué bueno que nos hablan acerca de esta situación porque precisamente eso es lo que estamos buscando impactar con nuestras iniciativas”, aseguró la funcionaria.
“El abandono que le da el Gobierno y el municipio a esta zona son los responsables de que el delincuente venga a hacer sus maldades aquí. El Gobierno en vez de recoger ese carro y los escombros no hacen nada. Uno trata de hacer algo, pero el Gobierno no ayuda” LUIS LABOY PESCADOR RECREATIVO