Primera Hora

KAMILA FUE UN MILAGRO EN MEDIO DE LA TEMPESTAD

Sus padres nos cuentan la historia

- BÁRBARA J. FIGUEROA ROSA bfigueroa@primerahor­a.com

COROZAL. La pequeña Kamila Crystal comienza a dar sus primeros pasos. Sus padres, Leishka Albaladejo y Ángel González, la miran embelesado­s con ese amor especial que surgió hace un año cuando vieron nacer a su primogénit­a en medio de un cúmulo de angustias provocadas por el hecho de que la labor de parto inició en una escena devastador­a e incomunica­da tras el azote del huracán María.

Los padres de la hermosa niña relatan la experienci­a como un acto milagroso, pues las horas previas al alumbramie­nto se volvieron un caos consideran­do que las únicas dos vías para poder llegar a un hospital desde su residencia -ubicada en el barrio Palmarito de Corozal-, habían quedado totalmente obstruidas por deslizamie­ntos de terrenos, el colapso de puentes y escombros de árboles y postes del tendido eléctrico.

En entrevista con Primera Hora, la madre rememoró el momento. De hecho, comentó que tuvo un presagio de lo que ocurriría y trató de prevenirlo buscando auxilio en su ginecólogo el 19 de septiembre de 2017, un día antes del embate del ciclón.

“El ginecólogo nos mandó para el hospital (Municipal de San Juan), pero allí la respuesta de una doctora –a la que le insistimos que nos dejara quedarnos con la preocupaci­ón de que entendíamo­s que no íbamos a poder salir de la casa si pasaba algo como lo que pasó– nos dijo que si ocurría algo, que llamáramos al 9-1-1 o fuéramos al hospital más cercano”, dijo Leishka sobre el esfuerzo que fue en vano, todavía cuando le faltaban tres días para cumplir las 40 semanas y estaba en dos centímetro­s de dilatación vaginal.

El augurio se hizo realidad. Y la angustia comenzó la madrugada del 22 de septiembre, cuando las contraccio­nes anunciaban la pronta llegada de Kamila.

“Fui al baño y estaba sangrando, no sabíamos qué hacer”, recordó la joven mamá.

A esa hora del amanecer su esposo Ángel salió a pie -y cruzando escombros- en busca de ayuda. Pasaron algunas horas, hasta que localizó a alguien.

“Sabíamos que había una enfermera en el barrio y llegué a su casa a tocarle la puerta”, cuenta sobre la profesiona­l con la que llegó a la casa a las 9:00 de la mañana.

La pareja relata que la noticia del pronto nacimiento de la niña se corrió como pólvora en el barrio y en un grandioso gesto de amor decenas de vecinos se unieron para ayudar en la faena.

Al hogar llegaron tres enfermeras, tres médicos y vecinos con agua, material de primeros auxilios, tanques de oxígeno y otros artículos de primera necesidad para garantizar un óptimo ambiente para cuando Kamila llegara al mundo.

Mientras tanto, las contraccio­nes se hacían cada vez más fuertes y, aunque hubo un intento de que Leishka pariera en su hogar, los especialis­tas que la asistían sospechaba­n que algo malo podía ocurrir. Entonces, urgieron a que se aunaran esfuerzos para que se abriera camino y la mujer parturient­a pudiera llegar a un hospital en Barranquit­as.

Y así ocurrió. Un vecino voluntaria­mente utilizó un equipo pesado para remover escombros, lo que permitió que la joven madre fuera trasladada en

Sabíamos que había una enfermera en el barrio y llegué a su casa a tocarle la puerta” ÁNGEL GONZÁLEZ PADRE DE KAMILA CRYSTAL

una “sapa militar” de Corozal hasta un área segura en Barranquit­as donde la esperaban paramédico­s y una ambulancia.

Al ser trasladada a la clínica del pueblo montañoso, recibieron otro segundo golpe emocional. “Nos dijeron que no la podían atender porque ya había roto fuente y que ellos no tenían el equipo especializ­ado si ocurría alguna complicaci­ón”,

expresó Ángel sobre los acontecimi­entos que tienen anotados con hora y fecha en una libreta que guardan con recelo.

El plan en ese instante –y ya pasadas las 9:00 de la noche– fue trasladar a Leishka al Hospital Menonita de Aibonito. El trayecto, que en época nor- mal es de media hora aproximada, se dilató por seis horas a causa de las malas condicione­s de las carreteras.

“Gracias a Dios llegamos al hospital y allí rápido nos atendieron. Me pusieron las correas y pitocina (medicament­o utilizado para aumentar las contraccio­nes y acelerar la labor de parto natural), pero no funcionó. Había pasado por tantas cosas las horas antes que no tenía fuerzas para parir… y me tuvieron que hacer la cesárea”, expresó la progenitor­a sobre el alumbramie­nto que ocurrió a las 9:33 de la mañana del día 23 de septiembre.

Según datos ofrecidos por el Registro Demográfic­o, entre el 19 y el 21 de septiembre de 2017, hubo 191 nacimiento­s en Puerto Rico.

Kamila Crystal tragó líquido amniótico al nacer, por lo que tuvo que ser recluida en cuidado intensivo durante una semana. Desde entonces, su desarrollo físico ha sido positivo.

“Es una niña saludable. Ahora es que está un poco enfermita por la bruma de los pasados días. Pero el pediatra nos dice que se está desarrolla­ndo muy bien”, cuenta Laishka.

Además, la pequeña proyecta ser picoreta, pues ya dice palabras como “mamá”, “papá” y “Pancho” (el nombre del perrito del hogar). Además, gesticula cuando le cantan “La linda manita” o “Pon el dedito en el pilón”.

También es buen diente, pues le encanta el arroz con habichuela­s. Incluso, ya tiene seis dientes.

“Este pasado año ha sido una chulería. Es una nena bien buena. Siempre durmió toda la noche y bien tranquilit­a”, dice Ángel.

En un viaje retrospect­ivo, la pareja coincide en que el reto más grande durante los pasados meses es haber iniciado el proceso de la maternidad y paternidad en medio del caos y las secuelas que dejó el huracán María.

“Estuvimos siete meses sin electricid­ad y eso hizo las cosas difícil… por la noche cambiando pañales con linternas y a veces se nos quedaba sin batería… Además, no tener señal acá arriba complicaba las cosas porque si pasaba algo no teníamos forma de comunicarn­os”, expresa la madre, quien ha sido invitada a varias escuelas a relatar su historia como sobrevivie­nte del potente ciclón que quedará por siempre en la memoria de los puertorriq­ueños.

Había pasado por tantas cosas las horas antes, que no tenía fuerzas para parir…”

LEISHKA ALBALADEJO MADRE DE KAMILA CRYSTAL

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FELICES CONELLA. Los padres de la hermosa niña relatan la experienci­a como un acto milagroso.

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