COMUNIDAD LE DA NUEVA VIDA A LAS HISTÓRICAS RUINAS
Grupo Rescate Playa Borinquen lidera la rehabilitación del área, pero aboga por ayuda gubernamental
En el 1889, las Ruinas de Aguadilla albergaron el primer faro de la zona, pero con el paso de los años y el terremoto de 1918 este fue severamente afectado, al punto de quedar obsoleto. Un siglo más tarde, esta estructura histórica y sus alrededores ubicados en los terrenos de la antigua base naval Ramey, han tomado otra dimensión gracias al esfuerzo de la organización Rescate Playa Borinquen.
Previo al 2012, la zona cobró notoriedad, pero no por su historia, ni por su belleza, sino por haberse convertido en un área donde reinaba el vandalismo, los crímenes y por ser un punto de encuentro para la prostitución.
Todas estas actividades ilícitas mantenían el área “secuestrada” para la comunidad.
“Cuando el ejército parte, esos terrenos pasan a diferentes entidades. Ese lugar de las ruinas se lo pasaron al Departamento de Recreación y Deportes (DRD). En las escrituras, el área fue designada como parque costero nacional que debía tener un uso recreativo. Pero toda el área fue abandonada por el gobierno y no se invirtió ni un solo centavo. El lugar se conocía como un ‘motel al aire libre’, donde la prostitución, los asaltos y los asesinatos eran la orden del día”, explicó Mario Felipe Torres, presidente y fundador de Rescate Playa Borinquen.
Según Torres, la dejadez del gobierno y el deseo de devolverle la zona a la comunidad, le impulsó a organizar un grupo de voluntarios con los que han logrado convertir el área en una para toda la familia.
“Por 20 o 30 años esta área, que es el motor de nuestra economía, estaba completamente abandonada. Por lo que decidimos hacerlo nosotros mismos”, destacó el presidente de la organización.
El grupo de Rescate Playa Borinquen ha realizado limpieza de áreas verdes, reforestación y restauración durante los últimos seis años con el fin de que la gente se sienta segura y que los vándalos no vean el área como una abandonada donde pueden hacer sus fechorías.
“Se ha logrado transformar un área para la unión familiar. La gente viene a hacer surfing, kayaking, paddle boarding, snorkeling, hicimos unas veredas recreativas para que las fa- milias caminen y unas con ruta de mountain bike. El área era un lugar que nadie visitaba y ahora ha cambiado el panorama”, expresó Héctor Varela, uno de los voluntarios.
Para poder darle vida a sus ideas, el grupo ha buscado ayuda económica de los comerciantes y de la misma comunidad, quienes han dado la mano. Los esfuerzos por presentar su propuesta al gobierno, hasta ahora, no ha rendido frutos.
“Los fondos que utilizamos vienen de comerciantes locales y de personas de la comunidad que han visto el impacto de cómo se ha minimizado el vandalismo. También se dan cuenta de que la gente llega y se queda en el área y los comercios se nutren de la actividad turística que se ha desarrollado. Con esos fondos y nuestro esfuerzo se ha logrado mantener el área, labor que no ha estado realizado el gobierno porque se han hecho acercamientos para solicitar ayudas, pero es escasa la respuesta”, comentó Varela.
Debido a la falta de apoyo gubernamental y la pobre o nula reacción para rehabilitar y reactivar la zona recreativa de Playa Borinquen, el grupo de voluntarios ha intentado buscar fondos federales y privados para poder mantener los esfuerzos y continuar el desarrollo, pero al no contar con una autorización de parte de Parques Nacionales y el DRD, no pueden completar sus esfuerzos e, incluso, han perdido donaciones importantes por esta situación.
“Los fondos vienen de comerciantes locales y de personas de la comunidad que han visto cómo se ha minimizado el vandalismo” HÉCTOR VARELA / VOLUNTARIO RESCATE PLAYA BORINQUEN