Ángeles que tocan la vida
¿Sabe usted lo que es un ángel? ¿Ha visto uno alguna vez? ¿Y qué es un ángel?
En algunas religiones, un ángel es definido como un ser espiritual, servidor y mensajero de Dios. Físicamente es representado como un joven o un niño bello y alado.
Algunos señalan no es así y que les sorprendería la real naturaleza física de estos seres.
También se habla del ángel custodio o ángel de la guarda el cual es destinado por Dios a cada persona para que vele por ella.
¿Realmente existen los ángeles?
Recientemente, se conmemoró el 45 aniversario de la tragedia de Mameyes en Ponce. Allí personal de rescate, policías y emergencia contaron con la ayuda de hombres y mujeres que trabajaron duro para rescatar víctimas y cuerpos.
En el 1992, el drama plasmado en una imagen de dos hombres que luchaban contra la fuerte lluvia y la crecida de un río cuando llevaban en sus brazos a un bebé, dejó ver lo que es capaz el ser humano por preservar vidas.
Cuando la tragedia ha tocado a pueblos hermanos, Puerto Rico se desborda en ayuda y acude en auxilio no importa dónde.
Roberto Clemente y el grupo que lo acompañaba dieron su vida en la navidad de 1972, para asegurarse de que los suministros llegaran directamente a los necesitados del terremoto de Nicaragua.
En el huracán Irma muchas personas fueron en auxilio de nuestros hermanos caribeños y aún luego del impacto del huracán María los boricuas continuaron ayudando a las islas caribeñas y a la vez luchaban por levantar nuestro País.
Nuestra diáspora respondió con el alma para ayudar a las víctimas y al día de hoy mantienen vivos los reclamos de dejadez del gobierno estadounidense hacia nosotros.
Cuando la enfermedad nos toca, cuando nuestro vecino necesita ayuda, cuando un niño o niña necesitan de recursos económicos para superar una enfermedad, sobran las iniciativas y los puertorriqueños se desbordan en amor.
Sin embargo, cuando quien tiende la mano es alguien que por razones de vida no está presente diariamente entre nosotros o personas totalmente desconocidas van en tu auxilio sin esperar nada a cambio, ahí se hace evidente la presencia de los ángeles.
Son ángeles sin alas, de carne y hueso como tú y yo. Te dan aliento, te motivan, se ponen a tu disposición sin conocerlos y hasta en silencio y anonimato. Lloran contigo el dolor y se gozan al máximo la victoria. Van contigo a “to’as” y cruzan la calle para darte café.
Dan el pesito que tienen comprometido para aportar y si no lo tienen te cuidan los hijos, te tiran la extensión para que tengas energía eléctrica, te cantan, te abrazan y oran por ti.
Para esos ángeles no importa la distancia, ni la religión ni la diferencia en color o cultura. Esos ángeles viven para servir y basta una llamada para ponerse a tu entera disposición.
Aunque mi Isla enfrenta grandes retos, no tengo la menor duda que los ángeles que la habitan y los que viven fuera de ella son más fuertes que la adversidad.
Sí, los ángeles existen. Caminan entre nosotros, conducen a nuestro lado y duermen en el mismo vecindario. Velan por ti en la distancia. Aparecen y te tocan llenando tu espíritu de amor y agradecimiento.
Los míos me escriben, me llaman, me hablan y me motivan. Y lo más increíble es se han sumado nuevos ángeles a mi vida. A ellos solo puedo decirles gracias desde lo más profundo de mi corazón.
Ellos han demostrado que no hay que tener alas, ni ser un espíritu de energía o viajar de nube a nube en manifestaciones sobrenaturales.
Los ángeles simplemente llegan porque sí. Porque la vida les dio un gran corazón para hacer la diferencia y entregarse sin esperar nada a cambio. Y yo soy el mejor testigo.
“Aunque mi Isla enfrenta grandes retos, no tengo la menor duda que los ángeles que la habitan y los que viven fuera de ella son más fuertes que la adversidad”