Emotivo vistazo a un mito
“First Man” trae a la gran pantalla la vida de Neil Armstrong
First Man, la nueva película del aclamado director de La La Land y Whiplash, Damien Chazelle, explora una historia familiar mediante una ejecución refrescante que se aleja del patriotismo excesivo sin abandonar el simbolismo americano.
Conociste la historia de Neil Armstrong desde el día en que te hablaron de la luna por primera vez. La gran gesta de la NASA con el Apollo 11 y su comandante es considerada como uno de los más importantes logros en la historia del ser humano. Por esto resulta increíble que sea la primera vez que se presente en una producción de esta magnitud la historia de cómo pisamos suelo lunar por primera vez. Solo una dirección refrescante y actuaciones extraordinarias habrían justificado llevar esta historia a la pantalla grande en un mundo en el que existen impresionantes logros técnicos como Interstellar de Christopher Nolan y Gravity de Alfonso Cuarón, filmes que desafían con éxito las reglas del subgénero del espacio.
La más reciente propuesta de Chazelle cumple con al menos uno de esos requisitos. En la categoría de actuaciones,
First Man no será un peligroso competidor, pero sí uno que encenderá una chispa en la conversación de los premios técnicos. Ryan Gosling conti- núa siendo Ryan Gosling, pero que esto no se malinterprete como una crítica negativa. El mayor obstáculo de Gosling es que al lado de Claire Foy, cuyo alcance dramático es claramente superior, el actor de 37 años nunca trasciende la expresión vacía que en gran parte lo ha hecho famoso. El director Nicolas Winding Refn tomó provecho de esto en su
magnum opus, Drive, en la que Gosling interpreta a un introvertido conductor para criminales. En First Man, el limitado alcance de Gosling es un arma de doble filo, proyectando emoción en cantidades limitadas en un filme que depende grandemente de un gancho emocional. Gosling tiene sus momentos, pero es la protagonista de la serie The Crown quien hace la mayoría del trabajo pesado; uno que probablemente le conseguirá su primera nominación al Oscar.
Foy, quien más tarde en el año interpretará a la tercera “Lisbeth Salander” en el cine, se pone en los zapatos de Janet Armstrong, esposa del astronauta. Ella, Neil y sus hijos Rick y Mark componen la familia en que la película encuentra su gancho emocional, desde la muerte de su pequeña de solo dos años hasta la angustia de no saber si verán a su padre de nuevo.
Es en la emocionante y reveladora dirección de Chazelle, quien nunca pierde visión de la humanidad en su historia, que la película encuentra su mayor distinción. Al igual que con La
La Land, el joven director logra un difícil balance entre drama y suspenso en un filme que intenta ser ambos. Es en su incansable búsqueda de aquellos elementos técnicos que elevan una historia sencilla que el cineasta vuelve a demostrar control total de la destreza.
Basado en el libro de James R. Hansen, el guión del ganador del Oscar, Josh Singer
(Spotlight), ofrece un vistazo íntimo a la vida del hombre detrás del mito. Hasta ahora, Neil Armstrong había sido el símbolo o rostro de uno de los mayores logros de la NASA. Sin embargo, existía poco conocimiento público sobre el arduo proceso que lo llevó a convertirse en leyenda y héroe de la nación americana. El resultado es una admirable adición a la filmografía de Chazelle, quien apenas comienza a escribir su propia historia para los libros del cine.