TOMA FUERZA LA MARCHA BORICUA
Esta disciplina del atletismo ha entregado recientes buenas actuaciones a nivel internacional
¿Recuerda el cuento de la tortuga y la liebre? Pues algo parecido está logrando la marcha sobre el fondo del atletismo boricua.
Hace una semana, en Buenos Aires, Argentina, el marchista Jan Moreu le dio a Puerto Rico una medalla en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Fue una de bronce viniendo de atrás en la caminata de los 5,000 kilómetros.
Meses antes, en Tempere, Finlandia, en el Campeonato Mundial Sub 20, la también marchista Rachelle de Orbeta registró una marca nacional en la caminata de 20 kilómetros y arribó en una honrosa séptima posición.
En los círculos del atletismo, los logros de Moreu y de De Orbeta, entrenados por Wilkin Rodríguez, son una prueba del avance en la marcha.
“Eso es para tomar nota. Eso indica que hay calidad, que en la última década están dando resultados. Que ya no es un fenómeno individual”, dijo el jefe entrenador de la delegaciones de Puerto Rico de la Federación de Atletismo nacional, Carlos Guzmán.
Inclusive, para poner en perspectiva el avance de la marcha, se dice en la familia del atletismo que los cami- nantes de la marcha han rebasado con sus resultados a sus hermanos, los corredores del fondismo, que fueron en los 70, 80 y parte de los 90 la bandera del atletismo.
Y, como la tortuga andante le ganó eventualmente a la veloz liebre en el cuento, en estos días los marchistas le están ganando a los corredores pese a las desventajas.
“La marcha ha avanzado más que el fondo. Esos son datos objetivos. Y lo ha hecho con menos gente (atletas), menos recursos (económicos) y menos oferta de competencias”, dijo Guzmán.
La marcha boricua se organizó en el 1978, como antesala a los Juegos Panamericanos San Juan 1979, cuando nació el Comité de Caminata, recordó uno de los padres de la modalidad, José ‘Pepén’ Fernández. Otro de sus padres es el juez internacional, Cándido Vélez.
Atletas como José Miguel Pérez, Gregorio Angulo, el máster Humberto Torres, Nicolás Soto, Wilmer ‘Pirata’ Santiago y Noel Santini preceden a esta generación de marchistas, nombró Fernández.
En esta generación de Moreu y de De Orbeta también están los adultos José Meléndez y Dalia Oliveras, quienes hicieron las marcas para competir en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.
En resumen, la marcha está avanzando gracias al esfuerzo de sus atletas, pero también por la estructura de sus entrenadores, como Rodríguez, dijo Guzmán.
“Los entrenadores han sido más receptores (que los de fondismo) a los cambios que se les estaban pidiendo”, dijo.