Primera Hora

NO QUIERE QUE SE REPITA SU HISTORIA

Sharelys Millán y otras dos madres narran la pesadilla que vivieron en el Hospital Pediátrico de Río Piedras, donde murieron sus bebés

- BÁRBARA J. FIGUEROA ROSA barbara.figueroa@gfrmedia.com

“Un enfermero me dijo que tenía 7 bebés a su cargo, incluyendo a 4 con la bacteria… se supone que él no atendiera a otros niños que no lo tenían” SHARELYS MILLÁN MADRE DE RACHELIZ

“Al gobernador le pido que atienda esta situación. Por favor, haga algo para ayudar a los papás que quedaron allí… no sigan tapando lo que está mal”

ZULEYKA PASTRANA ABUELA DE KARIMAR

Racheliz, Karimar y Sebastian son los nombres de tres bebés prematuros fallecidos en las pasadas semanas en la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal (NICU) del Hospital Pediátrico de Río Piedras, institució­n que ha estado en la mirilla en los últimos días tras serias denuncias de familias que señalan falta de higiene, problemas estructura­les, hacinamien­to de pacientes y carencia de personal de enfermería, entre otras irregulari­dades.

En la muerte de los tres neonatos existe un denominado­r común: todos se contagiaro­n con la bacteria klebsiella, según sus familiares.

Sus progenitor­es están convencido­s que los pequeñines sufrieron un deterioro en su salud –que debido al nacimiento prematuro ya era crítico– a causa de las secuelas de esta afección y a negligenci­as que se pudieron prevenir por parte del personal administra­tivo del hospital, quienes han tratado las denuncias de los progenitor­es como quejas sin fundamento­s y como agendas políticas de las uniones que representa­n a los trabajador­es de la institució­n médica pública.

La klebsiella causa daños en el tracto urinario y septicemia. Se le llama superbacte­ria por la alta posibilida­d de resistenci­a a antibiótic­os.

La historia de Racheliz

Sharelys Millán y su esposo Rafael Santiago desconocía­n el sexo de su primer bebé hasta que llegó el momento del parto, un proceso que se adelantó a las 24 semanas de gestación cambiando por completo los planes de esta joven pareja.

“Es una niña”, escuchó decir Sharelys a una de las enfermeras que atendía la emergencia en el Hospital Caribbean en Fajardo, donde fue atendida inicialmen­te.

Por ser prematura, la niña fue trasladada inmediatam­ente al área norte del NICU en Centro Médico en Río Piedras. Allí, le notificaro­n a los esposos que su hija debía ser intervenid­a, pues tenía una

perforació­n en el intestino.

La cirugía fue un éxito y, dentro de su cuadro clínico, el pronóstico era favorable ya que otros sonogramas de corazón, pulmones y riñones descartaro­n alguna otra anomalía.

Posteriorm­ente, a Racheliz hubo que hacerle una colostomía, un procedimie­nto quirúrgico en el que se saca un extremo del intestino grueso a través de una abertura hecha en la pared abdominal con el propósito de que las que se

movilizan a través del intestino salgan hasta una bolsa adherida al abdomen.

“El progreso era evidente… pero entonces empezaron los contagios con bacterias y hongos… en total la nena tuvo seis bacterias y dos de las veces fue por la klebsiella”, explicó la madre al agregar que los efectos ocasionaba­n una hinchazón sobrenatur­al en la chiquita, que tuvo que se trasfundid­a con plasma para tratar de aplacar la crisis infecciosa.

A partir de esos momentos, la bebé fue en retroceso. Y, simultánea­mente, relata Sharelys, iniciaron las irregulari­dades administra­tivas en el hospital.

“El aire acondicion­ado no servía… allí se podía ir en pantalones y cortos y te daba calor. Además, la higiene era inadecuada… una vez llegamos y había sangre y gasas sucias en el piso”, destacó.

Aunque el trato de los médicos fue bueno, indicó que había una falta evidente de personal.

Y algunos terapistas respirator­ios no tenían cuidados de salubridad al atender a los bebitos.

“Un enfermero me dijo que tenía siete bebés a su cargo, incluyendo a cuatro con la bacteria… se supone que él no atendiera a otros niños que no lo tenían… y en una ocasión el terapista estaba succionand­o a la nena y le tosió encima”, denunció.

Ante este frustrante escenario, la salud de la bebé fue en detrimento, hasta que el pasado 5 de noviembre los padres recibieron una llamada del hospital en el que se les alertaba que la niña estaba en estado crítico.

Sharelys y Rafael tuvieron cuatro horas para acurrucar a su niña hasta que, finalmente, falleció. Esos minutos fueron un desborde de amor y agradecimi­ento, según cuenta la madre.

Decidió relatar lo ocurrido porque, aunque nadie le devolverá a su niña, quiere evitar que una situación familiar trastoque a otros padres.

“Sé que el administra­dor del hospital (Ernesto Santiago) está negativo, pero él no está viviendo lo que estamos viviendo nosotros. Si él tuviera un hijo ahí estuviera peleando como nosotros… mi bebé ya no está, pero se puede hacer algo por los que sigue allí sufriendo”, manifestó.

La pequeña Karimar

Karimar nació prematuram­ente el pasado 21 de junio, y aunque su llegada surgió antes de tiempo y con grandes retos clínicos por delante, la chiquita llenó de alegría a su abuela materna Zuleyka Pastrana.

La nena nació a las 25 semanas de gestación en el Hospital Universita­rio del Centro Médico, pues su mamá - de 15 añostenía un embarazo de alto riesgo. De inmediato, fue transferid­a al Pediátrico, donde fue operada casi de inmediato de un soplo del corazón.

La beba tuvo unos altibajos -incluido problemas con sus riñones- situacione­s que fue superando con el pasar de los días. En cambio, su pronóstico cambió desde finales de octubre cuando adquirió la bacteria klebsiella.

“Esa bacteria la cogió por el tubo nasogástri­co… la nena iba mejorando y de momento todo fue para atrás”, expresó quien se hizo eco de las quejas de otras madres que la semana pasada recurriero­n a los medios de comunicaci­ón en busca de auxilio ante el desespero de ver que la situación aumentaba.

“¿Tú sabes lo que es llegar a ver a tu nieta y ver que el plafón se cayó justo a su lado?”, relató destacando un incidente en el que un pedazo del techo del NICU colapsó, provocando un corre y corre en el hospital.

“Lo peor es que luego fueron a arreglarlo y empezaron a bregar con madera y otras herramient­as de construcci­ón con todos los nenes de NICU allí… mira qué irresponsa­bilidad”, narra al agregar que es día -con su nieta ya desahuciad­a- enfrentó al administra­dor del hospital, quien presuntame­nte la amenazó con sacarla.

Al otro día del incidente, el pasado 9 de noviembre, Karimar falleció. Todo el relato anterior, incluida la muerte de la chiquilla, fue notificado por Zuleyka al gobernador Ricardo Rosselló a través de su página oficial de Facebook, donde miembros de su gabinete se comprometi­eron a atender el asunto y notificar lo ocurrido al Primer Ejecutivo. Zuleyka nunca recibió respuesta.

“Mi nieta murió, pero allí quedaron 50 niños… al gobernador le pido que atienda esta situación. Por favor, haga algo para ayudar a los papás que quedaron allí… no sigan tapando lo que está mal. Si fueran sus hijos ya habrían puesto el aire y arreglado el lugar”, dijo la mujer.

Listos para ir a casa con Sebastian

La viequense Jitka Quiñones Cruz también vio cómo la bacteria klebsiella acabó con la vida de su primogénit­o en cuatro días.

Fue el pasado jueves, 4 de octubre que la salud de Sebastian Reynoso Quiñonez, quien nació a las 25 semanas de gestación comenzó a deteriorar­se.

“Ellos estaban dándole medicament­os como a lo loco, porque no sabían cuál era la bacteria”, expresó la joven madre.

Quiñonez Cruz y su esposo Fraciel Reynoso pensaron que su bebé sobrevivir­ía, pues ya había superado otras tres bacterias en los dos meses que llevaba internado en el NICU norte del Pediátrico.

“Nuestro bebé no nació con ninguna condición, gracias a Dios. Lo que le faltaba era soltar el tubito para que pudiera respirar solito. Cuando nos hablan de esta bacteria (klebsiella), no sabía la magnitud de lo que le podía pasar. Ya yo estaba lista para irme con él a casa, porque se había visto mucho progreso”, afirmó Quiñonez Cruz.

Fue el lunes, 8 de octubre que el matrimonio recibió a la 1:00 a.m. una llamada para alertarle que su bebé estaba en condición crítica. “Estuvimos con él hasta su último respiro, por así decirlo”, dijo.

El matrimonio, que vive en Vieques, reiteró que en el piso 6 en el que se encontraba­n no había aire acondicion­ado, ni buena higiene.

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 ??  ?? PARA QUE NO VUELVA A PASAR Zuleyka Pastrana, abuela de Karimar, y Sharelys Millán, madre de Racheliz, denuncian las situacione­s que, aseguran, ocurren en el hospital donde falleciero­n los infantes contagiado­s con la bacteria klebsiella.
PARA QUE NO VUELVA A PASAR Zuleyka Pastrana, abuela de Karimar, y Sharelys Millán, madre de Racheliz, denuncian las situacione­s que, aseguran, ocurren en el hospital donde falleciero­n los infantes contagiado­s con la bacteria klebsiella.

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