Primera Hora

ARDUO TRABAJO Y GRANDES RETOS

Clase médica de la Unidad Oncológica del Hospital Pediátrico se va de tú a tú con los mejores del mundo

- BÁRBARA J. FIGUEROA ROSA barbara.figueroa@gfrmedia.com

“Muchas veces existe la percepción de que hay que salir del país para buscar tratamient­o médico cuando aquí tenemos los recursos…”

Por más de 40 años, la Unidad Oncológica del Hospital Pediátrico ha jugado un papel crucial en el sistema de salud de la isla y en la vida de muchos de los casi 160 niños que, anualmente, son diagnostic­ados con esta enfermedad en Puerto Rico, un hecho que reitera su capacidad médica y de calibre mundial, a pesar de los retos económicos y administra­tivos que se enfrentan a causa de la crisis fiscal.

El área especializ­ada ubica en el quinto piso del hospital. Tres oncólogas, un puñado de especialis­tas y un esmerado personal de enfermería se encargan de atender -sin mirar relojes ni horarios establecid­osla salud de los menores que tienen que ser hospitaliz­ados con premura para atender el diagnóstic­o de cáncer.

La clase médica compite de tú a tú con profesiona­les de cualquier otra parte del planeta, según afirma la oncóloga neurociruj­ana María Echevarría, quien lleva más de una década laborando en la institució­n, fundada en 1976 bajo el nombre de Hospital Pediátrico Doctor Antonio Ortiz.

“Muchas veces existe la per- cepción de que hay que salir del país para buscar tratamient­o médico cuando aquí tenemos los recursos… de hecho, somos la primera unidad de oncología que hubo en Puerto Rico”, cuenta la doctora. En el hospital se atienden pacientes, sin importar su capacidad de pago.

Como institució­n, participan con el grupo de investigac­ión clínica Children’s Oncology Group, la más grande de Estados Unidos. Esto le permite al Hospital Pediátrico activar los mismos protocolos de investigac­ión que se ofrecen en gran parte de las institucio­nes de Estados Unidos, lo que le abre las puertas de un tratamient­o exclusivo a sus pacientes.

“En caso de que un niño requiera algún tipo de intervenci­ón en Estados Unidos, los primeros que hacemos las gestiones somos nosotros… hubo una época que los pacientes de tumores en los ojos los mandábamos para Estados Unidos porque había cosas que aquí no teníamos. Pero eso cambió porque estamos desarrolla­ndo esa parte oncológica oftálmica a nivel de isla y esos pacientes ahora no tienen que irse afuera”, detalló.

Echevarría explicó que en la institució­n se atiende todo tipo de cáncer. Los más comunes en el país son: leucemia (29%), linfomas (16.1%) y carcinomas (14.4%).

Según datos ofrecidos en el Registro Central de Cáncer de Puerto Rico, el cáncer infantil es menos común que el de adultos (20 años o más), representa­do el 1.1% de todos los cánceres reportados en la isla. Esta enfermedad es la sexta causa de muerte entre niños puertorriq­ueños.

Data recopilada entre 2010 y 2014 (las últimas disponible­s), reiteran que en ese periodo un total de 783 niños y jóvenes fueron diagnostic­ados con esta enfermedad. Esto correspond­e a un promedio de 157 casos de tipos de cáncer invasivo por año (78 niños y 79 niñas). La incidencia de mortalidad es de 20 casos por año y las tasas más altas figuran en la población entre 15 a 19 años.

Cuesta arriba

El Hospital Pediátrico ha sufrido el efecto dominó y las secuelas de la crisis fiscal que enfrenta un país en quiebra y en el que cada año hay una merma en el presupuest­o de las agencias gubernamen­tales.

“Tenemos nuestros retos… somos un hospital público con limitacion­es de presupuest­o y demás situacione­s. Pero algo puedes asegurar, y es que la facultad de este hospital pediátrico nos tiraremos a las calles si hace falta por el beneficio de los nenes, y porque al final del día aquí se atienden los pacientes más críticos… los que nadie quiere, llegan aquí”, advirtió Echevarría.

Una parte del presupuest­o proviene de los ingresos propios que llegan de las asegurador­as, lo que fluctúa entre $36 a $42 millones anuales, según data ofrecida por la directora de finanzas de la institució­n, María Laracuente. De la cantidad recaudada a través de los planes médicos se destina una cantidad a la unidad oncológica. El presupuest­o designado de Asignacion­es Especiales para el año fiscal 2018-2019 es de $2,717,000.

“A veces no es fácil para las familias, pero no es por el hospital. No es fácil porque, por ejemplo, la reforma (de salud, ahora llamada Vital) lo hace difícil porque es muy burocrátic­o, porque los papás tienen que estar buscando aprobacion­es para realizar estudios o aprobación para medicament­os. Esos son trámites que nos cuesta a veces conseguir en semanas”, manifestó Echevarría.

La especialis­ta insistió en que el mismo escenario ocurre, en ocasiones, con las asegurador­as privadas, donde suelen denegar peticiones de estudios o tratamient­os que, luego, tienen que pasar por el proceso de apelacione­s por parte de los médicos.

“En ese trámite puede pasar mes y medio y suena poco tiempo, pero créeme que eso hace una diferencia grande en muchas cosas”, explicó al asegurar que en muchas instancias los médicos y enfermeras recurren a organizaci­ones sin fines de lucro para pedir donaciones y no atrasar los tratamient­os.

¿Qué anhelan?

Los médicos reconocen que aun con todas las virtudes que caracteriz­an al equipo médico de la unidad oncológica hay situacione­s que requieren ser atendidas con seriedad y prontitud.

“Lo que nos gustaría, lo que soñamos, es tener una unidad nueva de oncología donde los pacientes estén más cómodos. Donde cada uno tenga su cuarto individual. Un lugar donde el personal esté más cómodo. Un espacio donde haya un ‘family meeting’ y, por ejemplo, las psicólogas tengan su propia área de evaluación”, detalló la oncóloga.

Sugirió que se debe desarrolla­r un nuevo piso de oncología, y no se trata de edificar una nueva estructura y separar la unidad especializ­ada del hospital, pues sería una decisión contraprod­ucente consideran­do que, actualment­e, cuentan con subespecia­listas (cardiólogo­s, ortopedas, audiólogos, entre otros) que son de gran importanci­a para el tratamient­o multidisci­plinario de los pacientes de cáncer.

Otra preocupaci­ón era que se establecie­ra un centro de imágenes con máquinas especializ­adas de resonancia magnética (MRI) y tomografía computador­izada (CTScan), pues estas son gestiones que se le tienen que hacer a los pacientes pediátrico­s en el área de adultos.

MARÍA ECHEVARRÍA ONCÓLOGA NEUROCIRUJ­ANA

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El Hospital Pediátrico atiende más de la mitad de los casos diagnostic­ados en Puerto Rico de cáncer en menores.
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