UNIDOS POR UN CORAZÓN
Donante le dio nueva vida a don Faustino
El amor trasciende de formas insospechadas y esta es la historia de un dolor convertido en un hermoso gesto de desprendimiento que le devolvió la esperanza de vivir a un hombre que tenía sus días contados.
Corría enero de 2003 y don Faustino Jovito Rosario Ortiz convalecía en el Hospital Cardiovascular en Centro Médico, esperando recibir la llamada de que había un corazón donado para reemplazar el suyo que, para entonces, funcionaba a un 10%.
A poca distancia, en la Unidad de Trauma que ubica en la misma instalación, llevaba batallando por su vida durante una semana Adaliz Pereira Lugo, de 25 años y con una herida de bala hecha por su pareja, Rolando Ferrao Rivera. ( fue sentenciado a 129 años de cárcel)
En cambio, la mujer -madre de dos niños de 4 y 7 años- tuvo muerte cerebral, según los médicos.
La mamá de Adaliz recordó que su hija le había comentado que si algo le sucedía quería que donaran sus órganos y tejidos. Sus deseos fueron cumplidos de inmediato y tras gestiones hechas a través de Lifelink, don Faustino recibió la llamada.
“
Volví a nacer… me pusieron el corazoncito de una mujer dulce, hermosa y buena que me devolvió la vida”
FAUSTINO JOVITO ROSARIO ORTIZ / TRASPLANTADO
Para esa época, el paciente con seis bypass tenía 59 años y se desempeñaba como conductor de guagua pública en la ruta de Río Piedras a Carolina.
Su corazón había crecido y estaba llevando poca oxigenación a su cerebro y organismo. Su recaída fue acelerada, al extremo de que en cuestión de un año (2003) perdió, incluso, la capacidad de bañarse o vestirse solo. “Volví a nacer… me pusieron el corazoncito de una mujer dulce, hermosa y buena que me devolvió la vida. Nunca hubiera querido que fuera en estas circunstancias. Pero Dios es el que manda y va. Y lo más lindo de este proceso es que gane a una familia extendida, porque al par de meses, por otra casualidad grande de la vida, conocí a los parientes de mi corazón (como llama a Adaliz). Y desde entonces, no hemos perdido comunicación”, expresó nostálgico el hombre, de 74 años.
Explicó que un amigo de la infancia quien conocía de su condición de salud tenía relación con la familia de Adaliz y un día, durante una conversación informal con los parientes de la mujer, hablaron sobre el proceso de donación.
Entonces, atando cabos, sospecharon que el corazón de Adaliz fue trasplantado a don Faustino, información que luego se corroboró.
“Para mí son una familia extendida que Dios puso en mi camino”, indicó.