LAS VÍCTIMAS NO TIENEN ALBERGUE
Puerto Rico carece de un refugio para quienes se perjudican con trata humana
A pesar de que en Puerto Rico se han registrado casos de trata humana, no hay un albergue especializado para estas víctimas, que sostienen “no se sienten protegidas”.
Así lo denunció ayer la directora del Centro de la Mujer Dominicana, Romelinda Grullón, en una vista pública de la Comisión de Revitalización Social y Económica, que preside la senadora Zoé Laboy.
“No hay un albergue en el que se sientan seguras porque no hay uno que trabaje directamente con mujeres víctimas de trata humana. No lo hay. No se sienten que están protegidas”, sentenció Grullón, tras exponer que existen grupos de trata humana en República Dominicana “que se fortalecen en Puerto Rico”.
“En Puerto Rico hay tráfico [de trata humana]. Hay bastante y sabemos que no es tan sólo con la comunidad inmigrante sino prácticamente en muchos niveles… Hay personas conectadas en República Dominicana con otras en Puerto Rico y a veces son redes que son altas. Por ejemplo, no se considera que salgan embarcaciones que no sean detectadas por el gobierno o que salgan sabiendo que hay una vigilancia. ¿Cómo salen? ¿Cómo llegan? ¿Qué hay en ese medio? ¿Qué está pasando?”, denunció Grullón a preguntas de Laboy.
Según la experiencia del Centro de la Mujer Dominicana, en el caso de las inmigrantes la vulnerabilidad a vivirlo aumenta porque muchas víctimas son ilegales con poca o ninguna escolaridad y poco conocimiento de las leyes y derechos que las cobijan.
Grullón destacó que un componente que incide en que dicha situación se perpetúe son las limitadas oportunidades económicas que estas mujeres enfrentan. En su mayoría, presentan obstáculos para poder pagar el “rescate”, que consiste en dar cierta cantidad de dinero al raptor y sus ayudantes. Al no poder pagar, se ven obligadas a cometer actos sexuales en contra de su voluntad y trabajo forzoso.
En otros casos, al no encontrar empleo por falta de documentación, se ven expuestas a explotación laboral y al control por parte de sus parejas en la toma de decisiones y bienes.
“Recuerdo un caso de una persona que fue referida, la entrevistamos y auscultamos que era víctima de trata. Llamamos a la Comisión de Derechos Civiles e hicimos una discusión de casos con la Policía. Ellos se hicieron cargo del caso con feliz término. Eso es parte de cómo podemos trabajar a nivel interactivo”, dijo Grullón.
Por su parte, Laboy opinó que el problema principal de la trata humana es el temor de las víctimas y el silencio, por lo que aseguró que hay que buscarle una “solución inmediata”.
Sin embargo, reconoció que, aunque no se pueda erradicar por completo la trata humana, sí se puede minimizar el mismo “y eso debería ser definitivamente lo que todos y todas debemos estar trabajando”.