¿NO SABES CÓMO DEJAR EL ALCOHOL?
ASSMCA habla de las herramientas disponibles para atender esta adicción
A eso de los 15 años, Javier probó su primer trago en una fiesta familiar y tan rápido como un chasquido de dedos perdió el control de su vida.
“Fue bien poco el tiempo en el cual yo pude tener, si acaso, un control y fue progresivo. Mis primeros tres meses, seis meses yo tuve algo de control. Pero, después de esos seis meses, yo no podía parar (de beber)”, afirmó el hombre, quien por los pasados 18 años ha luchado contra la enfermedad del alcoholismo.
“No entendía el por qué tenía que beber y no podía parar. Al principio, era alegría, felicidad, y bomba es, como dice uno. Estoy chévere, los miedos se me fueron”, agregó, al indicar lo fácil que se le hacía ir a negocios a comprar bebidas y cigarrillos.
A los 18 años, cuando bebía todos los días, su vida no tenía rumbo, sus amistades los rechazaban por aguafiestas y había tocado fondo. Decidió dar los primeros pasos para cambiar.
“Yo no estaba buscando ayuda. Yo lo que estaba buscando era que pasara el aguacero, el destrozo que yo estaba haciendo, porque, realmente, yo traté de dejar de beber muchas veces y no podía”, relató.
Ese primer grito de auxilio que tuvo Javier “no fue fácil”. En su caminar e ignorancia juvenil, acudió a centros espiritistas y a iglesias.
“Recuerdo haber ido a un retiro un día y esa misma noche salir de un retiro espiritual brutal y terminar borracho en la noche. Y después fue peor, porque entonces dije: ‘Dios, tú no existes’”, expresó.
También llegó a pensar que el servicio que ofrece la organización Alcohólicos Anónimos no le iba a funcionar por la idea generalizada de que allí lo que había era “ese chorro de viejos”.
Su situación se tornó complicada y cometió una grave falta, de la cual no quiso hablar. Para escapar de un regaño de su madre, “terminé en (el hospital) Capestrano, porque no podía parar de beber”.
Lo más difícil para Javier, que ahora tiene 37 años, fue aceptar la derrota.
“No es fácil, más cuando uno es joven y entiende que lo sabe todo en la vida”, expresó.
Hoy en día, es todo un profesional y lleva 18 años asistiendo a las reuniones de Alcohólicos Anónimo. Su ejemplo rompe con la teoría generalizada que resuena en las redes sociales de que no hay alternativas para salir del ciclo del alcohol.
Ojo con las fiestas
Según estadísticas oficiales de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), “la edad promedio de inicio son los 14 años, que coincide con inducir alcohol en fiestas familiares, como coquito, sangría o incluso el vino”, informó la directora de la agencia, Suzanne Roig Fuentes.
Comentó, de hecho, que en la Consulta Juvenil que realizan para conocer sobre el consumo de licor en menores y jóvenes de edad escolar, “sí expresan que papá le habla a tiempo (del alcoholismo), pero expresan consumir alcohol en fiestas familiares de frente, sin ocultarse”.
“No es fácil, más cuando uno es joven y entiende que lo sabe todo en la vida”
JAVIER
JOVEN QUE SUPERÓ LA ADICCIÓN AL ALCOHOL “En la Navidad hay largos periodos de fiesta y, obviamente, el contenido de alcohol es más prolongado, los jóvenes están de vacaciones y habremos confundido la alegría, la felicidad y el pasarla bien con el estar bajo los efectos del alcohol”
SUZANNE ROIG FUENTES / DIRECTORA DE ASSMCA
Roig Fuentes alertó que, por tal razón, hay que prestar mucha atención a lo que ocurre en las múltiples fiestas navideñas que se realizan en esta época para evitar que más jóvenes caigan en esta adicción.
“Ciertamente, esperamos que nuestros padres y jóvenes tengan la conciencia de cuál es el propósito de esta festividad y qué es lo que queremos que festejar… En la Navidad hay largos periodos de fiesta y, obviamente, el contenido de alcohol es más prolongado, los jóvenes están de vacaciones y habremos confundido la alegría, la felicidad y el pasarla bien con el estar bajo los efectos del alcohol”, afirmó .
Asimismo, la directora de Assmca destacó que la Consulta Juvenil del año 2018-2019 reveló una disminución en los jóvenes que experimentan con las bebidas alcohólicas. Sin embargo, aquellos que aceptan ser bebedores reconocen que han entrado en la moda de beber en racha (Binge drinking), que es tomarse cuatro o cinco tragos corridos en un breve periodo de tiempo.
Las ayudas disponibles
Si un menor de edad ha comenzado a experimentar con el alcohol o ya está alcoholizado, la primera opción de rehabilitación que provee Assmca está ubicada en el Hospital Pediátrico, ubicado en el Centro Médico de Río Piedras, conocida como Clínica Río Piedras. Allí dan servicio clínico terapéutico tanto para el menor de 21 años como para sus padres.
Reciben, además, apoyo psiquiátrico y aceptan todos los planes médicos. Si la persona no tiene seguro de salud, Assmca asume el costo.
También está la alternativa conocida como “Casita de Salud” de Assmca, que incluye un programa de desintoxicación de 21 días.
“Es la única clínica especialista en alcohol en Puerto Rico y el Caribe y se trabaja en alianza con Alcohólicos Anónimos. Tenemos apoyo de ellos para los participantes”, explicó.
Otras opciones de servicio de desintoxicación también la ofrecen hospitales privados, principalmente dedicados a atender asuntos de salud mental.
“Un día a la vez” en Alcohólicos Anónimos
Otra alternativa para mantenerse sobrio es Alcohólicos Anónimos, cuya filosofía de vivir “un día a la vez” fue destacada por Javier para mantenerse sobrio en los pasados 18 años.
Explicó que cuando llegó consciente de que necesitaba ayuda para superar la enfermedad del alcoholismo cambió su percepción de que la mayoría de las personas que asistían a las reuniones eran mayores de edad.
Busque ayuda para superar el alcoholismo. Llame a la Unidad Especializada en Alcoholismo de Assmca, al 1-800-981-0023 o a Alcohólicos Anónimos al (787) 704-1634. O acceda a www.aa-pr.com, en la sección de reuniones, donde aparecen números telefónicos de los líderes de los distintos grupos a través de la Isla.