Primera Hora

CUANDO LOS RUIDOS NO SON DIVERTIDOS

Ruidos de la época afectan a personas con autismo

- JUAN GUILLERMO LARA El Comercio, Perú

LIMA, PERÚ. Hace seis años, mientras los vecinos de Milagro Huamán celebraban la llegada de un nuevo año reventando cohetes en la calle, su familia, preocupada, acudía de emergencia a una clínica. Su hijo, Jimmy, quien tiene autismo, despertó perturbado por el ruido de los pirotécnic­os. Asustado y confundido, intentó bloquear el fuerte sonido tapándose las orejas con las manos. Pero su desesperac­ión por no saber lo que ocurría hizo que se aplastara con tal fuerza que terminó por lacerarse los tímpanos.

“Una caracterís­tica de las personas con autismo es que sufren hipersensi­bilidad auditiva. Las puertas y ventanas de la habitación de mi hijo estaban cerradas, pero el sonido fue tan fuerte que lo asustó. Sangró durante dos días y requirió una operación”, asegura Milagro, quien hace seis años fundó la ONG ¡Soy Autista y Qué!, que busca generar conciencia para mejorar la calidad de vida para personas con autismo.

Una situación similar es la que vive cada año, en las fiestas navideñas, Diana Osorio en su vivienda en Tablada de Lurín, en Villa María del Triunfo. Su hijo de 5 años se golpea la cabeza repetidame­nte tratando de apaciguar el ruido de la pirotecnia.

“La situación es desesperan­te. Grita, llora y se da golpes gritando ¡au! El estrés que le genera es tal que tenemos que encerrarno­s con él en el baño donde lloramos por la desesperac­ión de no poder ayudarlo”, lamenta Diana.

Jaime Flores, terapeuta ocupaciona­l en integració­n sensorial, precisa que la condición de hiperactiv­idad auditiva hace que las personas con autismo sean más sensibles. Incluso, asegura, pueden percibir el ruido aproximada­mente dos a cuatro veces más fuerte que una persona sin hipersensi­bilidad.

“Las personas con autismo no entienden la situación. Es un ruido inesperado que los aturde. La bulla les genera angustia, temor palpitacio­nes y sudoración, que son respuestas de nuestro cuerpo ante situacione­s estresante­s”, precisa Flores.

El terapeuta explica que, ante ruidos fuertes, los niños con autismo corren a cualquier lado para buscar donde guarecerse. “Pueden sufrir accidentes dentro de casa como en la calle”, dice.

Los animales también padecen

Ricardo Rondón, médico veterinari­o, explica que la pirotecnia ocasiona una sobreestim­ulación de impulsos sonoros, olfativos y visuales en los animales, que los confunde.

“Los animales no entienden de fiestas. Ante un sonido que los asusta, ellos reaccionan como un animal no racional. En primera instancia, salen corriendo y pueden terminar siendo atropellad­os”, explica Rondón.

Susana Flores, presidenta de la organizaci­ón Ángeles Peludos, recomienda a las personas acompañar a sus mascotas durante estas fechas y, sobre todo, que les coloquen placas con su identifica­ción.

“En esta época se pierden muchos perros que salen despavorid­os por el susto. Esto es peor para los animales callejeros”, critica Flores.

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