VIVIANA LE METIÓ LAS MANOS A LA VIDA
La boxeadora Viviana Velázquez encontró otro camino cuando llegó a un gimnasio y se subió a un cuadrilátero por primera vez
Viviana Velázquez era un imán para los conflictos durante su adolescencia. Desertó la escuela en décimo grado y, para ella, era ordinario encontrarse en medio de peleas callejeras que la remolcaron hacia otros problemas.
“Siempre fui problemática. Era rebelde, peleaba en la calle, discutía y mis reacciones eran pelear. Mis amistades a veces me buscaban para ayudarlos cuando tenían algún problema con alguien”, recordó Velázquez. “Había dejado la escuela por ignorancia y estuve en malos pasos”.
Todo cambió cuando comenzó a practicar el boxeo por insistencia de una amiga. Para entonces tenía 17 años.
Y ese instante transformativo es el que resulta ejemplar en el marco de la celebración ayer del Día Internacional de la Mujer.
“Me dijo que me ayudaría a coger disciplina”, sostuvo. “Ahí fue cuando caí en las manos de Luis Espada (padrastro del dos veces campeón mundial José Pedraza). Él me jalaba las orejas y me puso por el buen camino”.
Velázquez tuvo una breve estadía en el Equipo Nacional de boxeo femenino. El pasado diciembre debutó exitosamente a nivel rentado con una decisión unánime sobre Amarilis Adorno. Pero el boxeo no domina los intereses de la joven de 25 años.
“Eventualmente terminé mi cuarto año de escuela superior. Tengo un grado en mecánica automotriz y comencé un bachillerato en justicia penal de la Universidad del Turabo. No terminé por el boxeo. No me daba el tiempo. Me faltan dos semestres para terminar y pienso hacerlo”, afirmó.
Actualmente, Velázquez trabaja en una compañía de construcción.
“No me veo en una oficina. Trabajo como auxiliar de carpintero. A veces me toca mezclar cemento, cargo bloques y busco las herramientas que necesitan. Me gusta lo que hago”, compartió.
Eso significa que Velázquez tiene un exigente calendario diario.
Explicó que a las 5:00 de la mañana está en una pista para una carrera matutina. Regresa a su hogar en Santurce para desayunar antes de prepararse para viajar a Caguas para cumplir con sus labores.
Al concluir su turno, acude al gimnasio en Parcelas Falú en Río Piedras para una sesión de entrenamiento. Es una rutina que repite cinco días a la semana. Velázquez espera que su historia sirva de inspiración.
“Le digo a otras mujeres que metan mano. No permitan que le pongan el pie al frente y nunca deben quitarse. Lo mío es ayudar a las personas si puedo porque vengo de una familia humilde”, concluyó.
Velázquez tiene en agenda subir nuevamente al ring el 18 de abril durante una cartelera que presentará Miguel Cotto Promotions en asociación con H2 Entertainment en el Coliseíto Pedrín Zorrilla en San Juan.