Tras las rejas Weinstein
Un juez de Nueva York sentencia al exproductor a 23 años en prisión por violación y abuso sexual a una aspirante a actriz y a una exasistente de producción
Harvey Weinstein fue sentenciado ayer a 23 años en prisión por violación y abuso sexual en un momento que muchas acusadoras del exmagnate de Hollywood no pensaron que llegarían a ver.
Weinstein, quien ha sido acusado de abusar sexualmente de decenas de mujeres, fue declarado culpable el mes pasado de violar a una aspirante a actriz en un cuarto de hotel en Nueva York en 2013 y de darle sexo oral por la fuerza a la exasistente de producción de cine y TV Mimi Haleyi en el apartamento de él en 2006. Enfrentaba una pena máxima de 29 años tras las rejas.
Ambas mujeres volvieron a confrontar a Weinstein ayer en la corte luego que sus testimonios ayudaron a sellar su condena en el juicio histórico para el movimiento #Metoo.
“Se necesita una malignidad muy especial para explotar las conexiones con fines de violar”, dijo la acusadora de violación de 2013.
“La violación no es solo un momento de penetración. Es para siempre”, agregó la mujer, quien recordó el momento durante el juicio en el que se retiró del estrado llorando.
“El día en que se escucharon mis gritos desde la sala de testigos fue el día en que mi voz recuperó todo su poder”, manifestó.
The Associated Press tiene la política de no identificar a personas que han sido abusadas sexualmente sin su consentimiento. Está reteniendo el nombre de la acusadora porque no está claro si ésta desea ser identificada.
Weinstein, quien ha insistido en que todas sus relaciones sexuales han sido consensuales, no mostró reacción alguna a la sentencia. Poco antes, rompió su silencio en la corte con una solicitud de clemencia en la que
divagó y dijo que su “empatía ha crecido” desde su caída.
Dijo que sentía “remordimiento por su situación”, pero que estaba perplejo por el caso y el clima del #Metoo en el que se desarrolló. “Miles de hombres están perdiendo el proceso. Estoy preocupado por este país”, declaró, argumentando que los hombres están siendo acusados de “cosas que ninguno de nosotros comprende”.
“Estoy totalmente confundido. Los hombres están confundidos sobre este asunto”, dijo con voz calmada pero chirriante, y agregó que guardaba gratos recuerdos de sus acusadoras.
Al mirar atrás durante el juicio a los emails que intercambiaron, dijo, pensó que tenían una buena amistad: “Pasé momentos maravillosos con estas personas”.
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El día en que se escucharon mis gritos desde la sala de testigos fue el día en que mi voz recuperó todo su poder”
VÍCTIMA DE WEINSTEIN