ESPERANZA EN EL TURISMO INTERNO
Aunque no fueron obligadas a cerrar, muchas hospederías dejaron de operar por la cancelación de actividades, pero reabrirán el 1 de junio confiadas en que el verano atraerá a los huéspedes locales
La caída del sector turístico a causa de la emergencia mundial por la pandemia del coronavirus ocasionó que durante los pasados dos meses, 95 de las 160 hospederías endosadas por la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR), cerraran operaciones y que cerca de 30,000 personas quedaran desempleadas, un retante escenario que los empresarios apuestan a encarrilar a través del turismo interno a partir del 1 de junio.
Pero el reloj corre, los días pasan, las empresas turísticas no conocen con certeza las flexibilidades que cobijarán las próximas órdenes ejecutivas y se acerca a toda prisa la temporada de verano, la más importante para efectos de los dueños de hospederías, que se nutren durante los periodos de junio a agosto de las reservaciones hechas por los residentes de la isla.
Aunque con el toque de queda impuesto por el gobierno desde el 15 de marzo nunca se ordenó el cierre de hospederías, sí se anularon otros elementos vitales de la actividad de estos sectores como lo son: los casinos, el acceso a playas o piscinas y el consumo de alimentos en restaurantes, entre otras medidas.
Todos estos factores provocaron los cierres voluntarios de casi un centenar de hospederías -incluyendo hoteles, paradores, Bed & Breakfast, entre otros-, pues la ocupación de habitaciones llegó a estar en 0%. De hecho, los que desafiaron los pronósticos y continuaron abiertos sólo lograron alcanzar entre un 4% a un 6% de ocupación, que antes de la pandemia de la COVID-19 llegó a fluctuar hasta en un según dijo a Primera Hora la directora de la CTPR, Carla Campos.
De hecho, la funcionaria indicó que este año se proyectaba favorable para la industria pues las tarifas promedios sobrepasaban las establecidas para el mismo periodo en 2019. “El año pasado para marzo la tarifa promedio era $180 y ese mismo mes este año fue de $189… pero ya para abril había bajado a $150”, explicó para ejemplificar el efecto devastador de la crisis salubrista.
“El impacto se ha hecho sentir en los empleos, en las empresas turísticas que han tenido que aplicar medidas para evitar sus cierres permanentes y estar en posición de ir ajustándose a la nueva realidad, según la pandemia va evolucionando globalmente”, sostuvo Campos.
Sin embargo, con la firma de la quinta orden ejecutiva de la gobernadora Wanda Vázquez Garced, algunos de los elementos turísticos comenzaron a operar desde el 26 de mayo, aunque con algunas limitaciones y bajo estrictas medidas de salud y seguridad.
“El sector turístico no es como otras empresas en Puerto Rico que, según flexibilizan los protocolos de distanciamiento social para la ciudadanía, esos negocios vuelven a abrir y a tener clientes. En el turismo no es nada más que permitamos apertura. Es que el viajero esté interesado en viajar y en este momento es evidente que la exhortación de quedarse en casa es la utilizada para manejar la situación e, incluso, es algo que sugiere la misma Organización Global de Turismo”, indicó al recordar que en Puerto Rico los mercados más importantes en términos de turismo extranjero provienen de Nueva York, Nueva Jersey y Florida, jurisdicciones que actualmente son epicentro de la COVID-19 en Estados Unidos.
Sugiere un plan estratégico a largo plazo
Aun así hay optimismo en que la apertura gradual, junto a la gran preparación y protocolos que implementan las hospederías de toda la isla- pueda ser la receta para que arranque la industria turística- un sector relevante dentro del marco económico de Puerto Rico pues, anualmente, apor63.9%,
ta hasta más de un 7% del Producto Interno Bruto y genera más de 80,000 empleos, sin considerar los indirectos o cuentapropistas.
Campos indicó que desde marzo, la CTPR presentó un Plan de Recuperación de Destino que sugiere diversas fases de preparación para la reapertura gradual de la industria con la adopción de medidas de salud y seguridad “sumamente estrictos”. Posteriormente, el plan fue modificado y sugiere que para esta fecha las hospederías estén preparando sus facilidades para recibir clientes. Aunque no se estipulan fechas, indica que los meses de verano deben considerarse para recibir al turista local. Mientras, que el turismo internacional se proyecta para las temporadas de otoño e invierno.
Campos sostuvo que ese plan fue entregado al gobierno y presentado el Task Force Económico y, por ejemplo, visualizaba que para mayo y junio todo el sector turístico estuviera implementando las guías de un Programa de Salud y Seguridad que deben cumplir todos los negocios endosados por la CTPR. El modelo, revisado por Primera Hora y explicado a cerca de 1,000 empresarios mediante webinars, es abarcador y está diseñado para que se siga hasta por los próximos 18 meses a fin de reducir el riesgo de contagio del virus en los diversos negocios del sector de viajes y turismo.
“Para la próxima orden ejecutiva del 15 de junio, la Compañía de Turismo recomienda otra flexibilización gradual… cosas que quedan pendiente como el asunto de las playas. Si bien las playas están abiertas para que las personas puedan recrearse, esto es de manera individual y con unas especificaciones… los casinos también entendemos que están preparados pues han diseñado protocolos estrictos de distanciamiento físico incluyendo tener máquinas apagadas entre clientes y desinfectar cada máquina luego que alguien la utiliza”, explicó al mencionar que el hotelero Rick Newman (gerente general del Hotel Verdanza), es el portavoz del sector turístico para llevar recomendaciones al grupo asesor económico de la gobernadora.
“A diferencia de otros sectores, la recuperación para el turismo será más grave y más duradera que otros eslabones de la economía y por eso necesitamos tener visibilidad de lo que va a suceder en Puerto Rico a mediano y a largo plazo”, dijo al sugerir que el Task Force Económico debe “emitir recomendaciones que vayan más allá de cada 15 días”.