CRUCEROS LA TIENEN MÁS DIFÍCIL
A este sector le toca convencer a los viajeros de que estarán seguros
La industria de cruceros -una de las más sólidas dentro del espectro de turismo en Puerto Rico- ha sido de las más afectadas a causa de la pandemia de la COVID-19 y el efecto inmediato que ha tenido es que unos 105 barcos que estaban destinados a llegar o partir de la Isla desde marzo hayan cancelado sus operaciones.
Esto equivale a que desde marzo -cuando el coronavirus comenzó a ganar terreno en muchos países a nivel mundial y en Puerto Rico se declaró una cuarentena impuesta por el gobierno- aproximadamente 302 mil pasajeros dejaron de llegar a la Isla en esos cruceros. El impacto económico para esta industria, luego de esta baja en operaciones del sector, es de alrededor de $34.2 millones, según datos recopilados por la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR) hasta el pasado 25 de mayo.
En entrevista con Primera Hora, la directora del CTPR, Carla Campos, dijo que la industria de cruceros tiene un gran reto por delante, pues la propagación temprana de la COVID-19 entre pasajeros y tripulación de algunos barcos obligará a las líneas a reiniciar labores con la difícil tarea de convencer a los clientes de que su salud y seguridad estarán suficientemente protegidas.
“Es un gran reto y no es para Puerto Rico nada más… el problema y el reto es que se asoció (con la enfermedad). Pero lo positivo es que el Caribe como región ha podido controlar mucho más el tema del COVID gracias a la naturaleza de que somos islas. Además, como región seremos mucho más competitivos que, por ejemplo, Asia, y eso nos va a permitir volver”, expresó.
Dijo, además, que en el caso de la Isla, la merma de cruceros tendrá un impacto directo en el acceso aéreo, pues aproximadamente el 11% de los vuelos están vinculados a personas que abordan cruceros.
Mencionó que tras la devastación ocurrida en el País por los azotes de los huracanes Irma y María, en 2017, la industria de cruceros fue clave en el rápido proceso de rescate de Puerto Rico como destino de viajes y que los mismos abonaron a recuperar la capacidad aérea de “una manera mucho más ágil”.
La CTPR calculó que para el pasado año fiscal en Puerto Rico se recibieron 1.8 millones de pasajeros provenientes de cruceros y 558 visitas de barcos para un impacto económico de $217,004,071.56. “Actualmente, el impacto de la industria de cruceros en Puerto Rico es de $250 millones”, reiteró Campos a este diario.
Cambios drásticos
Aunque el golpe ha sido fuerte para la industria de cruceros, las proyecciones de recuperación en el Caribe parecen ser favorables y tendrán su efecto positivo en la Isla si el gobierno acelera y publica un plan de recuperación que le permita a la empresa privada prepararse.
Así lo dijo a Primera Hora, Daphne Barbeito, portavoz de la Alianza Turística por Puerto Rico y representante del sector, al indicar que “el Caribe tendrá un sitial en lo que es la reapertura de cruceros a nivel mundial”.
“El Caribe representará un gran impacto en la industria. Ya vemos que Europa está teniendo reapertura, pero vemos que lo están haciendo a nivel interno para luego abrir las fronteras. Eso nos da un ventaja porque, te aseguro, que nosotros tenemos el potencial a nivel competitivo”, expresó al mencionar que el 32% de los cruceros de todo el mundo corresponden al mercado del Caribe.
Aunque la única línea de cruceros de la región que ha expresado tener un plan de reapertura es Carnival Cruise Line, destacó que las empresas podrían comenzar a agendar viajes a partir de agosto.
Y, aunque no se han informado de unas guías estandarizadas, Barbeito indicó que entre las medidas de salud y seguridad que evalúan implantar las líneas de cruceros está eliminar el servicio de bufet y utilizar ese espacio como restaurante.
“
Van a tener que tomar medidas agresivas para proteger a todo el mundo… les tomará más tiempo recuperarse que a otras industrias porque la Ley CARES no aplica a cruceros...”
CARLA CAMPOS DIRECTORA DE LA COMPAÑÍA DE TURISMO DE PUERTO RICO “
Hemos escuchado que los barcos van a vender la mitad de su capacidad... cuando se trata de un homeport se hará medición de temperatura... y se garantizará distanciamiento físico”
DAPHNE BARBEITO PORTAVOZ DE LA ALIANZA TURÍSTICA POR PUERTO RICO
También se considera que los alimentos en vitrina sean manejados únicamente por la tripulación y no los clientes, como es de costumbre.
“Hemos escuchado también que los barcos van a vender la mitad de su capacidad y no el 100% y en cuanto al tema de registro -cuando se trata de un homeport (puerto base)- se hará medición de temperatura y se garantizará distanciamiento físico en el ‘check in’. También hay conversaciones para ver si se pueden hacer pruebas (de COVID-19) el día de embarque. Pero esto está todo bajo evaluación y dependiendo del destino cada cual coordinará sus propios protocolos”, manifestó.
Otro aspecto a considerar por las líneas de crucero en su primera fase de reapertura es establecer viajes cortos de hasta 7 días. “Al menos entre agosto y diciembre así es que se proyecta… se visualiza un ‘soft opening’ y algunos cruceros utilizarán sus islas privadas para asegurarse de que no tendrán interrupción”, dijo.
Destacó que si bien es cierto que Puerto Rico tiene un número de contagios bajo, la realidad es que las cifras superan a las de Jamaica y Bahamas, y estos son destinos importantes para las líneas de crucero.
“Así que sí estamos en competencia… queda en la astucia y creatividad del gobierno ver cómo van a lograr tener ventajas como destino. Y, en ese sentido, como Alianza Turística hemos dicho públicamente que nos preocupa y parece serio la falta de coherencia con la que el gobierno comunica una supuesta reapertura turística. Este es un tema de confianza y aquí el destino que gane lo hará porque se gana la confianza de los clientes y para eso hay que tener un mensaje coherente que nosotros no hemos tenido. Y parte de ese problema de desconfianza es que Puerto Rico sigue por debajo en la cantidad de pruebas de coronavirus que realiza, en el ‘contact tracing’ y en certificar a las empresas del sector privado para garantizar que cumplen con unas guías estándar de salud y seguridad”, sostuvo.
Mencionó que países como República Dominicana, Islandia y Grecia tienen unos planes de reapertura a largo plazo que ya fueron publicados y que les permiten a las empresas turísticas prepararse. Casi todas estas comienzan en julio.
“Nosotros sugerimos también el 1 de julio como una fecha de reapertura ‘soft’ a nivel de turismo doméstico, porque el turismo internacional lo veo para finales de año”, destacó.