SE RESISTEN AL REGRESO A CLASES EN ESPAÑA
Muchos padres están preocupados por las medidas de seguridad para evitar contagios
BARCELONA. Ángela López no encaja en el perfil de alguien que se salta las normas, pero tiene una hija de 7 años con problemas respiratorios, y se ha visto entre los padres españoles dispuestos a desafiar a las autoridades y la orden de regresar a las escuelas. A ellos les preocupan unas medidas de seguridad que consideran mal financiadas en medio de una nueva oleada de contagios en el país.
Temen que los alumnos contagiados puedan infectar a parientes con más riesgo de contraer COVID-19, la enfermedad que provoca el virus. Afirman que han invertido en computadoras y mejorar sus conexiones a internet para prepararse para las clases a distancia, incluso para enseñar ellos a sus hijos en casa, si fuera necesario.
Muchos de los padres “rebeldes”, incluida López, también están dispuestos a plantarse ante la norma genérica de educación presencial para todos en España, aunque eso suponga afrontar cargos por absentismo escolar, que puede conllevar de tres a seis meses de prisión.
La hija de López nació con un problema que la hace más propensa a sufrir episodios de espasmos bronquiales, que pueden causar dificultades respiratorias. Como el COVID-19 afecta al sistema respiratorio, López no quiere arriesgarse.
“Nos sentimos un poco desamparados y un poco ofendidos, la verdad. Te obligan un poco a cometer actos ilegales casi porque no dan alternativa”, dijo López, de Madrid.
Más de medio millón de personas se han contagiado del virus en España, y al menos 29,500 han muerto, aunque las estadísticas oficiales dejan fuera a muchos enfermos que fallecieron en marzo y abril sin llegar a hacerse la prueba. Con una media de 229 casos por cada 100,000 habitantes en las últimas dos semanas, España tiene ahora la mayor tasa de contagios de Europa occidental.
Mientras subían los casos y aumentaba el debate en los grupos de chat de padres, las autoridades españolas emitieron la semana pasada recomendaciones revisadas para la reapertura del curso. Incluían mascarillas obligatorias para niños de 6 años en adelante, controles diarios de temperatura corporal, lavado de manos al menos cinco veces al día y ventilación frecuente de las aulas.
El Ministerio de Educación también ha recomendado crear “clases burbuja”, donde un número reducido de alumnos interactúa sólo entre ellos, y “coordinadores de COVID” en cada escuela que puedan reaccionar con rapidez si se identifica un brote.
Pero muchos padres afirman que no hay dinero suficiente para contratar a más profesores, y algunas escuelas simplemente no tienen espacio libre. También ven una incoherencia en que las autoridades permitan reunir a hasta 25 niños en una sala mientras se prohíben las aglomeraciones de personas o se imponen límites al ocio nocturno para responder al auge de contagios. En Madrid, esos contagios se han expandido incluso a las viviendas particulares, donde no se permiten reuniones sociales de más de 10 personas.
Más de 8 millones de estudiantes en España comienzan el año académico esta semana o la siguiente, con diferentes fechas en las 17 comunidades autónomas y en función de los cursos.
Las familias que cuestionan el sistema dicen que la Constitución española les da derecho a que sus hijos no vayan a la escuela, pero no hay ni un marco legal para la educación en casa ni un sistema que establezca estándares para evaluar a los alumnos.