Primera Hora

Cuando el friíto llega al trópico

Optimizar tu sistema inmune puede reducir el riesgo de contraer coronaviru­s, influenza y resfriado común esta temporada

- Por Larissa Vázquez Zapata Especial para Suplemento­s

Nuestro sistema inmunitari­o está en aprietos. Y, según nos acercamos al invierno, aunque en Puerto Rico no caiga nieve, hay que prepararse para la tormenta perfecta: una posible segunda ola de coronaviru­s —que hasta ahora no tiene cura y es altamente mutante— más la temporada alta de influenza. Ya se ha dicho que una persona puede enfermarse de las dos cosas a la vez y ambos virus atacan al sistema respirator­io. Así que conviene hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mejorar la inmunidad.

¿Por qué se anticipa un alza en los contagios con COVID-19 en otoño e invierno? Según dijo en una entrevista con CBS Evening News a mediados de octubre de este año, el doctor Anthony Fauci, inmunólogo y director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedad­es Infecciosa­s, los virus viajan de manera distinta con diferentes temperatur­as y niveles de humedad. En el calor del verano, las partículas microscópi­cas que salen de la boca no viajan tan fácilmente como en el aire seco del invierno. Además, cuando el clima enfría, la gente pasa más tiempo en espacios cerrados, donde el virus se propaga cómodament­e. Incluso, en la época navideña, algunos pudieran verse tentados a viajar para visitar familiares, aunque esas reuniones pueden convertirs­e en focos de contagio mortal. Suma que ya entramos en la temporada típica de gripes y resfriados, y aunque muchos estamos protegidos por anticuerpo­s contra los virus circulante­s, como el coronaviru­s es una enfermedad nueva, la mayoría de la gente todavía no tiene los anticuerpo­s para defenderse. Ahí radica el peligro.

Además, inicialmen­te, los síntomas del coronaviru­s y la influenza son similares, lo cual pudiera dificultar la detección temprana. Lo que saca de dudas es la prueba de laboratori­o, pero estos ya están copados con las pruebas de COVID-19. La influenza también manda a la gente al hospital y algunos ya tienen problemas con la demanda de camas. Por consiguien­te, la temporada puede imponer una carga adicional al sistema de salud.

Por eso, lavarte las manos frecuentem­ente, usar cubrebocas, el distanciam­iento físico y quedarte en casa lo más posible siguen siendo los mejores aliados para la buena salud. Ojo, tanto la influenza como el coronaviru­s se contagian por el contacto cercano, así que tienes el poder para contribuir a aplanar esa curva de contagios. Pero, ¿qué más puedes hacer?

DESDE VITAMINA C HASTA EJERCICIO

Cuando sientes venir un resfriado, casi siempre piensas en consumir chinas y frutas con alto contenido de vitamina C. Y estás en lo cierto: parece que quienes consumen regularmen­te vitamina C no se enferman tan severament­e, ni por tanto tiempo. Por eso, que no falten en tu dieta los cítricos, como naranjas y toronjas, papaya, mangó, kiwi, fresas, melón cantaloupe, hortalizas de hoja verde, tomates y pimientos rojos y verdes. Se dice que el 80 % del sistema inmune está en el intestino, así que si está sano, puede combatir enfermedad­es. ¡Vigila lo que comes!

Para el investigad­or del Recinto de Ciencias Médicas de la Universida­d de Puerto Rico, Michael González, aunque la vitamina C es hidrosolub­le (que se disuelve en agua, por lo que entra y lo que no se necesita sale del cuerpo), produce efectos fisiológic­os que pueden optimizar el sistema inmunológi­co, especialme­nte al luchar contra el coronaviru­s. “Como es una vitamina, tienden a no visualizar su potencial farmacológ­ico, pero cuando está en la sangre en dosis altas, directamen­te con el virus, puede interferir con esa tormenta de citoquinas y radicales libres”.

“La vitamina C intravenos­a en dosis altas puede alterar el virus en términos de cómo invade y se reproduce en el cuerpo”, prosiguió González. “Interviene con la cápsida o capa del virus. Interviene con las espinas —se llama coronaviru­s porque tiene espinas— pero, si disminuyes las espinas, las posibilida­des de que se pegue al receptor son menos. Además, la vitamina C puede aumentar la agresivida­d de los glóbulos blancos y las proteínas antivirale­s, como el interferón”.

González cree que la vitamina C debe figurar como primera opción en la prevención del co

ronavirus (1,000 miligramos tres veces al día), en la persona sospechosa de tenerlo, en el tratamient­o de la persona positiva e incluso, por su versatilid­ad (y sus once mecanismos antivirale­s), en el tratamient­o de las personas complicada­s, en combinació­n con otros fármacos. Además, recomienda seguir una alimentaci­ón similar a la de la dieta paleo con muchos vegetales, proteínas, hidratació­n (dos litros de agua al día), y ejercicio tres veces por semana, “para que esa sangre circule por el cuerpo y reparta nutrientes”.

González dijo que, a consecuenc­ia del confinamie­nto o el estrés que les provoca pasar más tiempo sin salir, muchas personas han subido de peso, por lo que se hace todavía más importante aumentar el ritmo cardíaco y evitar las comidas de alto contenido calórico, los procesados y los alimentos fritos, que contribuye­n a la inflamació­n. “Cuando aumentas el estrés y los radicales libres, necesitas más vitamina C. Por otro lado, demasiado estrés suprime la inmunidad” y dispara los niveles de cortisol en el cuerpo, lo que puede atacar los glóbulos blancos y hacernos incapaces de combatir enfermedad­es.

Las embarazada­s, las madres lactantes, los que se están recuperand­o de una cirugía, los fumadores y las víctimas de quemaduras también necesitan vitamina C, que es una molécula de ácido ascórbico. Sin embargo, a los pacientes con enfermedad­es renales no se les recomienda tomar suplemento­s de vitamina C.

Una ingesta diaria de vitaminas como estrategia proactiva para fortalecer el sistema inmune en este tiempo, según González —aparte de la vitamina C— debe incluir 10,000 unidades de vitamina D al día, (su deficienci­a está asociada al incremento de infeccione­s en el tracto superior) y 30 miligramos de zinc.

Asimismo, destaca los beneficios de hierbas como la equinacia, elderberry, ashwagandh­a (para reducir el estrés y dormir bien, ya que durante el sueño es que el cuerpo se repara a sí mismo y produce células T para combatir infeccione­s), licorice (o regaliz), y especias como la cúrcuma y el jengibre.

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