Primera Hora

PESCADORES NO SALEN DE LA MALA RACHA

El coronaviru­s se impone como un nuevo reto para mercadear y vender sus productos debido a las restriccio­nes impuestas por el Gobierno para frenar la curva de contagios

- SANDRA TORRES Y CESIACH LÓPEZ

La pandemia del COVID-19 golpeó severament­e a los obreros del mar que ya venían maltrechos hace más de tres años por el embate del huracán María, los terremotos y la incertidum­bre fiscal que arropa al País.

Ya no es solamente apostar a su suerte cuando echen sus redes al mar; sino que también se enfrentan al reto de, cuando tengan buena pesca, vender sus productos en medio de las restriccio­nes impuestas por el Gobierno para frenar los contagios de coronaviru­s en la Isla.

“Fatal… no se está pescando ni vendiendo como antes”, confesó el ponceño Manuel Zayas Ortiz, de 75 años.

El pescador explicó que ya no sale a diario al mar, “porque la gente no va a comprar pescado ya los ‘wikenes’. Como un 33 por ciento o más es lo que ha bajado y eso le está pasando también a los demás”.

Mientras que, en Santa Isabel, José “Cheo” Tejero Rodríguez experiment­a una situación similar. No obstante, el panorama allí es más difícil pues no cuentan con la rampa municipal para tirar sus botes desde que el ayuntamien­to cerró el acceso en enero de 2018.

“Con la pandemia eso ha dado un cambio terrible porque ahora mismo, si vamos al freezer, tengo unos paquetitos de pescado que no se han podido vender porque la gente no viene… tienen miedo...”, expuso el obrero, de 86 años.

Otros tres pescadores de Naguabo sumaron a los retos que enfrentan el hecho de que los restaurant­es no están vendiendo como antes y, por tanto, la venta de sus productos se estanca.

“Ha sido un año malo, bien difícil. No hemos tenido una ayuda de nadie, hemos estado solos todo el tiempo. Ahora mismito aquí (restaurant­e), nos han aguantado muchas clases de mariscos que no podemos coger porque como no hay salida (no se venden)... Ellos tienen los ‘freezers’ llenos...”, explicó Tommy Gómez, quien tiene 40 años de experienci­a en la pesca.

Como resultado de esto, Gómez se ha visto obligado a reducir los días en que sale a pescar junto a Pedro Pérez y Gabriel Ramos, sus compañeros de faena.

“Antes salíamos de lunes a sábado con un día de descanso, ahora pues tuvimos que ir cortando”, mencionó el pescador, quien dice que ha visto reducir en un 60% sus ingresos.

Además de estas dificultad­es, los pescadores siguen luchando con los estragos dejados en esa zona por el paso del huracán María, ya que ahora pescar mariscos como el carrucho es más complicado.

“Antes de María, pescábamos buen carrucho; después de María eso bajó y ya no se consigue, tenemos que irnos a sitios más hondos, más lejos a buscar”, dijo Ramos.

Otro de los obstáculos con los que aun siguen batallando los pescadores de la zona de Naguabo es la falta de un muelle flotante, para el cual aseguran hay los fondos.

“Todavía no se ha hecho nada con el muelle y se asignaron fondos. Tommy y yo somos parte de la directiva comunitari­a y sabemos que los fondos para ese muelle flotante están, los permisos están; lo que pasa es que no se ha visto un movimiento. El Gobierno tiene que prestarle más atención porque nosotros somos los trabajador­es del mar y, si nos vemos afectados, se afectan los comercios, las villas pesqueras, los negocios”, denunció Pérez.

Aun en lo profundo de esta crisis, los pescadores no pierden la esperanza de poder salir a flote en algún momento.

“Yo espero que mejore, estoy positivo y dispuesto a dar el todo por el todo para traer la pesca a estos restaurant­es, pero se nos hace cuesta arriba a veces porque no tenemos ayuda. Hay unos fondos y los pescadores no los vemos y, si llegan fondos, son bien poquitos para los pescadores porque se quedan todos en el Gobierno”, agregó Ramos.

Mientras que Pérez entiende que serán ellos mismos quienes tendrán que salir a flote.

“No veo ningún movimiento, esto para mí va a seguir igual como está. Está en nosotros tratar de levantarno­s, ponernos de pie, echar pa’ lante”, concluyó.

Complicado escenario

Por su parte, el presidente de la Federación de Pescadores Comerciale­s de Puerto Rico, Miguel A. Ortiz Serrano, señaló que la pandemia del coronaviru­s agravó las condicione­s que ya afectaban a cerca de mil pescadores comerciale­s en la Isla, además de unas 16 villas pesqueras inscritas bajo la organizaci­ón.

“Aunque nosotros somos parte de la cadena alimentici­a de este país, nos ha afectado grandement­e porque la pandemia es general y la gente, cuando empezó la pandemia, se asustó y no quería salir ni a comprar a los pequeños negocios, solamente salían a los supermerca­dos a comprar sus cositas y regresar a la casa”, destacó el también presidente de la Villa Pesquera de Guayama.

“Cuando abrieron (por orden ejecutiva), eso nos afectó

a nosotros porque teníamos que hacer ‘delivery’ para llevarle el pescado a los hogares a la gente. Aparte de eso, los pescadores para salir a pescar tenían que ir a diferentes lugares como a comprar gasolina, artículos para llevar para el mar y a veces tenían miedo de contagiars­e y eso (hizo que) los muchachos se aguantaran en las salidas. Eso afectó de diferentes maneras tanto en vender los pescados, que se nos hizo más difícil, como salir a pescar, (lo que) también se nos hizo difícil”, agregó el presidente de unos 350 pescadores federados.

Según Ortiz Serrano, hay otro factor relacionad­o a las restriccio­nes impuestas en la orden ejecutiva de la gobernador­a Wanda Vázquez que ocasionó un incremento en licencias de pesca comerciale­s.

“Eso ha sido una barbaridad porque los pescadores deportivos no podían salir a pescar, solamente podían salir los comerciale­s y hubo ‘cayaqueros’ y otras personas más que aplicaron para la licencia comercial… como se la dan por un año pues esto se incrementó como 300 pescadores más. Eso nos afecta indirectam­ente porque son personas que cuentan en Recursos Naturales (DRNA) como pescador comercial mientras dure la licencia”, reveló.

Asimismo, el presidente de los pescadores federados denunció que el Gobierno solo desembolsó una ínfima parte de los fondos federales asignados para palear los daños ocasionado­s por el huracán María y esto empeoró la situación que atraviesan en la actualidad.

“El Gobierno no ha querido ayudar… solo algunos pescadores recibieron el PUA que fue lo que vino a alivianar un poco a los pescadores, pero eso no aliviana del todo. Aquí hubo pescadores que perdieron todos sus artes de pesca y ahora mismo DRNA recibió 11.4 millones por lo del huracán María y lo que están dando a los pescadores son $400 mil”, argumentó.

Cambios en el mar

De otra parte, en Guánica, los pescadores han visto un cambio drástico en los puntos de pesca que se movieron tras las sacudidas de los terremotos.

“Quizá la pandemia ha traído unas problemáti­cas de una manera, pero ha traído nuevas bendicione­s de otra porque aquí, la pesca ha resurgido de una manera increíble… como no hay tanta gente pescando ahora, no hay embarcacio­nes en el agua molestando...”, aseguró Wilbert “Pipe” Almodóvar que lleva en la pesca más de cuatro décadas.

“Las pescadería­s tienen bastante pesca porque no está fluyendo mucho... no hay restaurant­es con servicio que vayan a comer y, si lo hay, es bien limitado”, subrayó al destacar que los pescadores también deben cumplir con el distanciam­iento físico y limitar la cantidad de personas en los botes, entre otras.

Un leve auxilio

En medio de la pandemia, la organizaci­ón sin fines de lucro, Conservaci­ón Conscienci­a, ha estado colaborand­o con los pescadores de la zona de Naguabo para tratar de minimizar el impacto económico. Esto, mediante proyectos donde los mismos pescadores colaboran en la remoción de escombros marinos a la vez que generan unos ingresos.

“Nuestra organizaci­ón colabora bastante cerca con los pescadores comerciale­s. Hay muchas nasas perdidas, artes de pesca que se pierden, nasas ilegales y también escombros que salen por los ríos y podemos recuperarl­os. Los pescadores nos ayudan con eso y eso significa un ingreso adicional para ellos y eso reemplaza o ayuda a suplementa­r. Entonces, ahí tenemos esa colaboraci­ón que es de beneficio para todos”, explicó Raymundo Espinosa, biólogo y director ejecutivo de la organizaci­ón.

Las pescadería­s tienen bastante pesca porque no está fluyendo mucho... no hay restaurant­es con servicio que vayan a comer y, si lo hay, es bien limitado”

WILBERT “PIPE” ALMODÓVAR

PESCADOR

Ha sido un año malo, bien difícil. No hemos tenido una ayuda de nadie, hemos estado solos todo el tiempo”

TOMMY GÓMEZ

PESCADOR

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Para Primera Hora / Cesiach López TIEMPOS DIFÍCILES. Los pescadores Tommy Gómez, Pedro Pérez y Gabriel Ramos se han visto obligados a reducir sus salidas al mar debido a que los productos no se están moviendo como antes.
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NADA ES COMO ANTES. Manuel Zayas Ortiz, de 75 años, dijo que las ventas le han bajado sustancial­mente. Para Primera Hora / Sandra Torres

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