Primera Hora

¡BOTÓ LA PELOTA!

Gilberto Santa Rosa nos cuenta por qué cambió el béisbol por la música

- SARA DEL VALLE HERNÁNDEZ sara.delvalle@gfrmedia.com

NOTA DEL EDITOR: Quinto de una serie de entrevista­s con personalid­ades del país sobre sus experienci­as deportivas. Los artículos se publicarán los viernes.

Las primeras ‘presentaci­ones artísticas’ de “El Caballero de la Salsa” se dieron en un campo de béisbol. Sí, uniformado como pelotero durante su adolescenc­ia.

Las escasas habilidade­s deportivas del artista puertorriq­ueño Gilberto Santa Rosa, permitiero­n que se impusiera una voz privilegia­da en los parques de Pequeñas Ligas, ya que le pedían que entonara los himnos antes de cada juego importante.

Si el reconocido cantante hubiera tenido el talento para desempeñar­se en la segunda base, tal vez nos hubiéramos perdido una de las mejor voces del pentagrama musical nacional, y en lugar de hablar de su nueva grabación “Colegas”, estaríamos hablando de sus estadístic­as de bateo o de sus Guantes de Oro en las Grandes Ligas.

Y aunque no pudo descollar como atleta, la música le ha brindado la oportunida­d de mantenerse ligado al deporte, según compartió con Primera Hora -entre risas y saludos a las personas que lo reconocier­onuna mañana calurosa y soleada en el Parque Luis Muñoz Rivera, de San Juan.

Recuerdo haber leído una entrevista en la que compartist­e que jugaste en la segunda base, aunque eras muy malo. ¿Qué recuerdas de esa experienci­a?

“Que eso (de que era mal jugador) es totalmente cierto. Me divertí en cantidad, pero era muy mal pelotero. No tenía ese talento natural. En el tiempo libre de la escuela había un señor que caminaba todo Country Club, que era donde yo vivía. Nunca supe si Guadalupe era su nombre o su apellido, pero todos los conocíamos como Guadalupe. (Y con la ayuda de él) Fue como entré a las Pequeñas Ligas. Me gustaba la segunda base. ¿Por qué? No sé, pero me llamaba la atención esa posición. Fui un muy mal pelotero en un ambiente muy bueno. Había una regla en la Liga Ángel Ramos, en la que los menos talentosos tenían que jugar dos entradas mínimo. A mí no me fue tan bien, pero fue una gran experienci­a. Sobre todo, participar de la organizaci­ón, de la disciplina… de todo lo que va más allá del deporte”.

¿Cuánto tiempo estuviste jugando?

“Jugué desde preparator­ia como hasta los 13 años, casi 14. Pero esos últimos dos años lo que hacía era cantar los himnos porque yo estaba metido en la música hasta aquí (se toca la frente). Un día, tapándome de una bola adentro de este pitcher que era una estrella y que lamentable­mente murió, Johnny Mejía, el bate hizo contacto con la bola que venía a no sé cuántas millas -para mí venía a mil- y la bola salió y di un doble. La liga se paró, me cargaron al hombro. Fue la única vez que ese bate hizo contacto con esa bola”.

De esa entrevista también recuerdo que dijiste que tu ídolo era el miembro del Salón de la Fama, Atanasio ‘Tany’ Pérez y que lo habías conocido. ¿Cómo se dio ese encuentro?

“A mí siempre me gustó la pelota local. Yo no era mucho de Grandes Ligas. De hecho, los juegos de Grandes Ligas que vi fue cuando el país enteró se paró a ver a (Roberto) Clemente jugar con los Piratas en aquella famosa serie del hit 3,000. Yo era fanático de los Cangrejero­s de Santurce, y ahí es que conozco a Tany Pérez. Me hice muy fanático de él y

después lo seguí cuando se fue a los Rojos de Cincinnati. Más adelante, lo conocí en un juego de pelota que organizaba Carlos Baerga de artistas versus jugadores de Grandes Ligas. Tany era el coach del equipo donde yo iba a estar. Cuando entro a mi camerino, ¿a quién crees que me encuentro como coach de mi equipo? A Tany Pérez. Fui a presentarm­e. Modestia aparte, él sabía quién

era yo porque mantiene contacto con la isla y le gusta la música. Tuvimos una conversaci­ón muy buena ese día. De hecho, antes de que empezara todo esto de la pandemia, paré en la ciudad de Miami y él me invitó a su casa. Estuve un ratito con él y su señora, que es un encanto. Tengo la dicha de haber conocido a mi ídolo”.

Tuviste la oportunida­d de cantar La Borinqueña en la Serie del Caribe de este año y en la de 1995, en la que participó el siempre recordado ‘Dream Team’, ¿qué se siente poder ser parte de esos eventos deportivos desde tu faceta de cantante?

“Siento un gran orgullo porque se me escoja a mí para cualquiera de esos eventos. Y ese evento fue muy especial para mí por el orgullo que tenían los puertorriq­ueños por el famoso ‘Dream Team’. Que te escojan para un evento así te llena de mucha emoción y orgullo porque de alguna manera perteneces a ese equipo. Y eso volvió a pasar este año. Y te cuento que en ese momento (1995) perdí una apuesta -que no he pagadocon un productor. Si le ganábamos a Dominicana en la final, tenía que salir cantando La Borinqueña desde el ‘center field’ hasta la segunda base. El “mar y el sol” lo daba en la segunda base. Yo decía: ‘Miren, señores, cuando esta gente gane, no va a haber para nadie. Este terreno se va a llenar. Yo no voy a poder salir del ‘center field’. El productor y yo hicimos la apuesta de que, si llegaba a la segunda, lo tenía que llevar a cenar a él y a toda su familia y viceversa. Gana el equipo, empiezo a cantar y a caminar y no se movía un alma. En un momento dado comencé a caminar como Michael Jackson, para atrás. Orgullosam­ente llegué a la segunda. Perdí la apuesta, pero fue un momento espectacul­ar”.

Por último, ¿Miguel Cotto o Tito Trinidad?

“Ah, no me pongas en eso. Los dos son buena gente, son dos grandes atletas. Esa no te la voy a contestar. Los dos”.

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 ?? Teresa.canino@gfrmedia.com ?? El salsero Gilberto Santa Rosa siempre ha seguido el béisbol invernal, especialme­nte, a Santurce.
Teresa.canino@gfrmedia.com El salsero Gilberto Santa Rosa siempre ha seguido el béisbol invernal, especialme­nte, a Santurce.

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