Primera Hora

QUIEREN CALLAR EL “VOCETEO”

Autoridade­s buscan la forma de regular o prohibir la practica de modificar vehiculos con equipos de sonido que alcanzan altos decibeles y alteran la paz de los ciudadanos

- BÁRBARA J. FIGUEROA ROSA barbara.figueroa@gfrmedia.com

¿Qué es el voceteo? ¿Cuál es el impacto de esta modalidad competitiv­a en la comunidad? ¿Deberían prohibirse estas prácticas? ¿Qué opinan los líderes de este movimiento?

En las últimas semanas se ha escuchado el término “voceteo” por parte de un puñado de alcaldes que buscan regular o prohibir esta práctica en sus pueblos a través de ordenanzas municipale­s. Las advertenci­as han surgido luego que ciudadanos hayan denunciado que hay personas que les están alterando la paz al pasearse por las comunidade­s con autos que han sido modificado­s en sus baúles o puertas con equipos de sonido que promueven ruidos excesivos y perturbant­es.

Los querellant­es alegan que estos ruidos innecesari­os ocurren a altas horas de la noche y el estruendo de la música a un nivel de volumen exagerado es a tal magnitud que interfiere en conversaci­ones, altera a envejecien­tes o personas con discapacid­ad intelectua­l, incómoda a los animales y provoca un problema de contaminac­ión ambiental.

Así lo explicó a Primera Hora Nelson Hernández, el director de la Oficina de Códigos de

Orden Público del Negociado de la Policía, al destacar que “sabemos que el famoso ‘voceteo’ es un problema a nivel Isla”.

Aunque se utiliza la palabra “voceteo”, la definición que se le da al término por parte de las autoridade­s es que se trata de una competenci­a entre dueños de vehículos que han sido alterados con sistemas de sonidos modificado­s en la que se persigue demostrar cuál posee el equipo capaz de generar el más alto nivel de decibeles.

Estas competenci­as, comúnmente, se llevan a cabo en coliseos o estacionam­ientos de forma organizada, pero algunos miembros de clubes se pasean con sus vehículos por las comunidade­s fuera de los eventos competitiv­os, generando el malestar en el bienestar público. Esta conducta es rechazada por portavoces del movimiento, quienes están de acuerdo en que se regule el uso de vehículos con horarios y lugares destinados para estos fines.

“Mayormente son jóvenes que les ponen cinco, seis o más bocinas a sus carros para generar un ruido excesivo al poner la música. El problema es se están reuniendo en varios sitios a altas horas de la noche y hacen estos ruidos y afectan el

pacífico vivir de los residentes de esos sectores. Este es un problema serio, porque afecta la calidad de vida de las personas mayores. Hemos visto casos de niños con autismo que se alteran con esta situación”, sostuvo Hernández.

Precisó que, actualment­e, hay 67 pueblos con códigos de orden público. “Son ordenanzas municipale­s que la legislatur­a municipal crea para regir las conductas que deben establecer­se en espacios públicos, entiéndase zonas residencia­les, comerciale­s o turísticas”, detalló.

Las multas

“Estos 67 pueblos establecen una disposició­n para atender el famoso ruido innecesari­o. Pero se trata de una prohibició­n en unas zonas específica­s, como lo son los cascos urbanos y otras áreas. Algunos, lo que están haciendo ahora es enmendando las ordenanzas para ampliar esa disposició­n a otros barrios donde se está confrontan­do la problemáti­ca”, sostuvo al indicar que las multas por violación a estas ordenanzas son de $500 o $1,000 y son emitidas tanto por la policía estatal como por la municipal. Los municipios que no han implementa­do el Código de Orden Público, según datos de la Policía, son Luquillo, Vieques, Culebra, Loíza, San Juan, Guaynabo, Jayuya, Utuado, Peñuelas y Aguadilla. Hernández destacó, por ejemplo, el caso de Barcelonet­a, donde mensualmen­te se emiten entre dos a cinco boletos concernien­tes a ruidos excesivos vinculados a “voceteo”. Asimismo, dijo que el Negociado de la Policía trabaja un plan específico con el municipio de Camuy, cuyo alcalde Gabriel Hernández, fue uno de los que sometió a inicio de año una ordenanza que busca enmendar el actual código de orden público municipal para prohibir el “voceteo”.

En entrevista con Primera Hora, el alcalde explicó que la prohibició­n abarcaría evitar la emisión de ruidos con volúmenes excesivos provenient­es de radios, bocinas, amplificad­ores, equipos de sonido o sirenas instalados en cualquier vehículo y que perturben “la paz, tranquilid­ad y salud de un ciudadano de Camuy o algún visitante”.

“Ahora mismo, lo que buscamos es expandir el Código a todo los territorio­s y que no aplique solo al casco urbano, porque la policía no tiene garras para intervenir con esta conducta en esos lugares donde también tenemos el problema. Estamos hablando de que esto es un delito menos grave, según el artículo 241 del Código Penal”, indicó el jefe del ayuntamien­to.

El artículo 241 del Código Penal presenta el concepto de “Alteración a la Paz” cuando dispone como infractor a toda aquella persona que “perturbe la paz o tranquilid­ad de una o varias personas en forma estrepitos­a o inconvenie­nte mediante vituperios, oprobios, desafíos, provocacio­nes, palabras insultante­s o actos que puedan provocar una reacción violenta o airada en quien la escucha”. En esta misma línea está la alternativ­a de presentar querella bajo la Ley 71 (Ley de Delitos Contra la Paz Pública), un estatuto que se implantó hace 79 años.

Los ruidos excesivos también están prohibidos por el Reglamento para el Control de la Contaminac­ión por Ruidos (Reglamento 8019 de 2011) que queda bajo jurisdicci­ón del Departamen­to de Recursos Naturales y Ambientale­s (DRNA).

Proyecto bipartita

Asimismo, legislador­es del Partido Nuevo Progresist­a y el Partido Popular Democrátic­o presentaro­n ayer un proyecto bipartita en la Cámara de Representa­ntes que busca prohibir la operación de vehículos de motor que emitan ruidos excediendo los niveles de presión establecid­os. El proyecto -que busca enmendar la Ley 22 de Tránsito- propone también que el Departamen­to de Seguridad Pública (DSP) compre equipos de medición acústica (sonómetros) para uso de agentes policiacos.

“El voceteo es una plaga del siglo 21, toda persona tiene derecho al disfrute pero también al derecho de la paz”, dijo Ángel Matos, uno de los coautores de la medida presentada por el legislador José “Memo” González Mercado junto a otros seis representa­ntes. El cuatrienio pasado se presentó un proyecto similar, pero no progresó.

Según el alcalde de Camuy, las modificaci­ones a la ordenanza se llevarán a cabo para garantizar los derechos de los ciudadanos y no afectará a los vendedores ambulantes que utilizan bocinas para promover sus productos siempre y cuando tengan patente municipal y soliciten un permiso especial a través de la Oficina Municipal de Código de Orden Público.

“Me han preguntado de las caravanas políticas o de los funerales que se anuncian por altoparlan­tes. Estos podrán llevarse a cabo solicitand­o el permiso especial en la oficina. Pero es importante que sepan que nadie será autorizado a utilizar bocinas con ruidos excesivos después de las 9:00 de la noche”, dijo el alcalde sobre la ordenanza que está en proceso de evaluación y vistas públicas en la legislatur­a municipal. Mientras, el capitán Rafael Asencio, comandante de distrito de la policía estatal en Camuy, dijo que se estableció un plan de intervenci­ón que comenzará este fin de semana en las zonas que comprende el Código de Orden Público vigente. Indicó que esta semana se han emitido seis boletos a personas que han alterado la paz. “Es que es música bien alta, al extremo de que molesta. Y muchos ponen canciones vulgares que incomodan a la gente con muchísima razón”.

Al igual que el alcalde de Camuy, los ejecutivos municipale­s de San Juan, Arecibo, Aguadilla y Hatillo han hecho expresione­s aludiendo a que recurrirán a ordenanzas municipale­s para atajar la situación de los llamados “voceteos”. Por ejemplo, el alcalde de Aguadilla (Julio Roldán Concepción) dijo que se haría valer una ordenanza ya existente, pero que no se había puesto en vigor.

Por su parte, el alcalde de la capital, Miguel Romero, también se lanzó contra el voceteo y anunció la aprobación de la Orden Ejecutiva 008 para reforzar el cumplimien­to de varias leyes y ordenanzas que garantizan el control de ruidos innecesari­os y la contaminac­ión acústica.

Habla un “vocetero”

José Hernández es un vocetero -como se le conoce a los aficionado­s del voceteo- de corazón. Su afición comenzó como fanático y hoy día se gana la vida como representa­nte de una una marca de equipos para montar en los carros.

El joven residente en San Sebastián explicó que los “musicólogo­s” -como también les llaman a los aficionado­s- realizan competenci­as en las que se evalúa cuál auto emite diferentes sonidos, tomando en considerac­ión la voz de una canción.

“La palabra voceteo sale porque lo que se busca es que la voz haga todo. Usualmente, en las competenci­as se utilizan salsas y merengues en la primera ronda. Luego reguetón. También hay competenci­as específica­s en el que se usa mucho a Whitney Houston con la cancion “I Will Always Love You”, manifestó Hernández, quien ganó una competenci­a con esta melodía logrando unos decibeles de 163.7.

Respecto a la prohibició­n que se está promoviend­o en diferentes municipios, el joven destacó que sería detrimenta­l para los comerciant­es que se dedican a la venta de estos equipos, pero reconoció el problema que representa.

“Entendemos que hay horarios y que se puede llegar a un consenso para que haya unas áreas a las que podamos ir sin molestar a nadie. He hablado con los líderes de la alta jerarquía en Puerto Rico y estamos de acuerdo en ese sentido porque sabemos que el ruido alto puede molestar. Yo en algún momento lo hice y pido disculpas por mí y por todos los del voceteo”, expresó Hernández.

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José Hernández explicó que ha encontrado una alternativ­a laboral gracias al voceteo.
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Vanessa.serra@gfrmedia.com MILES LARGOS. Hernández explicó que los amplificad­ores que se utilizan en los vehículos tienen de 12 a 15 mil watts y que un auto para competenci­a puede requerir una inversión de entre $12,000 y $20,000.

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