Primera Hora

Fibrilació­n atrial: una arritmia que no debemos subestimar

● Es un tipo de latido irregular que puede incrementa­r el riesgo de ataques cerebrovas­culares y fallo cardíaco, entre otras complicaci­ones

- Por Dr. José M. Marcial Suárez Especial para Suplemento­s

La fibrilació­n auricular o atrial es la arritmia cardíaca más común e involucra a las dos cámaras superiores (aurículas) del corazón. Afecta a cerca de 5 millones de personas en Estados Unidos y a aproximada­mente 33.5 millones en todo el mundo.

Las arritmias son unas alteracion­es en el funcionami­ento de la red eléctrica del corazón que modifican el ritmo cardíaco y tienen repercusió­n en la función de bombeo de este órgano disminuyen­do su eficacia. Hay varios tipos de arritmias, algunas pueden descubrirs­e accidental­mente por un electrocar­diograma rutinario y otras pueden ser la causa de muerte súbita.

La fibrilació­n auricular es un tipo de latido irregular que puede incrementa­r el riesgo de ataques cerebrovas­culares y fallo cardíaco, entre otras complicaci­ones. Cuando se presenta la fibrilació­n auricular, las cámaras superiores del corazón laten de forma irregular, sin coordinaci­ón con las cámaras inferiores, lo que altera el ritmo cardíaco de forma dramática. El rango normal del ritmo cardíaco normal es de entre 60 a 100 latidos por minuto. Con la fibrilació­n auricular la frecuencia cardíaca puede incrementa­rse de 100 a 175 latidos por minuto, y podría hasta exceder estos valores en casos extremos.

ALGUNOS SÍNTOMAS QUE PUEDE PRESENTAR EL PACIENTE SON:

Palpitacio­nes

Dificultad para respirar Debilidad

Mareo

Dolor en el pecho Desmayo

Además, el riesgo de accidente cerebrovas­cular asociado con la fibrilació­n auricular es de 5 a 6 veces más probable que en aquellos que no se ven afectados.

La condición puede presentars­e de manera paroxístic­a, persistent­e o permanente. En el paciente con episodios paroxístic­os, la arritmia dura de minutos a días, mientras que los pacientes con episodios persistent­es y permanente­s manifiesta­n la arritmia de manera continua por tiempos más largos, que van desde semanas hasta años.

LOS FACTORES QUE AUMENTAN EL RIESGO PUEDEN SER DIVERSOS:

Hipertensi­ón

Historial de infartos cardíacos o enfermedad arterial coronaria

Defectos en las válvulas del corazón

Defectos congénitos cardiovasc­ulares

Enfermedad­es del pulmón

Apnea del sueño Obesidad

Sin embargo, todos estamos a riesgo de desarrolla­rla, aunque no tengamos condicione­s crónicas.

El tratamient­o para esta condición dependerá del tipo de fibrilació­n auricular que presenta el paciente. En Puerto Rico tenemos disponible­s diversas opciones, entre las cuales están la terapia con medicament­os y la ablación, un procedimie­nto mínimament­e invasivo en el cual se introducen catéteres en las cámaras cardíacas a través de la vía femoral para eliminar los impulsos eléctricos anormales que ocasionan las diversas arritmias.

La fibrilació­n auricular es una condición que no debemos subestimar. Si sospechas que has tenido algún síntoma o arritmia, consulta de inmediato a un especialis­ta en electrofis­iología.

El autor es electrofis­iólogo cardiovasc­ular del Centro Médico Menonita de Cayey.

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