“ES UN PRIVILEGIO JUGAR POR ESTE PAÍS”
Tres jugadores de la nueva camada que fueron convocados a la preselección expresan qué significa ponerse el uniforme de Puerto Rico
Para algunas de las caras nuevas en la selección nacional, el asunto de las notables ausencias en el combinado patrio no alteran nada. Están allí para competir por ganarse un espacio, aprovechar la oportunidad y sudar la camisa que, en algunos casos, han querido ponerse desde la niñez.
Y saben que aunque es un privilegio ponérsela, no sienten el peso de ser parte de uno de los equipos deportivos más escrutados –y algunas veces criticadopor los puertorriqueños.
Son baloncelistas y llegaron para hacer su trabajo y a demostrar de qué están hechos.
“No creo que sea una presión estar en el equipo nacional. Otras personas podrían decir que sí. Pero esto es algo que he estado haciendo desde que tenía tres años. Así que solo debo salir y hacer mi juego”, dijo George Conditt IV, un delantero de 6’10”, 245 libras y solo 20 años.
El jugador de Iowa State University impresiona con su físico y es visto por algunos como el hombre grande que le ha faltado a Puerto Rico por años. De hecho, el dirigente Eddie Casiano opina que Conditt podría tener una carrera en la NBA debido a no solamente su estatura, sino a su velocidad, sus movimientos y su capacidad para encestar además a media distancia.
En el equipo nacional, dijo, “lo que creo que puedo aportar es velocidad desde la posición. No soy un tipo lento. Corro la cancha. Soy bastante versátil en eso, así que puedo hacer tiros brincados o jugar en la pintura, y tengo fortaleza mental. Me veo por mucho tiempo en este equipo”.
Sobre el ambiente en las prácticas, lo describió como normal y Casiano ha estado pendiente de él y de que conozca al resto del equipo. Dijo que aunque no los conocía a todos, se mantuvo conversando y ‘jangueando’ con el resto de la preselección en el hotel, por lo que al momento se siente “muy cómodo”.
Phillip Wheeler, un delantero de 6’8”, 180 libras y tan solo 19 años, ya vistió la camiseta de Puerto Rico y entiende lo que significa. Incluso, ya ganó una medalla de bronce en el Mundial
Sub 17 de Argentina en 2018 y ha mostrado sus capacidades en el Baloncesto Superior Nacional con los Atléticos de San Germán, con quienes promedió 10.7 puntos y 4.7 rebotes en 11 juegos en 2020.
“Para mí es un verdadero honor practicar con el equipo nacional. Es un privilegio jugar por este país”, dijo con seguridad el jugador, que sin embargo quedó fuera de la selección adulta luego del corte anunciado el domingo.
Wheeler, quien sin embargo quedó convocado para la preselección Sub-19 que participará en el Mundial, se mostró agradecido por los consejos y ayuda que le ha brindado el gerente general de la selección, Carlos Arroyo.
Alfonso Plummer fue otro que recibió clases privadas con Arroyo, como se pudo ver antes de una de las práctica del equipo nacional. Al final, el armador zurdo no pudo formar parte de la selección que buscaempero, rá este mes el pase a Tokio 2020 por compromisos de estudios.
“Es que ahora mismo estoy en una etapa en que estoy más pendiente a la universidad y a mi maestría. Aún me queda un año”, contó. el canastero -que la pasada campaña con los Utah Utes en la NCAA promedio 13.6 puntos por juego y que se acaba de transferir a los Fighting Illini de la Universidad de Illinois- no tuvo sino palabras de admiración para la Selección: “Este equipo ha tenido mucha historia y siempre el que se pone esa camisa que dice Puerto Rico lo hace bien y lo hace de corazón”.
Plummer es un caso curioso, pues aunque nació y se crió en Fajardo, posee la elegibilidad de jugar por Panamá ya que su padre, Renan Plummer, es oriundo de ese país. Incluso, fue convocado por la Federación Panameña de Baloncesto (Fepaba) para el ‘Fepaba Camp’ que porganizó en mayo el técnico boricua, Flor Meléndez, con todos los jugadores panameños prospectos que juegan en la NCAA y en universidades del país.
A mediados de su participación en el Fepaba Camp fue convocado por la selección puertorriqueña y de inmediato respondió al llamado boricua.
“Yo nací aquí, y si te invitan del país en que creciste y aprendiste desde pequeño tienes que ir, porque es una bendición y una oportunidad grande”, expresó.
“Ambos sistemas (Panamá y Puerto Rico) me han gustado, pero si me cogen (en Puerto Rico) es una bendición, pero todavía la decisión estaría en el futuro. Me queda un año de universidad...”, reiteró.
Al margen del drama provocado por los retiros y ausencias de nombres clave en el equipo de Puerto Rico, Plummer sí quiso enfatizar cómo aprovechó su tiempo en el preseleccionado para nutrirse del conocimiento de dos leyendas del baloncesto puertorriqueño, Arroyo y José Juan Barea.
“Hay gente que llega a tu camino y quieren verte ganar, y Carlos es una de esas personas, una persona humilde que vio mi talento y se puso a la disposición para ayudarme. Es una gran experiencia trabajar con una leyenda del baloncesto en Puerto Rico. Ha sido muy emocionante y lo agradezco mucho”, sostuvo.
“Barea también es una leyenda, así que cuando ellos te extienden la mano y te quieren ayudar no puedes decirles que no porque sabes que todo lo que te están diciendo es para tu mejoría. Así que es una bendición para mí y estoy bien agradecido con los dos. Tremendas personas”, finalizó Plummer.
“No creo que sea una presión estar en el equipo nacional. Otras personas podrían decir que sí. Pero esto es algo que he estado haciendo desde que tenía tres años”
GEORGE CONDITT IV DELANTERO DE LA SELECCIÓN