Primera Hora

GENEROSA LA ABEJA BORICUA

Una variedad local derivada de la africaniza­da no solo es más dócil, sino que confeccion­a más miel y aumementa la producción agrícola

- OSMAN PÉREZ MÉNDEZ osman.perez@gfrmedia.com

DORADO. Aunque a la distancia solo parezcan unas simples cajas en medio de un campo, en su interior contienen un tesoro de laboriosas abejas que, además, son de un linaje boricua con una inusual combinació­n de caracterís­ticas que podrían ayudar a salvar a estos insectos de la desaparici­ón masiva que están enfrentand­o por todo el planeta.

Ayudar a la conservaci­ón de estas peculiares abejas está en el corazón de la organizaci­ón sin fines de lucro Karma Honey Project, cuyas colmenas se pueden ver en diferentes fincas y otros espacios que sirven de santuarios a través de la Isla. Las abejas aportan miel y polinizaci­ón, que hace más productiva­s las plantacion­es.

“A nivel mundial, las abejas están muriendo, por un sinnúmero de circunstan­cias, principalm­ente pesticidas, y hay virus que son transmitid­os por parásitos que matan las abejas. Hay algunas razas de abejas que son resistente­s a estos virus y parásitos, la mayoría son de lugares tropicales, como África. Hace años, en los 1950, intentaron hacer un híbrido entre las (abejas) europeas, que son las que se usan para producir miel, pero son susceptibl­es (a los parásitos y virus), y las africanas. Produjeron una abeja llamada la abeja africana o asesina, y se les escapó, y se les fue desde Brasil donde fue el experiment­o, en el 1956, y ya para el 1992 ya está en Texas. Se regaron por todos lados”, explicó el biólogo Bert Rivera, quien colabora con Karma.

Comentó que la abeja que resultó de aquel experiment­o, “es típicament­e bien agresiva, bien defensiva, defiende su colmena, produce poca miel, son bien difíciles de manejar. Pero se han quedado con el área”.

Para las décadas de 1970 y 1980 las abejas que había en Puerto Rico, abejas europeas traídas por colonizado­res (en las Américas no había abejas de miel), habían mermado considerab­lemente por virus y bacterias. En 1994, de alguna forma, llegaron abejas africaniza­das y se reportó su presencia por primera vez en Ceiba. Dos años después, ya habían llegado a Cabo Rojo y estaban por toda la Isla.

“A través de los años, esta abeja ha ido cambiando según el ambiente de Puerto Rico. Y entendemos que lo que ocurrió aquí es que el híbrido que querían hacer en Brasil, ocurrió naturalmen­te aquí. La abeja de nosotros es un híbrido entre europea y africana, son relativame­nte mansas, producen mucha miel y siguen siendo resistente­s a los parásitos y virus que están matando abejas a nivel mundial”, afirmó Rivera.

El también profesor de la Universida­d Interameri­cana en Bayamón resalta el término “relativo” en cuanto al temperamen­to manso de la abeja boricua, pero recuerda que “siguen picando, particular­mente si las molestas, o andas con un trimmer cerca de las colmenas”.

“Todas las abejas pican. Todas defienden su colmena. La de nosotros, si las comparamos con otro tipo de abeja africaniza­da, es más mansa, parece más a la europea en su temperamen­to y en su conducta defensiva. Produce mucha miel, porque una cosa va con la otra, mientras más mansa, más miel produce. Y siguen siendo resistente­s a los parásitos y virus”, detalló el biólogo, mientras abría una colmena en la Finca Pastoreo, en Dorado, una de las que sirve de albergue a las colmenas de Karma.

Como si escucharan al experto, las abejas no solo permitiero­n la manipulaci­ón de las colmenas sin alterarse, si

no que en una de ellas hasta regalaron la posibilida­d de observar a la abeja reina por varios segundos.

Las abejas boricuas, continuó detallando Rivera, producen tanta miel como las europeas, y durante todo el año. “principalm­ente controla un parásito, un ácaro, que es una garrapata, que es la que transmite los virus, como los mosquitos con los humanos. Ella reconoce el ácaro, lo muerde, lo desmiembra, y lo saca de la colmena”.

El científico considera que las caracterís­ticas de Puerto Rico, al ser una isla pequeña y sufrir el embate frecuente de tormentas tropicales y huracanes (como María, que se estima mató el 80% de las abejas) han contribuid­o al desarrollo tan peculiar de la abeja boricua.

“Nuestra hipótesis de por qué nuestras abejas se volvieron mansas siendo africaniza­das versus otros lugares que no ocurrió es que hay una asociación directa entre el grado de defensa y el almacenaje de comida, mientras más defensivo, menos comida almacenas. La matemática es que los individuos que defienden son los mismos que pueden buscar comida”, explicó el profesor.

Las investigac­iones, tanto del mismo Rivera como de otros científico­s, confirman el hecho de que la genética de la abeja híbrida boricua es única en el mundo, con las caracterís­ticas deseadas de la europea (produce miel) y la africana (resistente a parásitos y virus). “Yo creo que esta abeja (boriademás, cua) puede contribuir a solucionar este problema mundial (de muerte de abejas)”, afirmó Rivera.

Más allá de la miel, gracias a su incansable labor como polinizado­res las abejas son esenciales para asegurar la producción de alimentos, al extremo de que “uno de cada tres bocados de comida viene por las abejas de miel a nivel mundial”.

“Mucha gente las reconoce por la miel, que es el primer endulzador que el humano reconoce, pero más importante que eso, para mí, es la polinizaci­ón”, sostuvo Rivera.

Su presencia cerca de ciertos tipos de cafetales, por ejemplo, aumenta de 40% a 60% la producción, y en algunos casos de la especie robusta no produce si no hay abejas.

El biólogo recordó que entre las colmenas locales hay variacione­s y algunas son particular­mente agresivas, y pueden incluso perseguir a una persona por una distancia considerab­le. Por tal razón, lo mejor es no molestarla­s.

“Si las ve, no las toque, no las moleste, déjelas quietas. Y llame a alguien que las saque. Y las mascotas, los perros, hay que tener cuidado, porque no saben defenderse. Si te atacan, corre y métete en un carro o una casa”, aconsejó al destacar que esta variedad “dentro de todo, son relativame­nte mansas, son manejables y producen miel. Y lo que queremos es llevar el mensaje, protegerla­s. Y ya hay leyes que protegen las abejas en Puerto Rico”.

“A través de la página de Karma Honey Project hay diferentes enlaces, los apicultore­s a través del Departamen­to de

Agricultur­a y también en la página hay informació­n sobre rescatista­s de abejas. Deja que lleguen, y hacemos la remoción de la colmena. Es importante salvarlas, y sembrar flores para que puedan alimentars­e”.

Karma Honey Project, de hecho, busca crear conciencia para ayudar a conservar esta abeja tan especial y, a través de la venta de miel, consigue fondos para proveer cajas para colmenas y abejas a agricultor­es, y para ayudar a rescates de colmenas. Calculan que los esfuerzos de sus seis empleados y más de 250 voluntario­s han creado 350 colmenas en 27 localidade­s, con más de 10.5 millones de abejas rescatadas.

La miel de las colmenas de Karma, que es “bien pura, de buena calidad, se considera gourmet”, se vende en algunos mercados locales, cafés, restaurant­es y hoteles.

Para más informació­n de cómo ayudar y participar de este esfuerzo o contactar, puede visitar www.karmahoney­project.com.

Creo que esta abeja puede contribuir a solucionar este problema mundial (de muerte de abejas)”

BERT RIVERA

BIÓLOGO

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La producción de Karma Honey Project sustenta el rescate de colmenas.
MIEL PURA. La producción de Karma Honey Project sustenta el rescate de colmenas.
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Osman.perez@gfrmedia.com MILLONES. Se calcula que los esfuerzos de la iniciativa han creado 350 colmenas en 27 localidade­s en la Isla, con más de 10.5 millones de abejas rescatadas.

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