“ESTAMOS AL BORDE DE UN ABISMO”
Secretario General de la ONU inauguró ayer la sesión general alertando sobre varias crisis
NUEVA YORK. En persona y en pantalla, los líderes mundiales regresaron ayer a la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por primera vez en dos años con una enorme agenda de crisis crecientes para abordar, entre ellas la persistente pandemia del COVID-19 y el imparable calentamiento del planeta.
En su discurso al inaugurar la sesión, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió a los líderes que el mundo nunca ha estado más amenazado y dividido.
“Estamos al borde de un abismo y avanzamos en la dirección equivocada”, dijo.
Guterres señaló las “enormes desigualdades evidentes” provocadas por la pandemia de COVID-19, las campanas de alarma climática “sonando en un punto álgido”, los trastornos de Afganistán a Etiopía y Yemen que frustran la paz mundial, una oleada de desconfianza y desinformación que “polariza a las personas y paraliza a las sociedades”, y los derechos humanos bajo fuego.
El secretario general dijo que la solidaridad de las naciones para abordar estas y otras crisis “falta en la acción, justo cuando más la necesitamos”.
“Estoy aquí para dar la alarma. El mundo debe despertar”, dijo en sus primeras palabras tras convocar la reunión.
El año pasado, ningún líder viajó a la sede de la ONU por el azote del coronavirus en todo el mundo y todos los discursos fueron grabados con antelación. Este año, la Asamblea General ofreció a los mandatarios la opción de asistir o intervenir en línea y más de 100 jefes de Estado y de gobierno han confirmado su presencia.
Guterres “no escatimará esfuerzos al expresar su preocupación por el estado del mundo y mostrará una visión para salvar las muchas divisiones que se interponen en el camino del progreso”, dijo Stephane Dujarric, vocero de la institución.