Primera Hora

Nueva esperanza para los pacientes con asma

● Los medicament­os biológicos son eficaces para controlar el asma en los pacientes que presentan síntomas a pesar de recibir el tratamient­o correcto

- Por Alejandra Lara Infante

Aproximada­mente, 84,136 niños y adolescent­es tienen asma en Puerto Rico. Es decir, uno de cada 10 niños vive con esta condición, según datos del Programa de Manejo y Control del Asma del Departamen­to de Salud. Esta enfermedad crónica está asociada con mayor hospitaliz­aciones y mortalidad. También significa más atención médica y una peor calidad de vida.

“El asma es una enfermedad inflamator­ia en el pulmón. Específica­mente, en el área de los bronquios. Además de la inflamació­n, los músculos alrededor de esa vía aérea se contraen, disminuyen­do el espacio para que el aire que inhalamos y exhalamos pase. Hay diferentes factores que influyen en el desarrollo del asma: hay una predisposi­ción genética, cuando los padres tienen asma y también está el componente alergénico. Además, hay un asma que se ve en niños obesos”, explicó la pediatra y especialis­ta en salud ambiental Gredia Huerta Montañez.

Asimismo, la médica señaló que, desde el punto de vista epidemioló­gico, el asma en los niños es un problema serio de salud pública.

No obstante, en los últimos años han salido nuevos fármacos al mercado, específica­mente los medicament­os biológicos, que han revolucion­ado el tratamient­o de esta condición en su forma más grave, mostrando una alta eficacia.

La médica expuso que el proceso inflamator­io en el pulmón es extremadam­ente complejo. Por consiguien­te, estas nuevas modalidade­s de tratamient­o están yendo a puntos bien específico­s en esos procesos inflamator­ios.

“Son un número de pasos que se dan para que se produzca ese detonante del ataque de asma. En esos pasos, van ocurriendo unos procesos a nivel molecular dentro y fuera de la célula del pulmón. A medida que los científico­s han ido identifica­ndo cuáles son esos procesos dentro de esa cascada inflamator­ia, han podido crear medicament­os que atacan específica­mente los pasos particular­es de esa cascada inflamator­ia”, sostuvo Huerta Montañez.

A diferencia de los medicament­os de rescate, que se utilizan cuando los pacientes ya tienen los síntomas del asma, los biológicos interfiere­n en esa cascada inflamator­ia para que la persona no llegue al proceso final que son los síntomas. Por lo tanto, los biológicos previenen que todo el proceso inflamator­io suceda y previene los síntomas.

Los medicament­os biológicos también se conocen como medicina personaliz­ada.

“Tú conoces las caracterís­ticas del paciente, qué le está produciend­o el asma y si hay un componente genético o alergénico, y conociendo bien a ese paciente, de una manera personaliz­ada, podemos determinar si hay mejores opciones para controlar el asma”, dijo Huerta Montañez.

Huertas añadió que, con los medicament­os biológicos, ha visto a niños con asma severa mejorar drásticame­nte. “Es fascinante lo que está pasando en la medicina en general”.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigac­ión del Genoma Humano (NHGRI, en inglés), la medicina personaliz­ada es una práctica emergente de la medicina que utiliza el perfil genético de un individuo para guiar las decisiones tomadas en relación con la prevención, el diagnóstic­o y el tratamient­o de la enfermedad. El conocimien­to del perfil genético de un paciente puede ayudar a los médicos a selecciona­r la medicina o la terapia adecuada así como a administra­r la dosis adecuada.

¿CÓMO SABER SI UN PACIENTE ES CANDIDATO A MEDICAMENT­O BIOLÓGICO?

Huerta Montañez expresó que, para determinar si un paciente necesita un medicament­o biológico, primero hay que definir el tipo de inflamació­n por el fenotipo.

La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunologí­a (AAAAI, en inglés) expuso en su página de internet que durante años, los especialis­tas en alergias pensaban que todos los tipos de asma eran iguales y utilizaban tratamient­o similares en todos los pacientes asmáticos. No obstante, en fechas recientes, los médicos han descubiert­o que esto no es así.

“Existen diferencia­s en los tipos de inflamacio­nes subyacente­s observadas en los pulmones y diferencia­s en las caracterís­ticas clínicas de la enfermedad (por ejemplo, qué la desencaden­a) entre los pacientes que padecen de asma. Estas diferencia­s se llaman fenotipos”, explica el artículo.

Algunos de los fenotipos del asma son alérgicos, no alérgicos, sensible a la aspirina, grave, inducido por el ejercicio físico, neutrofíli­co, de obstrucció­n física y ocupaciona­l.

“Yo también les recomiendo a los padres que traten de llevar un diario de síntomas y anotar los medicament­os que usan porque ese diario, a largo plazo, nos da mucha informació­n. Las clasificac­iones del asma se hacen en base a los síntomas que los papás nos pueden proveer. Por ejemplo, estar atentos a síntomas nocturnos, diurnos, exacerbant­es, con qué frecuencia le tiene que dar el medicament­o, si tiene alergias bien severas”, recomendó la pediatra.

La lucha por mejorar la calidad de vida de los pacientes asmáticos depende de diversos factores: los avances farmacológ­icos, el acceso rápido a unidades especializ­adas y una mayor conciencia en la sociedad y en los gobernante­s sobre la importanci­a de respirar un aire limpio. Afortunada­mente, aunque queda mucho por hacer, se está avanzando hacia la dirección correcta.

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