LLEGAN A MÁS POR REDES SOCIALES
La iglesia El Sendero de la Cruz detalla el rol fundamental que han tenido para respaldar los servicios a la congregación
“La iglesia es esencial”, dice la pastora Elizabeth Rosado al revivir el momento en que el País se encontraba en el “lockdown” por la pandemia del COVID-19.
“En este tiempo de crisis es que está la gente con más necesidad. Gente deprimida, gente en soledad, muchos no sabían ni qué hacer. Gente teniendo pérdidas. Así que es la iglesia la que da esa palabra de esperanza para el pueblo. Y la iglesia es esencial”.
Junto con su esposo brasileño, Mauricio Guidini, Rosado pastorea la iglesia El Sendero de la Cruz, en San Juan, que fundaron en 1984. Ella ha dedicado 50 años de su vida al cristianismo. Todos esos años no se comparan con el “valle de sombra de muerte” que se aposentó en el 2020 tras la declaración de la pandemia.
Pero como enuncia el Salmo 23, caminaron confiados en que se abrirían puertas pese a las circunstancias. “Era una experiencia nueva porque nunca eso había ocurrido en Puerto Rico, pero también entendíamos que era para ayudar al pueblo”, comentó.
La pandemia funcionó como un agente catalizador para pulir aquellas cosas que necesitábamos ponerle un poco más de empeño para trabajar con excelencia y llegar a todas estas personas.
Con ella trabaja un batallón de servidores, algunos a tiempo completo, en consejería, capellanía, administración y comunicaciones, entre otras
“Nunca hacía esto de cápsulas por Facebook Live, nada de esto. Esta gente me metió a que yo tenía que hacer eso todos los días”
ELIZABETH ROSADO PASTORA
labores que impactan a la comunidad. El Sendero cuenta con un vasto equipo tecnológico para conectar con los hogares, tanto por televisión, radio e internet. Con la pandemia los trabajos tuvieron que reorganizarse, y con ello llegaron tareas nuevas.
“Nunca hacía esto de cápsulas por Facebook Live, nada de esto. Esta gente me metió a que yo tenía que hacer eso todos los días a las nueve de la noche”, contó. “Ese tiempo de llevar una palabra de esperanza en Facebook Live todos los días ha sido precioso”.
La iglesia, que tiene capacidad para 900 personas, cuenta con una cabina al lado del altar donde se mezclan las imágenes y los sonidos.
“Desde aquí transmitimos todas las redes sociales disponibles, Facebook, YouTube, Livestream; compartimos lo que pasa aquí, no solamente con gente de Puerto Rico, sino obviamente con el resto del mundo”, explicó Roberto Rodríguez Díaz, director de producción de la iglesia.
Unas 30 personas componen el área de producción técnica y creativa. Los cultos virtuales llegan a países tan distantes como España y Argentina. En vivo se conectan entre 400 a 800 personas. Luego que el video queda grabado, alcanza entre 15,000 a 20,000 views. En Facebook suman 132,023 likes y 149,907 followers.
“La pandemia funcionó como un agente catalizador para pulir aquellas cosas que necesitábamos ponerle un poco más de empeño para trabajar con excelencia y llegar a todas estas personas”, afirmó. “Ha hecho que aumente la gente que se conecta con nosotros y no solamente a un video ‘live’, sino que nos escriben, que tienen peticiones de oración, que necesitan quizás alguna ayuda que la iglesia les puede ofrecer. Y las redes sociales han jugado un papel fundamental para que esto se pueda hacer”.
Rodríguez, quien trabaja en este ministerio desde el 2007, recordó que para marzo del 2020 se repensaron las estrategias para virtualmente hacer un culto más tú a tú.
“Las cámaras que usualmente se encuentran en unos espacios distanciados del altar, las acercamos. Hicimos un tipo sala para que la gente se sintiera que estamos en un espacio más íntimo, que estamos entrando a tu casa. Fue un trabajo de mover cámaras, mover luces, mover equipos de todo tipo”, describió.
Indicó que no se trata de un espectáculo, sino de respaldar la “dinámica de servicio” con recursos audiovisuales para cubrir necesidades y hacer sentir a la comunidad virtual “como si estuvieran aquí”.