Serrat se despide de los boricuas
El cantautor presentó su concierto “El vicio de cantar” el domingo en la noche en el Coca-Cola Music Hall
Uno de los momentos más difíciles que tienen que afrontar los seres humanos, son las despedidas. Sobre todo, si sabes que no vas a volver a ver a esa persona de la que te estás separando. Ese sentimiento de nostalgia, mezclada con alegría y un poco de tristeza, se vivió en el Coca-Cola Music Hall la noche del domingo, momento en que el cantautor español Joan Manuel Serrat cantó por última ocasión en suelo boricua. Como parte de su gira El vicio de cantar. Serrat 1965- 2022, que comenzó la semana pasada en Nueva York y que concluirá el próximo 23 de diciembre en Barcelona, Serrat aprovechó su tiempo en tarima para hacer un repaso de su larga carrera, conversando con el público en un sinnúmero de ocasiones durante la velada.
Este histórico espectáculo comenzó con los clásicos Dale que dale, Mi
niñez y El carrusel del furo.
“Buenas tardes, Puerto Rico. Qué gusto que estén aquí”, saludó el catalán al filo de las 6:30 p.m., vestido con una chaqueta azul marino con camisa azul sin corbata. “Estoy muy feliz de estar aquí, de poder despedirme y de poder despedirme como Dios manda, cantando, dando las gracias por acompañarme a lo largo de la aventura de esta noche. Y aclararles que este no es mi primer concierto, ni mi último concierto. Este es el concierto de despedida de este Borinquen al que tanto quiero, con el que tantos años de relación, de cariño y de felicidad hemos compartido”.
Este espectáculo, que será uno de casi 60 que dará en el transcurso de los próximos ocho meses, sirvió de repaso de la carrera de este galardonado compositor, quien ha grabado más de 30 discos editados a lo largo de su carrera, tanto en lengua castellana como catalana. Entre otros temas que entonó de manera magistral estuvo Lucía, No hago otra cosa que pensar en ti y Algo personal. En muchas ocasiones, el cantautor tomó asiento tanto en la tarima de los músicos o en una silla junto a una pequeña mesa con un vaso de cristal con agua.
A estas le siguieron Para la libertad, Hoy por ti, mañana por mí y Es caprichoso el azar.
Uno de los momentos más esperados por el público se dio cuando cantó, de forma seguida, dos de los temas más populares de su repertorio, los clásicos Aquellas pequeñas cosas y Mediterráneo. En ese momento, el público tarareó ambas canciones, al punto de que en varias ocasiones el español dejó de cantar para dejar que fuera el público el que las interpretara.
Ya en sus últimas intervenciones en canciones, el músico dejó varias palabras que evocaban la nostalgia que le causaba el momento, que logró enmascarar con una sonrisa.
“Las despedidas siempre son tristes, pero también dejan abierto y expedito el camino del regreso”, indicó con voz tranquila este cantante nacido en Barcelona el 27 de diciembre de 1943.
“Deseo de todo corazón que quién sabe cuándo y dónde, volvamos a encontrarnos”, añadió Serrat, antes de interpretar las canciones Pare, Cantares y De vez en cuando la vida, un homenaje a Juan Antonio Corretjer y, de paso, a Puerto Rico.
Ante el inminente fin del concierto, el público se levantó de sus asientos y le brindó un sonoro aplauso al artista, junto con el tradicional coro de “otra, otra, otra”. Cuando parecía que el concierto estaba llegando a su fin, y luego de despedirse junto a los siete brillantes músicos que lo acompañaron durante el show, Serrat regresó al escenario para interpretar dos temas adicionales, incluyendo Pueblo blanco y Penélope, con la que cerró este memorable recital. En total, el músico entonó 23 canciones en un periodo de tiempo de dos horas con veinte minutos, aproximadamente.
Al final, Serrat se paró en el centro del escenario, mirando al público con una media sonrisa en su rostro, a la vez que escuchaba, presumiblemente por última vez, el fuerte aplauso que le dedicó la concurrencia puertorriqueña. Por varios segundos, la emoción del momento casi invade al músico, quien con gesto amable levantó su mano derecha, y se despidió cortésmente. Su mirada evocaba nostalgia, pero también satisfacción por todos aquellos años que hizo disfrutar al público boricua. Sin duda, su presencia en los escenarios locales será recordada por muchos años.
Inicio polémico
Como es costumbre, varios medios de comunicación locales fueron acreditados por la casa productora del concierto, Rompeolas de César Sainz, para cubrir el evento. Al entrar al recinto, a los fotoperiodistas se les notificó que podrían capturar imágenes durante las primeras dos canciones del concierto.
Sin embargo, para sorpresa de los fotoperiodistas, Serrat mandó a detener la que era la segunda canción del concierto, Mi niñez, e indicó por el micrófono de una manera cortante que no iba a continuar con el espectáculo “hasta que ustedes se vayan”, refiriéndose a los fotoperiodistas. Acto seguido, un ujier les indicó a los profesionales de la comunicación que debían despejar el área. Al ver lo que estaba pasando, varias personas en el público aprovecharon el momento para insultar a los fotoperiodistas.
Ante esta situación, la Asociación de Fotoperiodistas de Puerto Rico publicó un mensaje en las redes sociales denunciando la situación. “Los fotoperiodistas y periodistas realizamos la cobertura de los conciertos acreditándonos debidamente con el productor del evento. No toleraremos insultos ni atropellos por parte de ningún artista, como lo ocurrido hoy en el concierto de Joan Manuel Serrat”.