Farmacéutica de alma y vocación
A sus 80 años, Rosa H. Nieves Borrero sigue trabajando desde el recetario en su Farmacia Quiñones
PEÑUELAS. Quien conoce a la farmacéutica Rosa H. Nieves Borrero, no le sorprende verla atendiendo el recetario de la Farmacia Quiñones de Peñuelas, a pesar de que el sosiego de sus pasos dificulte su llegada a lo que ha sido su centro de trabajo por más de cuatro décadas.
Sin embargo, así acude a diario apoyada de un andador, pero con su mente clara y dispuesta a continuar con la encomienda de servir a un pueblo que conoce como la palma de su mano. Tanto que, a sus 80 años, confía en la palabra de la gente cuando le entrega un medicamento sin tener el dinero suficiente para pagarlo.
Así es la licenciada Nieves Borrero, una peñolana que se enamoró de la profesión desde que supo de su existencia a través de una maestra de escuela superior.
“En la Adolfo Grana Rivera hice la superior y una de las maestras nos habló de Farmacia y seguí por ahí. Ya tengo un hijo, un nieto y una sobrina que son farmacéuticos y hay como cinco en la familia que son auxiliares de farmacia con licencia, entre estos, el biznieto, el sobrino, sobrina y la nieta”, contó Nieves Borrero, quien se crió en el barrio Macaná.
“Yo estudié Farmacia en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico porque en aquel entonces no había más ninguna (institución que ofreciera el grado académico). Todavía en Puerto Rico, en la escuela de farmacia lo que escogen son como 35 y son los mejores promedios. Yo estudié con beca de honor por casi cinco años, gracias a Dios”, recordó.
De esa manera, Nieves Borrero salió de Peñuelas para capacitarse en la materia, pero regresó tan pronto culminó. Esto con la idea de aportar los conocimientos adquiridos en beneficio de la salud de sus compueblanos.
Allí aceptó la invitación de don Gliden Quiñones, que era el dueño original de la farmacia, ubicada a pasos de la plaza pública.
“Don Gliden Quiñones iba a retirarse y me buscó a mí para que me quedara aquí. De eso hace casi 45 años”, relató la mujer que pasa largas horas procesando las recetas que le llevan.
Al preguntarle si considera el retiro, rápidamente contestó que ella seguirá “adondequiera que me necesiten”.
“En Peñuelas yo nací, me crié, después me fui, regresé y no he salido para nada más. Peñuelas para mí es lo mejor, no me puedo quejar ni de su gente ni de nada”, afirmó.