Triunfante en su tributo
Manny Manuel hizo suyo una veintena de temas de Juan Gabriel
Con los años de carrera y el cariño del público que goza Manny Manuel, la opción más fácil para él sería seguir cantando su repertorio de merengues que tanto gusta.
Sin embargo, el artista orocoveño, con un arrojo pasmoso, decidió hacer algo que muchas figuras con trayectoria evitan a toda costa: experimentar, lanzarse a lo desconocido, jugárselas.
Hay que ser valiente de verdad para armar un concierto con canciones que no pertenecen a tu repertorio y tomar tus éxitos y cantarlos de una manera como tu fanaticada no está acostumbrada a escucharlos, en un género distinto al que te ha hecho famoso y aun así llenar una sala de conciertos y llevar a ese público a aplaudirte y aclamarte con delirio. Si eso no es ser un Rey de corazones…
Eso precisamente hizo Manny Manuel la noche del sábado en la primera función de su espectáculo Amor eterno: tributo
a Juan Gabriel, en el Centro de Bellas Artes de Caguas.
Manny Manuel toma una veintena de éxitos del fenecido “Divo de Juárez” y los interpreta en el género musical que los concibió la leyenda mexicana de la música popular.
Sin llegar nunca a la imitación, aunque evidentemente jugando con el desenfado con el que Juan Gabriel desplegaba su personalidad sobre el escenario, el artista boricua presentó un Juan Gabriel “mannymanuelizado”.
Cuando subió el telón del Centro de Bellas Artes de Caguas, lo primero que llevó al público que abarrotó la sala a exteriorizar su asombro fue la presencia de Manny Manuel flanqueado por una impresionante orquesta de 21 músicos, con sección de cuerdas incluida, y un coro de seis voces. En escena estaban además, Luis Amed Irizarry, director musical, y la profesora de canto y directora vocal, Aidita Encarnación.
A lo largo del concierto Manny Manuel interpretó del autor mexicano éxitos como Costumbres, Así fue, En esta primavera, Amor eterno y Noa Noa, con lo que cerró.
Ahora bien, qué no funcionó del concierto, cuya segunda función estaba programada para ayer: el sonido. Resulta imperdonable que Manny Manuel tuviese que cambiar de micrófono en tres ocasiones y que no haya sido hasta pasado el décimo tema para que la voz del cantante lograra escucharse con claridad en toda la sala. Incluso el audio de la orquesta no estaba balanceado.
Tampoco funcionó que hubiese personas entrando a la sala a las 10:00 p.m. para un concierto pautado para las 8:30 p.m. -pero comenzó media hora después-, interrumpiendo el disfrute de quienes llegaron a tiempo. Estas son las cosas que no se entienden cuando, por otra parte, son frecuentes las quejas de un amplio sector del público en Puerto Rico porque los conciertos suelen comenzar más tarde de lo anunciado.
Por lo demás, Manny Manuel salió triunfante y la prueba está en los continuos “¡Manny, te amo!” que recibió por parte de la audiencia. O como manifestó un hombre a toda voz: “¡Manny, mi esposa te ama!”