Primera Hora

FIFI LE PONE SABOR A LOS AZUCAREROS

Wilfredo Torres lleva 31 años animando a la fanaticada del equipo de la Doble A de su pueblo

- CESIACH LÓPEZ MALDONADO Especial SOMOS PR

Se viste de jíbaro; agarra su machete y la bandera de su pueblo y comienza el espectácul­o.

Con frases como “Nadie duerme”; “Vivo, vivo, que viene por aquí” y “¡Vamos, voy a ti!”, el yabucoeño Wilfredo “Fifi” Torres, se activa como animador en cada juego de béisbol Doble A de los Azucareros de Yabucoa, desde hace 31 años.

Al personaje tampoco le falta un buen racimo de guineos o plátanos; o quizás, alguna pana o aguacates; lo que le haya dado la tierra. Pero, siempre, siempre, va cargado de alegría para poner a gozar a su novena y a la fanaticada que le espera.

Torres reside en el barrio Quebradill­as del municipio de Yabucoa y, en su infancia, la agricultur­a y el béisbol eran su día a día. Cultivar la tierra es una de sus pasiones y la pelota, ni se diga. Sin embargo, cuando combinó ambas facetas con su carisma y sus ocurrencia­s, dio vida a ese décimo hombre que no puede faltar cuando los Azucareros salen al terreno a jugar.

“Eso fue como diría yo, sorpresas de la vida. Estábamos un día en un cumpleaños de una sobrina mía y le digo a mis hermanos: yo nunca he ido a un juego de Doble A. Vamos para allá a ver el juego a ver cómo es esa dinámica. Cuando entramos, estaban rifando un aire acondicion­ado y nadie se lo ganaba y yo le digo al hermano mío: ‘cuando digan el número ganador, es tal número, voy a decir que me lo gané y voy a subir esas escaleras por ahí pa arriba corriendo’”, narró.

“Cuando dijeron el número ganador es tal, corrí por toda la fanaticada de Yabucoa y de Las Piedras diciendo: ‘me lo gané, me lo gané, me lo gané’. Cuando llego me dicen: ‘ese no es el número’ y yo: ¿cómo va a ser?. Cuando le digo a la familia mía y a la fanaticada de Yabucoa que no era el número, la fanaticada de Las Piedras pegaron a abuchearme. Pero, los de Yabucoa por la forma en que yo corrí a buscar el premio, se alegraron y pasamos una noche bien chévere y ganamos el juego. Así nació ese espíritu”, recordó Torres.

Desde entonces, Fifi se ha dedicado a traer dinámicas para alegrar cada juego. Desde caballitos de palo, verduras para regalar a los presentes hasta lanzar sus zapatos al aire y romper sus camisas. ¿Qué no se ha inventado Fifi con tal de entretener al público y avivar el espíritu de competenci­a de su equipo?

“Todos los años es una dinámica distinta”

“Yo empecé como a los 25 años, tengo 56. Son como 31 años ahí con ellos brincando y saltando. Todos los años es una dinámica distinta. Desde que entro al parque lo que hago es saludar a todas mis amistades de la tercera edad, le llevo sus verduritas. Siempre traigo ñame, la famosa caña, llevo aguacate cuando está el tiempo de aguacate, el plátano, papaya, muchas cositas que la gente siempre está esperando. Mayormente lo que llevo es pana y plátano y todos lo esperan. Cuando voy entrando al parque ya tú los ves: ‘¿qué traes hoy? Pues mira esto es lo que tengo’ y se los reparto a ellos y la pasamos muy bien”, destacó.

“Después, me voy de espaldas al plato y desde que empieza la primera música hasta que se acaba la última, las bailo todas. Dependiend­o de cómo este el ánimo porque a veces uno está cansaíto del trabajo; bailo el merengue, la bachata, todo lo que tiren ahí en la música del parque, lo bailo y disfrutamo­s un montón”, explicó el hombre que trabaja como operador de la Autoridad de Acueductos y Alcantaril­lados (AAA) desde hace ya 34 años.

Otra de las movidas más esperadas de Fifi se da en la séptima entrada, cuando suelen tocar la trompeta de carreras de caballos y este toma su caballo de palo y parece llevarlo al trote.

“Cuando voy a un parque, sino hago ese movimiento como que la fanaticada no goza y yo tampoco gozo”, dijo Torres entre risas.

Al terminar el juego, si los Azucareros salen por la puerta ancha, Fifi corre las bases montado a caballo, con la bandera, con la caña, con el zapato o como sea, pero se tira de pecho en cada base al son del fuá del público.

Por otro lado, el alma de los Azucareros afirma que siempre soñó con desenvolve­rse en el cine, por eso para él las gradas y el terreno son ese escenario donde puede entretener a otros con su talento.

“Desde nene, siempre mi sueño fue ser actor de cine, pero no se me hizo posible. Me siento como si estuviera en el mejor cine del mundo, en el cine de la Doble A, donde está mi equipo de Yabucoa”, sostuvo.

Detrás de su personaje, el vacilón y la bailadita, Torres asegura que su propósito es demostrarl­e a la gente que los sueños sí pueden hacerse una realidad.

“Yo lo que quiero llevar es que nunca es tarde, que hay que seguir las metas que uno se propone en la vida”, concluyó.

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DE PALO
Wilfredo Torres se trepa sobre una caña símbolo de un caballo en todos los juegos en la séptima entrada mientras en el parque suenan las trompetas que usualmente se usan en el hipódromo para llamar una carrera.
A CABALLITO DE PALO Wilfredo Torres se trepa sobre una caña símbolo de un caballo en todos los juegos en la séptima entrada mientras en el parque suenan las trompetas que usualmente se usan en el hipódromo para llamar una carrera.

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