ARTE PEQUEÑO CON UNA IMPRESIONANTE BELLEZA
El trujillano Pedro Morales lleva más de 40 años destacado en la técnica de crear versiones miniaturas de distintas especies de árboles
Controlar las dimensiones en las que, típicamente, crecen ciertas especies de árboles y arbustos para mantenerlas en versiones miniaturas, en un arte conocido como la disciplina del bonsái, ha sido la inspiración del trujillano Pedro Morales por más de 40 años.
Con la expectativa de que en algún momento Trujillo Alto sea declarado la “Capital del Bonsái en Puerto Rico”, Morales creó la Escuela de Bonsái Tropical, que opera desde su vivero Futago Bonsái y desde donde imparten clases y talleres sobre este arte, logrando reconocimientos internacionales.
Pero su incursión en el mundo de los bonsáis no fue planificada, pues Morales, de 62 años, estudió programación de computadoras y trabajaba en Jardín Selectos, un negocio familiar donde aprendió la horticultura.
“Si le digo que me obligaron, ¿me lo cree? En el (año) 1979, cuando yo entré a la Upi (UPR, Río Piedras) estaba cogiendo español básico con la profesora María Rivera y, como ella sabía que yo trabajaba en una jardinería, me dijo: ‘tú vas a hacer el tema del bonsái en tu presentación’. De ahí empiezo a buscar información, me envuelvo y me gustó”, contó Morales, cuyo mentor fue el licenciado Adán Montalvo, uno de los miembros fundadores del Club de Bonsái de Puerto Rico.
“Todos los bonsaístas trabajan mayormente con coníferas, pinos y material que no se da en Puerto Rico. Cuando empecé a hacer bonsái no había tanta gente trabajando con material tropical y eso me abrió las puertas para enseñar a países de la región tropical que no tienen coníferas, porque los (bonsaístas) de coníferas no entendían cómo se trabajaba con material tropical”, sostuvo Morales, quien estuvo alrededor de cinco años enfrascado en un proceso de aprendizaje para dominar la técnica.
Su experiencia y conocimiento lo han llevado a dar clases y charlas de bonsái tropical en México, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Brasil, Chile, Perú, Argentina, Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Holanda, España, Eslovaquia e Indonesia. También ha estado en China y Japón. Incluso, actualmente tiene su Escuela de Bonsái Tropical en India y Texas.
“Cuando empecé, Latinoamérica no tenía muchos bonsaístas y yo tenía el compromiso de que el bonsái llegara a diferentes partes de Latinoamérica. Empecé a dar clases en los clubes, no cobraba honorarios, ellos me pagaban los gastos y yo les enseñaba. Por ese trabajo que hice en esos países, Latinoamérica creó un premio que se llamaba el Pedro J. Morales Award y ese premio lo dieron en la World Bonsai Friendship Federation”, recordó.
Además de su rol en la enseñanza de la técnica en árboles tropicales, Morales también ha participado y ganado en competencias internacionales con sus creaciones.