ACTIVO Y POSITIVO
Ferdinand Pérez se siente fortalecido en medio de los preparativos para el “Puerto Rico Jet Center”
En medio de los preparativos para el evento que promueve para este fin de semana en el aeropuerto de Isla Grande, el productor y moderador del programa Jugando pelota dura, Ferdinand Pérez, se cuestionó él mismo con una carcajada qué hacía al aire libre bajo el sol, trabajando los toques finales.
Ese detalle podría pintar un panorama del estado de salud y anímico de Pérez, una figura familiar en los hogares puertorriqueños mediante su programa de discusión política que llega en horario estelar a través de TeleOnce, y quien hace un par de meses anunció públicamente un diagnóstico de cáncer, el cual comenzó a tratarse de inmediato.
“No sé ni qué hago aquí. La verdad es que ya yo tenía el evento adelantado con mi socio, con el que hago los otros eventos de autos antiguos, y me dieron el diagnóstico de cáncer luego de que esto ya estaba casi montado por completo, por lo que no lo pude parar”, dijo Pérez a Primera Hora al hablar del “Puerto Rico Jet Center”, que se realizará el sábado y el domingo.
“Gracias a Dios he podido hacer el balance. No he podido meterle las horas que le metía antes a los eventos. Ahora estoy pocas horas porque tengo que cogerme un descanso obligado y no puedo exponerme tanto al sol. Pero gracias a Dios me siento bastante mejor”, dijo con un tono de voz que pareció confirmarlo.
Pérez indicó que todo comenzó cuando le pidió a un amigo médico que le verificara “una bolita” que tenía en su cuerpo. Tres días más tarde, según indicó, tenía un diagnóstico de cáncer.
Así que cada viernes se somete a una ronda de quimioterapia, que “me desbarata y me tira contra el piso. Me achueca y me patea en el piso”. Sin embargo, para poder trabajar con este evento, conversó con su médico para tratar de adelantar la fecha y estar en condición para la actividad. Pese a que los tratamientos iniciales hicieron estragos sobre su sistema digestivo, sus médicos, su oncólogo y su gastroenterólogo le han ajustado las dosis de medicamentos; han combinado estrategias y han logrado cierto tipo de bienestar que le ha permitido comenzar a comer mejor.
Aunque ya ha podido “domar” un poco los efectos de la quimioterapia, lo que le continúa dando vueltas en la cabeza es cómo un diagnóstico de cáncer trastorna una vida.
“Nadie está preparado para esto y uno repite la frase como papagallo. Pero no es lo mismo cuando te dicen que tienes cáncer. Te llegan un montón de emociones bien distintas, extrañas, y provoca una serie de reflexiones internas bien grandes en tu vida. Pero lo he podido manejar. Y cuando veo a otras personas con tipos de cáncer peores que el mío se me quitan las ganas de llorar, de ponerme triste o de acostarme a dormir. Sigo hacia adelante”.
La experiencia de lo que le ha tocado vivir, dijo, ya le hizo comenzar a planificar una manera para echarle una mano a los pacientes que no tienen forma de pagar los costosos tratamientos y de tratar de erradicar lo que entiende es desinformación sobre el proceso.
“Es una cosa terrible. Hay mucha gente que no tiene el dinero ni tiene plan médico. Eso lo hablaremos más adelante. Pero sí, vamos a buscar la manera de ayudar a la gente, porque si Dios me puso aquí algo tengo que hacer para ayudar a la gente”, manifestó Pérez, quien finalizó diciendo que los primeros informes de su caso han mostrado resultados tremendos, por lo que “pronto podré dar buenas noticias, si Dios lo permite”.