LOS NUGGETS ENTRENAN PARA LA FINAL Y EVITAN LAS DISTRACCIONES
DENVER. Los Nuggets de Denver no pelean con otros equipos ni discuten entre ellos. Ha pasado casi una década desde que despidieron a un entrenador. Sus aspectos más destacados a menudo incluyen sublimes pases saltados a través de la cancha, o un tiro hacia atrás desde la media cancha de su mascota, Rocky, durante un descanso en la acción.
Algunos podrían llamarlos francamente aburridos. Los Nuggets lo llaman hermoso. Su forma de jugar y de hacer negocios, sin dramatismo, tanto dentro como fuera de la cancha, no acapara muchos titulares. Pero ha preparado a la franquicia para el éxito y la ha llevado a sus primera final de la NBA en 47 años en la liga.
El equipo que se consolidó en el primer lugar en la Conferencia Oeste el 20 de diciembre, luego cobró al llegar a la final, es virtualmente opuesto a los que ha vencido tanto en la temporada regular como en la postemporada. Esos equipos están repletos de estrellas, o en los titulares después de grandes intercambios, o presentando jugadores de primera línea que son semirregulares en sus plantillas, o que están lesionados, y otros dramas arriba y abajo de la lista y en el banquillo.
Incluso el equipo al que se enfrentarán en la final, que sería el que ganara anoche el séptimo juego de la final de la Conferencia del Este entre los Celtics o el Heat, está envuelto en una serie empapada de drama y potencialmente histórica. Hace menos de una semana, el entrenador de Boston, Joe Mazzulla, quien obtuvo el puesto esta temporada después de que se descubrió que su predecesor había tenido una relación inapropiada con una miembro del personal, estaba en la silla caliente con su equipo abajo 3-0 y encontrando dificultad para inspirar a lo mejor de una talentosa lista de jugadores. Después de un toque de bocina para empatar la serie 3-3, todo cambió.
Los Nuggets, en cambio, barrieron a los Lakers y han estado esperando y practicando durante una semana.
“Si vas a ganar a un alto nivel, no puedes tener distracciones”, dijo el entrenador de Denver, Michael Malone. ‘Tienes que tener muchachos que se lleven bien, en la cancha, fuera de la cancha, y que se unan y compartan un objetivo común”.