Primera Hora

PATRÓN DE AUMENTO EN FUEGOS RESIDENCIA­LES

En los últimos cuatro años, la Cruz Roja registra un alza de 40% en intervenci­ones con personas afectadas por incendios domésticos

- BÁRBARA J. FIGUEROA ROSA barbara.figueroa@gfrmedia.com

Desde 2020, la incidencia de fuegos residencia­les en Puerto Rico ha experiment­ado un patrón de aumento significat­ivo, evidenciad­o por un alza de casi 40% en las intervenci­ones de apoyo que ha realizado la Cruz Roja Americana, en un periodo de cuatro años, con las familias que sufren estas tragedias.

Datos ofrecidos por el Negociado del Cuerpo de Bomberos señalan que en un periodo de cuatro años los incendios estructura­les aumentaron de 1,163 (2020) a 1,348 (2023), lo que representa un alza de 16% en este tipo de siniestro.

Más aún, en lo que va de año se han reportado ocho personas fallecidas por incendios domésticos y en siete de ellos las víctimas son adultos mayores de 60 años o más. Los casos se reportaron en San Germán, Aguadilla, Dorado, Cidra y Guayama.

“Aunque los incendios estructura­les incluyen los fuegos ocurridos en residencia­s, negocios, restaurant­es o estructura­s abandonada­s, lo cierto es que puedo confirmarl­e que la mayoría son en residencia­s”, afirmó el comisionad­o, Marcos Concepción Tirado.

Destacó que las investigac­iones realizadas por el Negociado de Bomberos registran que la mayoría de los siniestros se originan por tres factores: descuidos en las cocinas, encendidos de velas y mala disposició­n de cigarrillo­s.

“En las pesquisas se concluye que la mayoría de estos siniestros en los hogares ocurren por descuido. Tenemos principalm­ente a la gente que deja la estufa prendida y se le olvida con el mismo ajoro que llevan. Lo otro son las velas y, aunque siempre recomendam­os que no las utilicen, siempre hay personas que las prefieren. El asunto es que la vela es una llama viva todo el tiempo y si se coloca cerca de material combustibl­e como lo son, por ejemplo, el cartón, el papel o las cortinas, hay una alta probabilid­ad de que pueda ocurrir un incendio y que se propague rápidament­e. Esto es cuestión de segundos. Y, el tercer factor que hemos identifica­do son los cigarrillo­s. Las personas que fuman se sientan en el sofá y lo descuidan o, incluso, se quedan dormidos y no disponen bien del cigarrillo. Y ahí empieza el fuego”, acotó Concepción Tirado al agregar que entre 2020 y lo que va de 2024 se han atendido 5,434 fuegos estructura­les en todo Puerto Rico. De estos, 365 han ocurrido entre enero y el 25 de abril de este año.

El alza en estos siniestros se refleja en las intervenci­ones que realiza la Cruz Roja Americana, organizaci­ón que luego de este tipo de incidentes provee ayuda financiera, apoyo emocional y asiste en la recuperaci­ón de las familias afectadas.

Según explicó la directora ejecutiva de la organizaci­ón para el capítulo de Puerto Rico, Lee Vanessa Feliciano, en un periodo de cuatro años las intervenci­ones aumentaron en un 39.7% y en muchos de los casos las víctimas de los accidentes son adultos mayores. Por ejemplo, en el año fiscal 2020 hubo 239 intervenci­ones y en el año fiscal 2023 esa cifra aumentó a 334. Este año fiscal -que culmina en junio- se han registrado 284 casos.

Tan reciente como ayer, jueves, se reportó en San Germán un fuego residencia­l donde falleciero­n tres hermanos, adultos mayores entre 70 a 80 años. El aparente detonante, según la investigac­ión preliminar del Cuerpo de Bomberos, fue una vela descuidada en el hogar construido en madera y zinc.

Un caso similar ocurrió en febrero, cuando un anciano encamado, su esposa y mascotas falleciero­n en un siniestro ocurrido en un apartament­o en Dorado.

“Nosotros atendemos en promedio 26 fuegos al mes. Es el desastre que más ocurre en Puerto Rico, pero no necesariam­ente el que la gente piensa que más pasa. Lo que nos preocupa es que la mayor parte de las personas que están teniendo esta experienci­a son adultos mayores”, dijo Feliciano.

Puntualizó que cuando indagan en las situacione­s se percatan que algunas de las víctimas tienen enfermedad­es crónicas que les limita la movilidad. Otros tienen condicione­s de salud mental como Alzheimer o demencia senil.

“Esto hace que muchos utilicen la estufa y luego se les olvida. Lo mismo pasa con las velas. Y algo que hemos comprobado es que muchos no tienen detectores de humo instalados en sus hogares”, explicó.

La Cruz Roja Americana -a través de sus 1,000 voluntario­s- llega a las casas donde ocurren fuegos y, de inmediato, se le ofrece a las familias afectadas ayuda financiera para comenzar el proceso de recuperaci­ón, cubriendo necesidade­s básicas de alimentos, ropa, artículos de aseo y medicament­os.

“También se trabaja el componente de salud mental con psiquiatra­s, consejeros, trabajador­es sociales, entre otros profesiona­les para ayudarlos a lidiar con ese proceso de pérdida o desastre. En aquellos casos que los afectados utilicen equipos médicos, se les provee ayuda financiera para reemplazar­los. Además, en casos como la tragedia de San Germán -donde ya llegamos a brindar asistencia- se le otorga a las familias $1,000 para gastos fúnebres”, detalló Feliciano.

Nosotros atendemos en promedio 26 fuegos al mes. Es el desastre que más ocurre en Puerto Rico, pero no necesariam­ente, el que la gente piensa que más pasa” LEE VANESSA FELICIANO

DIRECTORA DE LA CRUZ ROJA AMERICANA. CAPÍTULO DE PUERTO RICO

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Archivo CIFRAS. En un periodo de cuatro años los incendios estructura­les aumentaron de 1,163 (2020) a 1,348 (2023).

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