TRUE CRIME, UN GÉNERO QUE NO SE MANCHA DE SANGRE
No se trata de morbo sino de curiosidad. Más allá del crimen, los porqués seducen a los fans de este género
La fascinación por los crímenes y sus detalles, quién los cometió, cuándo y quizá, sobre todo, por qué es algo que a la humanidad le viene de lejos. El comienzo de la alfabetización hizo que la demanda de textos se disparara. Con ella llegaron las primeras publicaciones que podrían encajar hoy en día en el término true crime (crimen real).
Literatura ligera sobre homicidios y crímenes graves empezó a publicarse en Gran Bretaña entre 1550 y 1700, por ejemplo, y en China se hizo enormemente popular El libro de los Fraudes de Zhang Yingyu (1617), que a finales de la dinastía Ming contaba casos de fraudes, estafas y otras tropelías. El true crime como género fue evolucionando con los tiempos hasta que llegó el audiovisual y los primeros documentales, algo a lo que plataformas como Netflix, Movistar+ y otras le dedican muchos recursos.
Pero no solo de la imagen vive el hombre y la voz humana siempre será el primer canal para contar historias, desde la hoguera en la cueva prehistórica hasta nuestros días, con los auriculares más pequeños y tecnológicos del mercado.
Un ejemplo de ello son los programas y series sobre true crime en formato pódcast, entre los que destaca ¿Por qué matamos?, dirigido y producido por el periodista y escritor
Carles Porta y que se emite en Audible.
El auge del true crime es un fenómeno global que basa su éxito en «la combinación de informar y explicar temas de actualidad, prestando atención también a la forma en la que se cuentan», explica Juan Baixeras, Country Manager de
Audible. «El formato audio ha resultado ser el medio ideal para documentales e historias reales sobre diferentes temáticas», añade el directivo.
Los títulos del género y, concretamente, las distintas temporadas de ¿Por qué matamos? están siempre entre los títulos más escuchados en la plataforma. Según el estudio Audible Compass 2022, los programas de misterio y thriller, en los que se engloban los true crime, son la categoría que lidera las preferencias de los consumidores, siendo el género preferido del 49% de los españoles (le siguen literatura y ficción, con un 46%; ciencia ficción y fantasía, 44%; historia, 40% y salud y bienestar, con un 34%). Ese mismo estudio reveló que el 73% de los españoles son consumidores de entretenimiento en audio (18% más que en el 2021) .
Carles Porta deja claro qué es y qué no es true crime. «No lo es el hecho de hablar de crímenes, eso es crónica negra; es hablar de sucesos», aclara. Así, el true crime es «un género narrativo en sí mismo que busca contar grandes historias en las que se ha cometido un crimen». En formato pódcast se convierte «en el mejor compañero» porque «no te lleva la contraria, porque lo escuchas cuando quieres, porque calla cuando tú quieres, porque te acompaña siempre». Un acompañamiento que, además, «te llega a las emociones primarias».
En ¿Por qué matamos? hay tres normas muy claras: rigor, respeto y ritmo narrativo. «Partimos del periodismo. Todo lo que nosotros contamos es verdad. Ha sucedido y lo hemos contrastado», pone en valor Porta, que no busca «satisfacer el morbo, sino la curiosidad».
¿Qué detalles truculentos hay que dar? Carles Porta y su equipo se plantean si lo que se va a contar es necesario para entender el relato. «Porque si es necesario me lo cuentas, pero si no es necesario, quieto». «La sangre es un líquido que mancha mucho. Si tú te metes en sangre, siempre acabas manchado. Nosotros intentamos no mancharnos», hace ver.
Para que el caso de un crimen se pueda convertir en un pódcast de true crime también hay unos requisitos. Tiene que tener giros narrativos, en primer lugar, porque un asesinato «con 3.000 puñaladas» no sirve. Tiene que haber documentación, un sumario, audios, vídeos, publicaciones y, 20M.ES/CULTURA
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además, personas que puedan dar su testimonio, como investigadores, testigos, los abogados que llevaron el caso, fiscales, forenses… También hace falta perspectiva, que haya un cierto tiempo entre que ocurre el crimen y se narra, además de que esté cerrado judicialmente. ●
dueños de una sola verdad y buscar entender la situación sin antes ver todas las aristas».
Desde el primer relato, Casting, se siente el extractivismo capitalista, basado en las clases sociales y el poder. «El Salvador todavía prohíbe el aborto sin excepción alguna. Ese cuento lo escribí con la intención de mostrar cómo concibo el trabajo de estas organizaciones que usan el miedo y el odio para crear víctimas que no existen. Y a las verdaderas víctimas de su actuar, es decir, como a la del cuento, parecen no importarles».
En Daisy Miller se alude a las desaparecidas. «Se inspira en el caso de Hugo Osorio, un expolicía salvadoreño que tenía un cementerio clandestino en el patio de su casa. Es un tema que particularmente cubrí, desde los primeros días, pasando por las mentiras del Gobierno relacionadas con el número de víctimas, la reserva del caso, la sanción a quienes dieran información a periodistas… Pero también me encontraba con madres que llegaban a la casa esa a preguntar si ahí, entre los restos que iban exhumando, estaban sus hijas, hijos u otros parientes». ●