Plan de lucha contra la violencia obstétrica
Sobremedicación con anticonceptivos por trastornos de menopausia o menstruación, deshumanización ante un problema de infertilidad, insensibilidad al comunicar a unos padres la muerte de su feto... Estas son algunas formas de violencia obstétrica (durante el embarazo, el parto y el posparto) y de vulneración de los derechos sexuales y reproductivos, por parte del personal sanitario, que contempla el nuevo plan que ayer presentó la consellera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, que pretende garantizar el respeto a las decisiones autónomas de los pacientes y a sus procesos emocionales. El plan, dotado con siete millones de euros, tiene una vigencia de seis años y más de una cincuentena de acciones que incluyen un amplio plan de formación para profesionales, la creación de comisiones de violencia obstétrica o la reducción de cesáreas e intervenciones innecesarias, entre otros. Además, se desplegarán espacios que aseguren una atención al parto en entornos
no medicalizados, así como también ampliar el número de centros de nacimiento. Por otro lado, se potenciará la formación respecto a la salud sexual y reproductiva de las personas trans y se garantizará una atención adecuada a mujeres lesbianas o con discapacidad.
En la misma línea, también se hará una formación específica en temáticas como la endometriosis y la mejora del diagnóstico precoz, y se mejorará la atención a la anticoncepción, a la interrupción voluntaria del embarazo, a la salud de las personas trans y a la salud mental perinatal, entre otros. ●