EL HIPERREGALO, UN PROBLEMA DE REYES Móviles, ¿sí o no?
Los psicólogos recomiendan que los menores no reciban más de cuatro obsequios y que estos sean educativos
«Queridos Reyes Magos, para este año quiero que me regaléis un juego de Lego, un balón de fútbol, un set de maquillaje y un coche nuevo para mis papás». Estos son algunos de los deseos que les llegan en forma de carta a Melchor, Gaspar y Baltasar y que, a unas horas de cargar las jorobas de sus camellos para repartir felicidad, siguen debatiéndose sobre qué deben regalar a cada uno de los millones de niños alrededor de todo el mundo.
Ante este mar de dudas, los psicólogos advierten de los peligros que puede entrañar esta noche marcada en rojo en el calendario ya que, informan, un exceso de regalos puede desembocar en problemas de infelicidad o frustración. «Hay muchos niños que están ‘sobrerregalados’ y sobreestimulados y esto no está directamente relacionado con un mayor bienestar emocional», cuenta a
20minutos Silvia Álava, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Para no caer en este ‘síndrome del niño hiperregalado’, estos profesionales apuestan «por el sentido común» y para ello se aconseja que los Reyes Magos premien de acuerdo a «la norma de los cuatro regalos»: «Es recomendable darles algo que necesiten, algo que les guste mucho, algo práctico y algo que deseen mucho», detalla Oceanía Martín, psicóloga general sanitaria, que opina que no se debe exceder esta regla aunque «no existe un número mágico» de obsequios para este día mágico de los Reyes.
Otro aspecto fundamental para acertar en esta jornada es que los juguetes deben ser los adecuados para cada niño, con especial cuidado con los videojuegos. Para ello, las psicólogas consultadas indican que es crucial valorar varios aspectos, entre ellos el código PEGI (la recomendación por edades para cada producto) y tener en cuenta los juguetes que puedan ayudar a la autoestima y a la creatividad de los menores, como por ejemplo, los juegos de mesa. «Hay que atender, sobre todo, a lo que más les puede servir», recomiendan. Las expertas también apuntan a la necesidad de adaptarse al carácter de cada niño.
Lo importante para no regalar demasiado, comenta Martín, es que los padres «ajusten las expectativas» cuando los niños van escribiendo la carta. «Los Reyes no van a poder traer tanto, acuérdate de que tienen que llevar regalos para todos los niños», asevera Álava. Para ello, recomienda que la lista la encabecen las cosas que más les gustan. «Así se hace un trabajo emocional de aprendizaje para que sean conscientes de que en la vida hay que tomar decisiones», dice Álava, que cree que proceder así «supone invertir en la salud emocional» de los más pequeños. Y, para ello, recomienda también que los padres den ejemplo.
El hecho de «tener lo que se quiere al instante, gratis y sin esfuerzo» también puede conllevar otros problemas que despuntarán en la adolescencia o en la vida adulta. «Esto también puede fomentar competitividad en los niños», indica Martín, pues supone una comparación para ver quién tiene más o menos regalos. La frustración es otro de los inconvenientes que pueden aparecer años más tarde. «Ahora hay muchos niños que intentan hacer algún deporte y, como no les sale a la primera, lo dejan. Asimismo, todo ello puede derivar en irascibilidad e irritabilidad, a la par que en un déficit de imaginación», denuncia.
La atención de los padres Independientemente de si los regalos son más o menos, o de si son adecuados, concreta Álava, hay un aspecto que no se debe pasar por alto y este tiene que ver con los padres. «Ningún regalo, por muy caro que sea, va a poder suplir el cariño de los padres». Algunos pueden llegar a pensar que ciertos regalos les pueden «librar de estar jugando con el niño». Sin embargo, Álava asevera que esto «en absoluto es así». «Lo que más necesitan los niños percibir amparo», de forma que deben «sentir que los padres están y que si ocurre cualquier cosa van a estar ahí para ayudarles». Como consecuencia, confiesa, hay que tener claro que «unos correctos vínculos de seguridad están directamente relacionados con la felicidad y el bienestar emocional», algo que no sucede cuando un niño «tiene más cosas o juguetes».
Como consecuencia, Martín recomienda regalos de carácter más emocional. «Hay que tener tiempo de calidad con ellos», lo que puede darse a través de algunos planes navideños como cantar villancicos. «Eso les va a servir mucho más, porque les va a quedar una huella emocional en el cuerpo mayor a la de un juguete que luego se olvida», concluye. ●
●●● Uno de los regalos estrella en esta época son los smartphones, una herramienta cada vez más habitual en edades tempranas, pero que las psicólogas no ven recomendables para los más pequeños. «El móvil nunca debe ser un regalo, con independencia de la edad», asevera Álava. En el momento en el que los adultos «caen en este error», comenta, los niños adquieren el sentimiento de que, como es un regalo, «ya es suyo y los padres pierden el derecho a intervenir en el uso que hacen de este».