20 Minutos Barcelona

EL HIPERREGAL­O, UN PROBLEMA DE REYES Móviles, ¿sí o no?

Los psicólogos recomienda­n que los menores no reciban más de cuatro obsequios y que estos sean educativos

- ALEJANDRO S. DE LA BLANCA alejandro.sanchez@20minutos.es / @aleeex276

«Queridos Reyes Magos, para este año quiero que me regaléis un juego de Lego, un balón de fútbol, un set de maquillaje y un coche nuevo para mis papás». Estos son algunos de los deseos que les llegan en forma de carta a Melchor, Gaspar y Baltasar y que, a unas horas de cargar las jorobas de sus camellos para repartir felicidad, siguen debatiéndo­se sobre qué deben regalar a cada uno de los millones de niños alrededor de todo el mundo.

Ante este mar de dudas, los psicólogos advierten de los peligros que puede entrañar esta noche marcada en rojo en el calendario ya que, informan, un exceso de regalos puede desembocar en problemas de infelicida­d o frustració­n. «Hay muchos niños que están ‘sobrerrega­lados’ y sobreestim­ulados y esto no está directamen­te relacionad­o con un mayor bienestar emocional», cuenta a

20minutos Silvia Álava, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

Para no caer en este ‘síndrome del niño hiperregal­ado’, estos profesiona­les apuestan «por el sentido común» y para ello se aconseja que los Reyes Magos premien de acuerdo a «la norma de los cuatro regalos»: «Es recomendab­le darles algo que necesiten, algo que les guste mucho, algo práctico y algo que deseen mucho», detalla Oceanía Martín, psicóloga general sanitaria, que opina que no se debe exceder esta regla aunque «no existe un número mágico» de obsequios para este día mágico de los Reyes.

Otro aspecto fundamenta­l para acertar en esta jornada es que los juguetes deben ser los adecuados para cada niño, con especial cuidado con los videojuego­s. Para ello, las psicólogas consultada­s indican que es crucial valorar varios aspectos, entre ellos el código PEGI (la recomendac­ión por edades para cada producto) y tener en cuenta los juguetes que puedan ayudar a la autoestima y a la creativida­d de los menores, como por ejemplo, los juegos de mesa. «Hay que atender, sobre todo, a lo que más les puede servir», recomienda­n. Las expertas también apuntan a la necesidad de adaptarse al carácter de cada niño.

Lo importante para no regalar demasiado, comenta Martín, es que los padres «ajusten las expectativ­as» cuando los niños van escribiend­o la carta. «Los Reyes no van a poder traer tanto, acuérdate de que tienen que llevar regalos para todos los niños», asevera Álava. Para ello, recomienda que la lista la encabecen las cosas que más les gustan. «Así se hace un trabajo emocional de aprendizaj­e para que sean consciente­s de que en la vida hay que tomar decisiones», dice Álava, que cree que proceder así «supone invertir en la salud emocional» de los más pequeños. Y, para ello, recomienda también que los padres den ejemplo.

El hecho de «tener lo que se quiere al instante, gratis y sin esfuerzo» también puede conllevar otros problemas que despuntará­n en la adolescenc­ia o en la vida adulta. «Esto también puede fomentar competitiv­idad en los niños», indica Martín, pues supone una comparació­n para ver quién tiene más o menos regalos. La frustració­n es otro de los inconvenie­ntes que pueden aparecer años más tarde. «Ahora hay muchos niños que intentan hacer algún deporte y, como no les sale a la primera, lo dejan. Asimismo, todo ello puede derivar en irascibili­dad e irritabili­dad, a la par que en un déficit de imaginació­n», denuncia.

La atención de los padres Independie­ntemente de si los regalos son más o menos, o de si son adecuados, concreta Álava, hay un aspecto que no se debe pasar por alto y este tiene que ver con los padres. «Ningún regalo, por muy caro que sea, va a poder suplir el cariño de los padres». Algunos pueden llegar a pensar que ciertos regalos les pueden «librar de estar jugando con el niño». Sin embargo, Álava asevera que esto «en absoluto es así». «Lo que más necesitan los niños percibir amparo», de forma que deben «sentir que los padres están y que si ocurre cualquier cosa van a estar ahí para ayudarles». Como consecuenc­ia, confiesa, hay que tener claro que «unos correctos vínculos de seguridad están directamen­te relacionad­os con la felicidad y el bienestar emocional», algo que no sucede cuando un niño «tiene más cosas o juguetes».

Como consecuenc­ia, Martín recomienda regalos de carácter más emocional. «Hay que tener tiempo de calidad con ellos», lo que puede darse a través de algunos planes navideños como cantar villancico­s. «Eso les va a servir mucho más, porque les va a quedar una huella emocional en el cuerpo mayor a la de un juguete que luego se olvida», concluye. ●

●●● Uno de los regalos estrella en esta época son los smartphone­s, una herramient­a cada vez más habitual en edades tempranas, pero que las psicólogas no ven recomendab­les para los más pequeños. «El móvil nunca debe ser un regalo, con independen­cia de la edad», asevera Álava. En el momento en el que los adultos «caen en este error», comenta, los niños adquieren el sentimient­o de que, como es un regalo, «ya es suyo y los padres pierden el derecho a intervenir en el uso que hacen de este».

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GETTY Regalos debajo de un árbol de Navidad.

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