20 Minutos Barcelona

Joaquim Coll

Un mago para la legislatur­a

- Joaquim Coll es historiado­r y articulist­a Por César-Javier Palacios Periodista

El inicio del año coinci- de con el arranque a efectos prácticos de la legislatur­a. Mañana el Gobierno tiene una primera prueba de fuego con el decreto ómnibus, que requiere para su aproba- ción del voto favorable de to- dos sus socios. Se trata de un cajón de sastre que, por razo- nes diferentes, tanto Junts co- mo Podemos amenazan con tumbar si no se producen cambios sustancial­es. Los in- dependenti­stas ven cuestio- nes que ponen en peligro la amnistía y no aceptan trága- las del Gobierno, una dureza que, a su vez, les sirve para marcar diferencia­s con ERC. Por su parte, los morados de

Esa va a ser la tónica de la legislatur­a, un continuo tira y afloja del Gobierno con sus socios

La magia funciona si nadie percibe la trampa. En política, el teatro se hace sin disimular nada

nuncian una bajada de las pensiones en la letra pequeña de la reforma del subsidio de desempleo, una ayuda que, objetivame­nte, se incremen- ta. Lo más probable es que, pe- se a las amenazas, lleguen a un acuerdo. Sin embargo, esa va a ser la tónica de la legis- latura, un continuo tira y aflo- ja del Gobierno de Pedro Sánchez con sus socios, con vo- taciones agónicas que se salvarán en el último momento hasta que un día se rompa la cuerda. A partir de ese momento, la dinámica discurrirá en un plano inclinado hacia el adelanto electoral.

¿Cuándo ocurrirá? Solo un vidente podría adivinarlo. Preparando esta columna, me encontré con la divertida noticia de que un mago canario no solo predijo el Gordo de Navidad, sino que ha acertado este año el número del sorteo del Niño. Pues bien, atando cabos, para analizar el discurrir de esta legislatur­a nos falta un pitoniso que nos anticipe cuándo las alianzas de Sánchez con sus socios se torcerán. Porque la peor tentación en la que podemos caer los articulist­as es la de convertirn­os en adivinos. Vamos a presenciar constantes sobresalto­s, y la tentación de anticipar el futuro va a ser inevitable. Para esa arriesgada tarea nada mejor que reclamar la participac­ión de un visionario con las dotes de acertar nada menos que la Lotería, aunque, claro está, en el caso citado seguro que hubo algún truco. El ilusionist­a en cuestión, llamado Xerax, se quedó con la llave de la caja de seguridad que custodiaba el sobre con el papel donde había escrito previament­e el número premiado.

Al mago no hay nada que reprocharl­e. La magia funciona cuando nadie percibe la trampa, y en su caso funcionó a las mil maravillas. En política, en cambio, el teatro se hace sin disimular nada. Junts no romperá con Sánchez hasta que no se haya aprobado y ejecutado la ley de amnistía. A cambio, le concederán unos Presupuest­os. En cuanto se atisbe el horizonte electoral en Cataluña todo se precipitar­á. Podemos dejará colgado al Gobierno en cuanto la situación económica se complique, cuando la recesión obligue a ciertos ajustes fiscales. En ambos casos, la ruptura es inevitable. Quién fuera mago para saber cuándo. ●

Las sirenas de ahora lloran lágrimas de plástico. Es un llanto de rabia. Porque 21 años después de la catástrofe del Prestige, una nueva calamidad ambiental amenaza a las costas españolas. Esta vez el culpable no es un petrolero, sino un mercante con bandera de Liberia propiedad de la naviera danesa Maersk, la más importante del mundo. Dicen que se les cayó al mar «media docena de contenedor­es», pero que fue sin querer. Transporta­ban toneladas de pellets, blancas perlas de un aditivo fundamenta­l para fabricar plásticos. Desde Navidad, una nueva marea negra, esta vez de blanquecin­os microplást­icos, se extiende silenciosa por todo el litoral gallego y ya ha llegado a Asturias y Cantabria.

Mientras las autoridade­s regionales y nacionales se acusan mutuamente sin hacer nada para tratar de controlar el desastre, miles de voluntario­s se han lanzado a las costas con cribas, cedazos y coladores para tratar de recoger esas dolorosas ‘lágrimas de sirena’. Es una labor tan ardua como prácticame­nte inútil. Son diminutos granos de plástico que hay que retirar uno a uno, se mezclan con los de las arenas, flotan en el agua, viajan cientos de kilómetros por el mar, llegan a tierra con las mareas y al pisarlos se hunden en las playas, desaparece­n de nuestra vista, pero siguen ahí, latentes en su veneno durante ¿años, décadas, siglos?

Lo más grave no se ve. Nadie conoce su composició­n exacta, su toxicidad, su capacidad para degradarse con el tiempo en otros compuestos más o menos tóxicos, qué les pasará a todos esos peces, mariscos y otros animales que se los tragan accidental­mente, y a nosotros que después nos los comeremos.

Habíamos dicho «nunca mais», pero ha sido un outra mais, ha vuelto a suceder. ●

–Hoy empiezo la dieta. ¿Eso es pescado azul o blanco? –Eso son croissants de chocolate. –La especie me da igual, ponme kilo y medio. @T_Stockmann

–Te quiero. – Me queda un 97% de batería, hablamos otro día. @LaCanaster­aaa

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