Hipérboles
Alos que no viven en Catalunya, es posible que la palabrería y la retórica grandilocuente de los postconvergentes les pueda parecer que se ajusta a la realidad. Pero los que llevamos tiempo analizando y comentando el lenguaje de los que en su día dijeron que ellos nunca pactarían con sus verdugos, así, como leen, sabemos que todo o casi todo lo que dicen los palmeros de Waterloo son hipérboles, exageraciones para tener a sus votantes entretenidos y hacer ver que ellos, a diferencia de los republicanos, no son unos traidores. En definitiva, son unos maestros de las exageraciones, que se utilizan para aumentar o disminuir de manera deliberada aquello de que se trata. Con estas figuras retóricas presentan una realidad paralela a sus votantes. Es decir, les mienten. Lo que ocurrió el día 10 en las votaciones de los decretos de Sánchez es el ejemplo más diáfano que pueda existir. A los de Junts les faltó tiempo para pavonearse de las «cesiones» que supuestamente habían conseguido como, por ejemplo, «la gestión integral de la inmigración en Catalunya». Para que así fuera, se haría una ley orgánica a partir del artículo 150.2 de la Constitución. Y, para que no quedara ninguna duda de sus verdaderas intenciones: «Esperemos que el Gobierno de la Generalitat lo sepa aprovechar». ¿Se imaginan un mundo donde las palabras pierdan su significado? Pues es lo que promueven los populistas, sobre todo, de derechas. «Expulsar a migrantes compete a la administración central», Pedro Sánchez. ¿Dónde queda entonces la «gestión integral» de la inmigración que repitieron hasta la náusea los altavoces de Junts? ¿Quién miente? Patético.