20 Minutos Barcelona

El Atlético se toma la revancha

- R. RIOJA

El Atlético se tomó la revancha en otro partido agónico, jugado de poder a poder, entre dos equipos que volvieron a dejar un partido épico que se decidió en la prórroga. Esta vez, al revés que en la Supercopa hace poco más de una semana, la moneda cayó del lado de los rojiblanco­s, que tuvieron más pegada que un Madrid al que se le vio algo escaso de fuerzas y que cae eliminado de la Copa. Los de Simeone estarán hoy en el bombo de los cuartos de final.

Empezó con más fuerza el Atlético, empujado por su público ante un Real Madrid que salió conservado­r, pero que poco a poco fue creciendo en su juego. La realidad era que, pese a su dominio inicial, no fue capaz de generar nada el equipo colchonero, mientras que el Madrid empezó a merodear el gol. Una impresiona­nte jugada de Bellingham, que recortó a dos jugadores en el área, acabó con el balón en el larguero, mientras que un fantástico pase de Vinícius casi lo aprovecha Rodrygo, pero el brasileño se encontró con una mano imposible de Oblak, que también detuvo el disparo posterior de Vini.

Había perdonado el Madrid y lo pagó caro. Un gran centro de De Paul con destino a Saúl lo despejó de cabeza Rudiger y el balón le llegó a Lino, más decidido y rápido que Lunin, que se lanzó para rematar y marcar.

El gol azuzó al Madrid, que se lanzó al ataque, aunque lo cierto es que el empate llegó tras una jugada afortunada. O, más bien, por un error de Oblak. El esloveno salió demasiado en una falta lateral y lejana, chocó con Saúl y el balón se coló mansamente en la meta.

Bellingham y Vinícius comenzaron como dos puñales la segunda parte para un Madrid dominante y que fue a por el segundo gol. Sin embargo, Lunin devolvió el regalo anterior de Oblak. El ucraniano salió con indecisión a un balón suelto y sin aparente peligro en el área, lo tocó con la mano y el esférico rebotó en Rudiger y acabó en el fondo de la portería madridista.

El Atlético había aprendido de lo sucedido en la Supercopa y esta vez se encerró bien y de forma ordenada, lanzando además peligrosís­imos contragolp­es. La tuvo Griezmann, pero se encontró con Lunin. Y después Marcos Llorente, que no acertó al buscar el pase de la muerte. Aunque también la tuvo Rodrygo con un lanzamient­o que golpeó en el palo de Oblak.

Una jugada cambió el destino del partido cuando los colchonero­s más cerca parecían de sentenciar­lo. Un centro desde la derecha lo remató Morata con todo a favor pero Lunin, esta vez salvador, hizo una tremenda parada para rescatar a su equipo. Y en la contra, lanzada por Rudiger, Bellingham puso un balón preciso y perfecto para que Joselu, casi recién entrado, cabeceara para empatar.

La tuvo Vinícius para evitar la prórroga, pero Oblak tapó el hueco. La eliminator­ia se decidiría, por enésima vez entre ambos, en el tiempo extra.

Las fuerzas escaseaban, y aunque el dominio era madridista, estaba claro que sería un error o una genialidad lo que decidiría el equipo clasificad­o. Y fue Vinícius el que tuvo el fallo, en un mal control, y Griezmann el que resolvió con un disparo por toda la escuadra pese a no tener ángulo.

Se volcó el Madrid en busca del empate, pero con más fe que fuerzas. Los esfuerzos de la Supercopa se dejaron notar. Y a poco del final, Riquelme decidió a la contra frente a un equipo desfondado. El billete para cuartos era colchonero. ●

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