20 Minutos Barcelona

Las habitacion­es de alquiler suben un 13% y son ya las más caras del país: 535 de media

TENDENCIA La subida del arrendamie­nto de viviendas obliga a los inquilinos a convivir con otros OFERTA La demanda ha incrementa­do la disponibil­idad de esta opción en un 30% el último año ESTUDIOS Elegir un apartament­o de un solo ambiente supone pagar casi

- ANTONIO HERREROS antonio.herreros@20minutos.es / @aherrerosr­uiz

La subida de los alquileres en Barcelona, de un 12,4% en el último año –han alcanzado un precio medio de 1.123 euros mensuales, según los últimos datos facilitado­s por el Govern–, está provocando que muchas personas opten por compartir piso alquilando habitacion­es. De esta manera, disponer de un techo para vivir les supone aproximada­mente la mitad del coste, unos 535 euros de media, según un informe del portal inmobiliar­io Idealista. Sin embargo, pese a ese ahorro, Barcelona tiene el precio medio de alquiler de habitacion­es en pisos compartido­s más caro de España. Solo en el último año ha subido un 13%, en paralelo al del arrendamie­nto de pisos completos. Al mismo tiempo, se ha producido un crecimient­o muy significat­ivo de la oferta, que ha aumentado un 30% en el último año.

El desfase entre los sueldos y el coste de acceso a una vivienda es otro de los factores que hace que cada vez más personas tengan que optar por compartir piso, a pesar de tener un trabajo fijo. Es el caso de Nuria Alandi, que cuando su empresa la trasladó de Madrid, donde vivía con sus padres, a Barcelona, consideró que «compartir era la primera opción». Estuvo mirando alguna alternativ­a para vivir sola, pero enseguida se dio cuenta de que era imposible. «Ya no me planteé otra cosa», afirma, y lamenta: «Mi salario no me permite pagar sola lo que se paga por un piso en las grandes ciudades».

Además, explica que cuando llegó a la capital catalana «tenía poco margen de tiempo para buscar, un par de semanas desde que me ofrecieron el traslado hasta la fecha de inicio en Barcelona». Tendencia al alza

Nuria sigue mirando habitualme­nte anuncios en portales inmobiliar­ios y ha podido constatar que los precios suben continuame­nte, aunque la oferta sea cada vez más amplia. «Intentas encontrar algo un poco más barato, pero es imposible. Para ello tienes que meterte en pisos más pequeños, o que no están en buen estado, alejarte del centro o irte a alguna ciudad cercana», lamenta.

La aprobación de la ley de vivienda a finales de mayo de 2023 ha acelerado la tendencia al alquiler de pisos por habitacion­es, ya que este tipo de contratos escapa a la limitación que se establece en la nueva legislació­n. Según el portavoz del portal inmobiliar­io Idealista, Francisco Iñareta, «el alquiler de habitacion­es se rige por el Código Civil, por lo que medidas de la ley de vivienda como el índice de precios de referencia o el tope a los alquileres no afectarán» a este mercado.

Cuando se ponga en marcha el Índice de Precios de Referencia (IPR) para limitar los alquileres, en un piso medio del Eixample de 100 metros cuadrados no se podrá pedir más de 13 euros por metro cuadrado, es decir, el tope será de 1.300 euros.

Sin embargo, en función de si ese mismo piso tiene tres o cuatro habitacion­es, su propietari­o puede ingresar entre 1.605 y 2.140 euros respectiva­mente, alquilándo­lo a tres o cuatro personas que compartan la vivienda. Esto supone elevar el rendimient­o del inmueble en alrededor de 300 o 850 euros respectiva­mente.

En el caso de un piso en la misma zona con 75 metros cuadrados y tres habitacion­es, se podría alquilar según el IPR, por un máximo de 1.200 euros mensuales, a 16 euros por metro cuadrado. No obstante, alquilado por habitacion­es, el importe que puede obtener su propietari­o mensualmen­te es de 1.605 euros, unos 405 más. Es decir, los ingresos serían superiores en más de un 30%.

Los estudios: ¿alternativ­a? La alternativ­a de alquilar un estudio, sacrifican­do espacio para que sea más barato que un piso, pero con la ventaja de vivir solo, no está ni mucho menos al alcance de todos. Según el estudio de Idealista, su precio medio en Barcelona es de 960 euros mensuales, el segundo más elevado de toda España. Esta cifra tan solo es superada por los 1.000 euros de media que se han de pagar en Vitoria-Gasteiz.

Vivir en un estudio en Barcelona supone un esfuerzo económico considerab­le respecto a compartir piso, ya que significa un sobrecoste del 79% respecto a alquilar una habitación. Nuria ha mirado alguno online, pero afirma que «hay pocos y casi son tan caros como un piso entero». Además, la subida continua de los alquileres también se refleja en los estudios. Según el informe de Idealista, durante el año pasado aumentaron un 10%, un poco por debajo de la media.

Ante todas estas circunstan­cias, la búsqueda de habitacion­es se intensific­a y la oferta también se multiplica. Incluso se reforman pisos para dotarlos de más habitacion­es, y han aparecido empresas que se dedican a la gestión directa de estos inmuebles. Así, en el portal Fotocasa se referencia­n casi 5.600 habitacion­es para alquilar en Barcelona ciudad. En Idealista, hay más de 4.200 ofertas.

Además, han surgido portales especializ­ados en compartir piso, en los que se puede conocer online quiénes están alojados en ese momento en el piso, y por lo tanto, con quien se acabará conviviend­o. El portal Pisocompar­tido.com es uno de estos casos, y ofrece alrededor de 500 habitacion­es en Barcelona ciudad. La oferta del portal Badi.com es incluso más amplia, con más de 1.500 referencia­s.

Aunque la habitación es una opción más asequible respecto al estudio o el piso, Nuria considera que son «bastante caras» porque «se paga mucho dinero y al final tienes que compartir espacio con personas que no conoces. Eso al principio te da bastante respeto. Además, tampoco sabes si vas a congeniar con ellas y si llegarás a estar a gusto». Añade que «no es lo mismo compartir piso con amigos porque quieres, que entrar a vivir con personas desconocid­as porque no hay otra opción». No obstante, reconoce haber tenido mucha suerte y asegura que está «muy bien con las personas con las que convive».

«Los jóvenes vamos asumiendo la falta de vivienda y que solo podremos alquilar un piso con la pareja», admite resignada, como muchos otros de su generación. Nuria explica que tiene amigos en otras ciudades españolas, como por ejemplo Córdoba, que «pagan por un piso entero lo que yo pago en Barcelona por la habitación». ●

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MIQUEL TAVERNA Nuria Alandi trabajando en su habitación del piso que comparte en Barcelona .

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