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«No es lo mismo querer ser artista que famoso, el público lo nota»

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El amor en general es lo que más me apasiona para escribir, pero a la vez siento que ambos, en cierto modo, forman parte de lo mismo: no hay desamor sin amor. ¿Siente ‘responsabi­lidad’ de exportar la cultura venezolana? Sí, pero no por mi posición como artista, sino por lo que yo mismo he vivido, no sé si me explico. Creo que Venezuela es una parte muy importante en mis letras, pues es como el gatillo más efímero que tengo hacia mi música.

Ha colaborado con compatriot­as como Jerry Di y Big Soto, ¿es una declaració­n de intencione­s? A diferencia de España, Argentina o México, Venezuela no tiene una industria que apoye a los artistas. Creo que ahorita estamos en una etapa donde muchos de nosotros, que nos tocó emigrar, hemos aprendido mucho de ustedes y estamos juntándono­s entre nosotros. Nos hemos dado cuenta de que unidos podemos ser mucho más. Estamos en ese proceso de construir nuestras bases. Hablando de construir bases, cuando compuso Me rehúso, ¿se llegó a imaginar el éxito que alcanzaría? Nunca. De hecho, no era la canción que más me gustaba de entre las que ya había producido. Cuando la escribí, no pensaba en el éxito, solo probaba diferentes estilos.

¿Y no se le planteó la necesidad de repetir la fórmula? Sinceramen­te, no. Para mí, las ¿Cree que el reguetón se considera aún un género musical de segunda? Cuando un ritmo te hace moverte, te hace querer bailar, es que tiene algo. Entonces, ya sea un género de segunda o de primera, o ya sea complejo o muy fácil de hacer, su magia reside en eso y, para mí, tiene un valor muy grande. Por eso, no creo que el reguetón se deba englobar en un sitio por unas perspectiv­as sociales. Con su segundo disco, dannocean, comenzó a trabajar con otros artistas, ¿sintió miedo de perder el rumbo?

A muchos artistas nos pasa que no sabemos qué camino vamos a tomar en el futuro y eso asusta. Aun así, empezar a colaborar nunca hizo que dejara de dirigir mi proyecto. Aunque esté abierto a lo que traiga el resto del equipo, soy yo el que se queda en el estudio, aterrizand­o todo de tal manera que sienta que es lo que quiero presentar.

¿Y dónde pone el límite? Creo que no es tanto una cuestión de límites, sino de llegar al lugar, de ir sumando entre todos. ¿Le costó llegar a ese punto de seguridad? Creo que a medida que trabajas en este oficio, tu seguridad se va construyen­do. La mayoría de las veces, de hecho, me siento en el estudio sin saber qué va a pasar, pero entonces, de pronto, sucede. Esa es la magia de la música.

Su expresión ‘Babylon girl’ se ha convertido en el sello de sus canciones, ¿cómo surgió? En verdad, empezó como una joda (broma) que teníamos en mi

Dembow, Mónaco Fuera del mercado 54+1 dannocean apartament­o. De repente, me salió decir ‘Babylon girl’ como freestylea­ndo. Cuando se convirtió en algo grande después de Me rehúso, empecé a reflexiona­r sobre ello, y ahora, Babylon girl es un amuleto, una muestra de respeto al universo que, para mí, es una mujer. Entonces, es una forma de rendirle homenaje al universo en general y a las mujeres en particular, a través de mi música. ¿Por qué es tan habitual que los artistas urbanos utilicen motes? En mi caso, yo veía a otros hacerlo y como me parecía cool decidí hacerlo también, pero tenía claro que no quería decir ‘Danny Danny O’, ‘Danny Ocean’ o algo así. En verdad, no sé muy bien por qué los artistas lo hacen (ríe).

Supongo que es como un grito de guerra para decir: «Hey, aquí estoy yo», pero ni idea. ¿Y cómo fue trabajar con Alejandro Sanz? A Alejandro lo conocí hace como tres años en su casa, en Miami. Él era el único artista latino que yo escuchaba, así que verme de pronto en su casa fue para mí como un sueño. De hecho, recuerdo que nos pusimos a freestylea­r algo en su casa y yo ni podía concentrar­me en la canción (ríe). Pero bueno, desde entonces estuve mandándole canciones hasta que en diciembre del año pasado escuchó la de Correcamin­os y le gustó mucho. Entonces me invitó a que viniera a Madrid y estuvimos dos días. Así fue todo. Comenzó en YouTube, ¿hubiese sido distinta su carrera en la era de TikTok? Para mí no importa tanto el canal (Youtube, TikTok, televisión...) que use para lanzar mi música como la calidad del mensaje. Ahorita, TikTok es una herramient­a superpoder­osa, pero mi enfoque está siempre en el arte.

¿No cree que sea difícil labrarse una carrera en la era de TikTok? No, sin duda es difícil llegar. Pero la cuestión es cuánto de obsesionad­o estás en el fondo a nivel creativo con tu proyecto. No es lo mismo querer ser artista que querer ser famoso, porque eso se nota, el público lo sabe. Como artista, debes buscar la brecha en la que te vas a meter. No vale con disparar a lo loco por creer que vas a llegar. Creo que un artista tiene que tener una identidad y saber qué mensaje quiere transmitir al mundo antes de tomar la decisión de serlo. Es lo que marca la diferencia y lo que te permite perdurar en el tiempo. ●

«Venezuela no tiene una industria que apoye a los artistas, por eso nos unimos entre nosotros»

«‘Babylon girl’ es una forma de homenajear al universo y a las mujeres a través de mi música»

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