Ante un el 15%
dos. El peor resultado de los populares tiene lugar en Pontevedra, donde Rueda alcanza el 44,1% de los votos por el 34,6% del BNG y el 14,7% del PSdeG-PSOE. No obstante, no es allí donde el PP pierde los dos diputados con respecto a 2020, sino en Lugo y en A Coruña, donde pasan a manos del BNG.
En este sentido, los resultados de varias de las principales ciudades gallegas dan buena muestra del auge nacionalista y de la debacle del PSdeG-PSOE. En Vigo, el municipio más poblado de Galicia, el BNG se convierte en la primera fuerza relegando al PSdeG-PSOE del alcalde Abel Caballero al tercer puesto. En Santiago de Compostela, la lista de Ana Pontón sube más de ocho puntos con respecto a 2020 y se afianza como segunda fuerza tras el PP. Y lo mismo ocurre en Ourense capital, donde los socialistas son cuartos tras Democracia Ourensana mientras populares y nacionalistas copan las dos primeras posiciones. ●
El fantasma del 23-J había dominado toda la campaña electoral del PP en Galicia. En Génova no querían ser triunfalistas, pese a que todos los sondeos, salvo el CIS, situaban a Alfonso Rueda como claro ganador. Y, finalmente, los pronósticos se cumplieron: el PP retuvo ayer la mayoría absoluta y el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ve con esto reforzado su liderazgo al haberse involucrado personalmente en la campaña del que fue su feudo durante más de una década. En el lado contrario, Pedro Sánchez, que sufrió anoche un severo castigo de sus votantes, pues el PSOE perdió casi 50.000 votos que se fueron a los nacionalistas del BNG. Los resultados de Sumar, el partido de la vicepresidenta Yolanda Díaz, fueron también muy malos, al no lograr ni un escaño.
Los populares mostraron desde el inicio de la jornada mucha cautela. Poco antes de que cerraran las urnas, fuentes del PP auguraban un buen resultado para BNG y comentaban que los tacos de papeletas del PSOE apenas habían bajado. Estaban optimistas, pero seguían prudentes. Feijóo no llegó a la sede de Génova hasta pasadas las 21.00 horas y siguió lo que quedaba de recuento con la dirección del partido al completo.
No fue hasta tener el 85% del voto escrutado cuando los populares ya se atrevieron a hablar de triunfo. Y todo ello con la mayor participación en unos comicios gallegos. «Después del 23-J, han vuelto a salir a votar: el PSOE se estampa, BNG le pasa por encima, Sumar no entra y la derecha valiente –en referencia a Vox– es extraparlamentaria», evaluaron desde el PP.
Feijóo se jugaba mucho en estos comicios autonómicos. No solo porque Galicia fue la comunidad que él mismo presidió durante doce años con cuatro mayorías absolutas consecutivas, sino porque el resultado de las generales el pasado julio arrojó una victoria agridulce que no le permitió gobernar.
Con el triunfo en Galicia, gracias al cual Rueda podrá gobernar cómodamente, el
El PP reeditó ayer la mayoría absoluta que había logrado en 2020, un resultado que no se corresponde con las predic- ciones del CIS, que en sus úl- timos sondeos apuntaba a una caída mayor del PP y a que sería posible el vuelco con un gobierno de coalición entre el BNG y el PSOE.
El pasado 25 de enero, el CIS auguraba la victoria del PP, pero en una horquilla que le podía dejar sin mayoría abso- luta. BNG y PSOE podrían su- mar para formar gobierno con 20 y 23 escaños de los na- cionalistas y 17 y 18 de los so- cialistas, que ganarían entre tres y cuatro diputados res- pecto a 2020. Dejaba fuera a Sumar, Podemos y Vox.
Después, el CIS revisaba a la baja la predicción del PP, con
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sobre medidas sociales, dejando a un lado la estrategia nacionalista.
Por este motivo, el BNG también absorbió parte del escaso voto que antes retenía el espacio que ahora querían ocupar Sumar y Podemos. Tras la ruptura de estas dos fuerzas hace dos meses, ambas no llegaron a un acuerdo para concurrir juntas a las elecciones gallegas y este hecho lo rentabilizaron anoche los nacionalistas. De hecho, la marca que lidera Díaz quedó por detrás incluso de Vox y no tendrá representación parlamentaria en la tierra natal de la vicepresidenta segunda y donde comenzó su carrera política. ●
una horquilla entre los 34 y los 38 escaños.
Esta desviación no es nueva. En las elecciones de Castilla y León, el CIS fue la única encuesta que no daba como ganador a Alfonso Fernández Mañueco, que se hizo con el triunfo con el apoyo de Vox. Y más recientemente, el pasado mayo, erró en sus predicciones de cara a las elecciones autonómicas y municipales, en las que Tezanos ofrecía como ganador al PSOE, cuando ocurrió exactamente lo contrario. ●