20 Minutos Barcelona

Chuty «Hasta 2016 no vimos que podíamos vivir del ‘free’»

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Empezó rapeando en los parques madrileños. ¿Lo echa de menos o prefiere los escenarios? Creo que, a día de hoy, prefiero los escenarios porque siento que separo mucho más mi vida profesiona­l de la personal. Es muy diferente mi personaje a la hora de competir a cómo soy en mi día a día. Al escenario voy muy mentalizad­o. Y también la gente que estamos muy dentro de la movida sabemos que cuando ya se tiene cierta relevancia y cierto nombre, competir en un parque nos es muy difícil. Nos enfrentamo­s con chavales que no conocemos de nada y que con cualquier cosa que digamos se van a caer. En un escenario todo es más fácil. ¿Sigue yendo de vez en cuando a rapear con los amigos? Sí. Puede surgir, pero ya no tanto, en mi tiempo libre porque al final en mi grupo de amigos no hay nadie que rapee. Tendría que hacerlo solamente yo y todos escucharme, y no les voy a hacer pasar por eso (risas). Pero cuando coincido con compañeros que ya son amigos y están dentro de la cultura, siempre sale rapear de alguna u otra manera. Sí es verdad que no rapeamos en serio, hacemos gilipollec­es para echarnos unas risas.

En 2013 ganó la Red Bull regional de Madrid y, después, la nacional. ¿Pensó que podía vivir de esto? En 2013 no. Todavía no había un circuito real de freestyle. Al final, tú en Red Bull compites gratis, solo cobras por ganar. De hecho, creo que en 2013 ni siquiera pagaban todavía ni por ganar. En aquel momento tampoco había un circuito de batallas que ir ganando y empalmando, sino que ganabas una y decías ‘qué guay, he ganado’, y de vuelta a tu vida cotidiana. Creo que la sensación de poder vivir de esto la empezamos a tener en 2016 y 2017, cuando llegó la FMS (Freestyle Master Series) porque daba continuida­d. Antes iba rellenando los huecos que dejaban la Red Bull con la Gold Battle, la BDM (Batalla de Maestros) y otras cuatro puntuales. ¿Hay mucha precarieda­d en el mundo del free? Cada vez hay menos, obviamente; creo que está evoluciona­ndo mucho y muy bien. Al principio de esto, con la suma de muchos eventos vivíamos de esto cuatro o cinco sin exagerar, y solo competidor­es. Creo que a día de hoy ya vive de esto mucha gente. Se ha instalado la figura de los jueces, de los DJ, de los hosts. Hay muchas facetas diferentes, gente trabajando detrás para conseguir marcas, el de la iluminació­n, el del stream, el del sonido. Y estamos en un punto en el que los recién ascendidos a FMS, por ejemplo, a lo mejor están en cachés que cobrábamos los más top en 2016 o 2017.

Ha vivido el camino de transforma­ción de una cosa muy amateur a un circuito totalmente profesiona­l. ¿Cómo ha sido? Desde dentro ha sido un poco locura, pasar de 0 a 100 y de 100 a 5.000 en muy poco tiempo. Al principio, el free no interesaba a nadie realmente, lo hacías por gusto. Lo que ganabas era el bote de una competició­n y nada más. Estaban solamente esos a los que les gustaba mucho de verdad; no había nadie haciéndolo por dinero, porque no había. Luego empezó a hacerse mucho más viral todo; nos hicimos más conocidos, apareciero­n más eventos y empezamos a ganar más. No creo que haya muchos millonario­s en el freestyle, pero sí te permite estar en un punto de hacer lo que te gusta. No tienes mucho dinero, pero tampoco tienes que ir el lunes a trabajar a ningún lado. ¿Qué pasa con la salud mental a estos niveles? Tienes que meterte un poco en la película, confiar en lo que haces y también equivocart­e muchas veces. Luego, cada uno lo enfoca como quiere. Yo lo llevo a un punto de vista muy extremista, de decir, ‘si hay 15.000 personas en el evento pues habrá 2.000 que van a pensar que soy gilipollas, 8.000 que creerán que soy Jesucristo y 5.000 a los que les dará igual quién soy’. En todos los trabajos hay cosas malas. Obviamente tienes que aguantar a gente, tienes que aguantar cosas. Yo prefiero que no se cuántas personas me llamen gilipollas en las redes a que mis padres se levanten a las cuatro de la mañana para fregar portales. Por mucho que tenga que aguantar en mi trabajo, no me quiero hacer una burbuja negativa. Si has trabajado alguna vez en tu vida, sabes que todos los trabajos tienen cosas malas y tienes que intentar quedarte con las buenas porque si no, vas a vivir amargado.

Ha ganado ya la Red Bull Internacio­nal. ¿Qué viene ahora? A nivel título no puede venir mucho más porque es verdad que ya lo he ganado todo. No hay nada sobre lo que tenga una ambición de decir ‘buah, quiero ganar esto que me falta’. Simplement­e

BIO

«Es muy diferente mi personaje a la hora de competir a cómo soy yo en mi día a día»

quiero seguir viéndome bien, en buen nivel competitiv­o, para seguir disputando las competicio­nes. También quiero centrarme un poco más en mi vida personal. Quiero viajar y estar más tiempo con mi familia; quiero hacer también cosas a nivel empresaria­l. Y defender el título. Me apetece hacerlo en Madrid como local.

¿Se considera usted el GOAT? Yo qué sé. Es un debate que ahora está muy de moda y me parece muy difícil porque objetivame­nte creo que tienes argumentos para defender a todo el mundo, ¿sabes? Entiendo que ahí está el personaje, que está el rollo, que está, como en todos los ámbitos, el debate. Que si Messi, que si Cristiano, que si el GOAT. En todas las disciplina­s está ese debate. ●

«En todos los trabajos hay cosas malas. Obviamente tienes que aguantar a gente»

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