20 Minutos Barcelona

Belén Aguilera «Ya he pasado la barrera de la vergüenza en las letras»

La artista catalana cosecha éxitos con ‘Metanoia’, donde explora un sonido pop más electrónic­o y oscuro, y una extensa gira por España

- DANIEL MATEO dmateo@20minutos.es / @d_mateo

En menos de una década ha pasado de ser esa prometedor­a chica al piano que versionaba canciones de otros a una firme realidad. Sí, lo suyo le ha costado, pero Belén Aguilera ya es toda una popstar. Explíqueme el concepto metanoia. Es un cambio de rumbo. Yo lo he sentido como un renacer, el fin de una etapa y el inicio de otra. Un corte con cosas con las que me identifica­ba antes y ahora no. Además, para mí también tiene el significad­o de todo lo que representa mi mundo interior.

Le han salido letras muy crudas. Sí. No he querido ser en absoluto suave, sino muy literal. Todos pasamos por etapas mejores y peores y yo, al final, lo que me llevé de una etapa un poco oscura en la que no sabía por dónde tirar fue hacer este disco. ¿Oscura hasta qué punto? Siempre he arrastrado mucha ansiedad, desde pequeña, y no sé de dónde me viene. He tenido la necesidad de ser honesta conmigo misma y sanarme. Prestarme la atención que no me estaba prestando y darme el cariño que no me estaba dando. En su caso, ¿esa evolución profesiona­l ha ido acompañada de la personal? Siempre. Yo me acuerdo de que, con mi primer proyecto, no me atreví a hacer la música que después sí he ido haciendo. Igual me quedé en un sitio más baladero porque pensaba que, viniendo de un piano, no estaba capacitada para hacer otro tipo de música. Pero ya está superadísi­mo.

Es que ha tenido un cambio radical de sonido. Y, haga lo que haga, gusta igual a sus fans. ¡Es verdad! Considero que pocos artistas han cambiado tanto como yo en solo tres años. Quiero probarlo todo, siempre he sido así. Lo de la gente es una cosa muy loca. Es verdad que sigue ahí, y yo creo que es porque

BIO

hits Camaleón, Mía, La tirita Antagonist­a. la esencia y el mensaje, al final, se parecen. Mis conciertos son un viaje chulísimo, la verdad, y me doy cuenta de que todo tiene una cohesión perfecta. ¡Flipo con nuestro show! De hecho, habla de todo: de sexo, salud mental... ¿Alguna vez le ha dado pudor? Al principio más porque piensas qué pensará tu familia (ríe). Pero yo, ahora, podría hablar de lo que fuese y no me daría ningún tipo de pudor porque son cosas que a todos nos pasan. Ya he pasado la barrera de la vergüenza en las letras. ¡Me dedico a ello! Lo contemplo más como mi trabajo y me permite expresarme de una manera en la que, a diario, me cuesta más.

¿Para llegar hasta aquí ha tenido que picar piedra? ¡Ya ves! Yo soy una persona muy ambiciosa, por eso me cuesta ser paciente. Pero, mirando hacia atrás y viendo el crecimient­o, me he dado cuenta de que ha sido algo muy grande. Yo soy muy sensible a cualquier cambio y todo me remueve mucho, así que algo como muy intenso no sé si lo habría sabido gestionar. Que haya sido progresivo me ha ayudado a relativiza­r todo lo que pasa en mi día a día.

Ha pasado de hacer versiones a que en los talents se canten sus temas. Es una locura. Cuando

dejé de hacer covers recibía muchos mensajes de gente que no estaba conforme diciéndome que si hacía eso, no me escucharía nadie. ¡La gente vuelca en la ira sus propias frustracio­nes! La lección para mí ha sido seguir esa voz interior que te dice que da igual que al principio pierdas porque luego vas a tener lo que realmente quieres.

Pero The girl and the piano sigue estando ahí, ¿no? Claro. Ni

«Siempre he arrastrado mucha ansiedad. Tenía la necesidad de ser honesta conmigo y sanarme»

«Cuando dejé de hacer recibía mensajes de gente diciéndome que no me escucharía nadie»

«Que una mujer tenga que influencia­r para bien... ¿Por qué a un hombre no se le dice eso?»

Yo no quiero señalar quién tiene o no la culpa, pero es una realidad que hay menos espacio para las mujeres y hay mucha más exigencia para nosotras. Nos miran más con lupa y estamos más juzgadas por cómo vestimos, nuestros hábitos o si estamos borrachas en una fiesta. Incluso con la responsabi­lidad que tienes como mujer de transmitir un mensaje. Como mujer, aunque tenga millones de seguidores, puede ser que me la sude lo que haga con su vida esa gente, que tiene su propia cabecita. El hecho de que una mujer tenga que influencia­r para bien... ¡Qué cojones! ¿Por qué a un hombre no se le dice eso? Pero es que tampoco tengo una solución, solo puedo expresar mi disconform­idad.

Eso no es exclusivo de la música. No es solo algo de esta industria, y creo que es un error pensar que solo pasa en este ámbito. Eso pasa en absolutame­nte todo, por eso hay que pedir medidas generales, no solo puestas en el mundo de la música. ¿Qué Belén toca ver este año? Una muy profesiona­l en el escenario, que se lo pasa muy bien con sus amigas. Voy a saborear el trabajo de sudor y lágrimas hecho en 2023. ●

sobre suelo hebreo el pasado 7 de octubre de 2023.

Cabe recordar que hace dos semanas la radiotelev­isión pública de Israel dijo que la canción que cantase Eden Golan en Malmö (Suecia) debía «reflejar la situación» del país. «Debe mostrar al mundo que estamos aquí para permanecer», señaló.

La corporació­n pública hebrea, tras la amenaza por parte de la UER de descalific­arlos del festival en el supuesto de que no cambien la canción, se reunió ayer de urgencia y se reafirmó en su posición: «No cambiaremo­s la letra ni la canción, incluso a costa de que Israel no participe en Eurovisión este año», señalaron. ●

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El programa también ha sacado a la luz la diferencia de exigencias a las concursant­es frente a ellos.

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